sábado, 1 de noviembre de 2008

ENTRE LA RUBIA Y LA MORENA:

Por : Raúl Pacheco Blanco.


Quienes no somos expertos en economía siempre hemos mirado con curiosidad la flexibilidad con que se mueven los economistas, que como avezados políticos cambian sus ideas de la noche a la mañana y luego de haber teorizado largamente en torno a una teoría, imponen medidas totalmente diferentes cuando son gobierno y al salir, vuelven a hacer oposición, con sus ideas iniciales.
Entre las dos tendencias dominantes , la intervencionista y la neoliberal , se alinean los economistas.
Un neoliberal lo convence a uno de que el Estado debe ser lo más pequeño posible para que no interfiera las leyes del mercado, que son sabias por naturaleza.
Así que no se justifica ninguna clase de regulación por que entorpece el orden que llevan las cosas.
Aquí en Colombia nos dieron cátedra de neoliberalismo el expresidentes Gaviria y su ministro Rudolf Homes, cuando abrieron las compuertas del libre mercado, bajando los aranceles y dejando al garete la industria nacional.
Pero al mismo tiempo que esto sucedía, el expresidentes Gaviria impulsaba una reforma constitucional en donde se mezclaban normas neoliberales como la independencia del Banco de la República y la privatización de las empresas, con la creación del Estado Social de Derecho, para mejorar las condiciones de vida de la gente.
Y luego de salir del gobierno, tanto el expresidente como su exministro Homes, empezaron a posar como socialdemócratas, ante la vista de la muda y absorta caravana, como decía Valencia, viniendo de oficiar en los altares del neoliberalismo.
Ahora, a nivel mundial, las dos escuelas no cambian de posición, desde luego, como los economistas colombianos, sino que se echan la culpa de la crisis actual.
Si uno lee a Stiglitz queda convencido de que la falta de regulación fue la que llevó a la crisis, por que si el estado hubiera controlado los Bancos ahora en quiebra, no habría ocurrido el descalabro actual, por la irresponsabilidad con que manejaron el crédito y lo entregaron a gente sin solvencia ni respaldo alguno para asegurar grandes ganancias que luego desaparecieron.
Paul Krugman, el actual premio Nobel de economía había anticipado lo que ocurriría, en su libro El Gran Resquebrajamiento ( Norma, 04), señalando que la crisis se incubó desde los tiempos de Regan y cuando sentaba cátedra a nivel mundial la señora Tatcher.
La rebaja de los impuestos a los ricos fue la primera piedra que se puso en esta catástrofe, cuando Reagan, para repetir la dosis en el gobierno Bush, luego de dilapidar el superávit presupuestal dejado por el gobierno Clinton, sumado desde luego, al costo inmarcesible de las guerras de Irak y Afganistán, que desbordaron los gastos y, la falta de regulación.
Pero si uno lee a los economistas neoliberales, le encuentra otra explicación.
Según el economista brasileño Joao Luiz Mahuad ( O Globo, l5 octubre, 08, pag 7), citado por Alfredo Rangel en Semana, para el origen de la catástrofe le encuentra una serie de medidas demagógicas y populistas, como la de crear las agencias para-estatales de crédito como Freddie Mac y Fannie May, quienes tenían acceso a crédito privilegiado del gobierno y contaban con la garantía del tesoro en sus colocaciones.
Es decir, manejaban plata del Estado para prestarlo a la gente sin solvencia , disparando el auge de la construcción y la fiebre de la gente por adquirir vivienda con las mayores facilidades del mercado.
En palabras textuales de Mahuad “las regulaciones e intervenciones equivocadas de los agentes públicos diseminaron incentivos institucionales nocivos entre los agentes privados, que a su vez desvirtuaron durante décadas la eficiente colocación de recursos “.
Y la crisis, según él, se incubó en l.977 con la ley que obligaba a los Bancos a prestar parte de sus activos a comunidades deprimidas, ampliándose la ley en l.994 y 2005, en Congreso controlado por los demócratas, que son los intervencionistas, para que se extendieran las hipotecas a tomadores finales de rentas bajas.
Los banqueros aprovecharon la oportunidad para hacer grandes ganancias montados sobre el objetivo gubernamental de cumplir el sueño de que cada ciudadano americano tuviera casa propia.
Así que luego de leer esta tesis de Mahuad, queda uno convencido de que origen del mal está en la interferencia del Estado en el manejo del crédito, al meterse con algo que solo el mercado puede realizar y eso llevado de la mano de la empresa privada.
¿ En dónde está la verdad?.
Como siempre ocurre, la verdad debe estar en el medio, tanto lo uno como lo otro colaboraron al descalabro actual.
Por eso me parece muy acertado al comentario de Rangel : “ El Estado desató los demonios de la especulación y como el aprendiz de brujo, no los supo controlar . El populismo inició el incendio, la desregulación sirvió de oxígeno”.

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