domingo, 23 de diciembre de 2012

¿HOY SE PUEDE SER CONSERVADOR?


POR:  RAUL PACHECO  BLANCO.

Se pregunta Juan Carlos Botero, el hijo del maestro Botero, en El Espectador , 7-XII-012, Ya en el siglo XIX se hacía una pregunta parecida el generalísimo Tomas Cipriano de Mosquera. El decía: ¿hay algo qué conservar en la Nueva Granada? Pues había tanto que conservar, que más adelante aparecieron Rafael Núñez y Miguel Antonio Caro para ponerle orden al despelote que habían  armado los radicales.

Y aquí cabe una precisión . Los radicales no armaron el despelote por el aspecto ideológico, pues estaban en lo cierto: había que quitarle privilegios al clero y a los terratenientes, había que darle curso  a las ideas de la Ilustración, que era simplemente el paso de la sin razón a la razón cartesiana.  

Pero eso no significaba borrar del mapa a la iglesia católica y declararle la guerra a cuanto estado soberano se opusiera a la aplanadora radical. Por eso apareció en su momento un hombre sensato, don Aquileo Parra. Pero no pudo hacer mayor cosa.

Hecha la precisión seguimos con que la Regeneración le puso orden al país y produjo la carta de 1.886, que le garantizó  un piso jurídico a la actividad política durante más de cien años.

 Y sobre todo, Colombia inició  su despegue económico a partir de los años veinte del siglo pasado, cuando pudo disfrutar de paz, en un  periodo que no hemos vuelto a disfrutar  y que yo llamé en un articulo “El reposo de los halcones” ( Uis, Vol 35-# 2-2005).

En los gobiernos de Concha, Suárez, el general Ospina y Abadía Méndez , el país se capitalizó e inició un nueva era.  Ya el dominio ejercido por cuarenta años trajo el desgaste del régimen y se vino a pique.

 Luego entró la generación de Laureano Gómez. A  poco andar vino el traspiés liberal y el conservatismo volvió al poder. Pero Laureano Gómez, eficaz en la oposición no pudo con el gobierno y radicalizó  en tal forma la lucha política, que se echó encima al liberalismo y satanizó al conservatismo ante la opinión pública. Prácticamente Laureano Gómez acabó con el partido conservador y de ahí en adelante solo coaliciones con otros partidos pudieron sacar a flote las presidencias de Betancur y de Pastrana.  

Ahora estamos en otro cuento, en otra historia. Estamos en la época de la globalización y  de la intercomunicación, que borró las fronteras. Estamos en la época de la ciencia y de la técnica. ¿ Se puede ser conservador ahora?. ¿ Cuales son los partidos mayoritarios de la Unión europea  sino los socialdemócratas y los populares conservadores?

Hasta en Corea del Sur acaba de ganar una candidata conservadora. Pero bien. Esto en cuanto a los partidos, pero en cuanto a la ideología, el conservatismo ha pasado por varias etapas, la pre-moderna, la moderna y ahora la posmoderna. Luego no se pude juzgar al conservatismo con los criterios con que se juzgaba el conservatismo pre-moderno de Edmund Burke, con lo que pueda representar hoy  el primer ministro inglés.

 Por lo tanto, hoy no podemos hablar de conservatismo sino de post-conservatismo. Y el post conservatismo  si bien se nutre de los principios duros del orden, la tradición, no el pasado,   la moral, las jerarquías, la  autoridad, también abre el compás a la justicia social, al papel que debe jugar el estado ante la desigualdad económica y social y en lo cultural  en temas como el divorcio, el aborto, la eutanasia, las uniones   homosexuales.

Luego los valores duros están en plena vigencia, sobre todo bajo el punto de vista de la moral que está por los suelos. 

La señora Tatcher tuvo que echar por los predios del neoliberalismo, porque la coyuntura pasaba por ahí. Lo mismo le ocurrió a  Cesar Gaviria, diciéndose socialdemócrata, por el imperativo de los mercados. Y en igual forma  Tony Blair, con la Tercera Vía, para poder integrarse con la coyuntura inglesa luego del tatcherismo.

Ahora, no se puede confundir la ideología conservadora con la religión. La religión es otra cosa y se ejerce a nivel personal. Que haya personas como el procurador o concepciones tan demoledoras como las del  senador Gerlein, es asunto de otro costal. Ellos se alinean en un conservatismo pre-moderno, burkeano, lo cual es muy respetable pero no actual.

 El conservatismo posmoderno admite las uniones entre homosexuales, pero dentro de estatutos diferentes. Es decir, que haya una unión homo-parental y otra  hetero-parental, regida cada cual con sus propias normas. Admite el aborto en los tres casos especiales señalados por la Corte Constitucional, lo mismo que la eutanasia cuando ya no hay vida, sino simple existencia.

De ahí que se puede ser conservador en una época como esta dominada por los cambios y en donde el imperio de la ciencia se ha impuesto sobre la filosofía.

Es como el liberalismo que había desaparecido de la escena política, pues fue  absorbido  por el  socialismo  y la  socialdemocracia  y,  ahora, en cambio,  el socialismo tiene que pedir prestado  al liberalismo sus ideas para poder sobrevivir luego de la caída del muro de Berlín.

El conservatismo no está concebido para obstruir el paso de los cambios y de las corrientes, sino para convertirse en el selector del cambio. Los conservadurismos , integrismos y fundamentalismos, son otra cosa.

 

viernes, 14 de diciembre de 2012

JOSE MARIA GUTIERREZ DE ALBA.



POR: RAUL  PACHECO  BLANCO.

Yo quedé encantado con el personaje. Un poeta venido de Europa, concretamente de España, para meterse en el barro de Concepción, o la Concia, como dicen los rovirenses, en pleno siglo XIX , no para leer poemas o hacer  literatura, sino para enseñar agricultura, se salía de  todo marco de referencia. Pero el general Solón Wilches, fiel a su “despotismo ilustrado” se le antojó crearle casi una universidad a su pueblo. Y entonces  fundó  el Instituto Agrícola. Y se llevó un grupo de profesores extranjeros, entre los cuales había belgas y alemanes, para regentar las cátedras correspondientes.  Y para poner al  frente de ese programa redentor para la región, escogió a don José  María Gutiérrez  de Alba, un español salido quien sabe de dónde, presentado como  un científico que podía redimir a García Rovira de su ancestral pobreza. Todo seria leche y miel en la región rovirense.  Como esa historia comarcana y nacional de ese siglo es tan exótica, original y pintoresca, escribí  una biografía satírica  del general Wilches . Y ahí fue cuando topé con el personaje. Un letrado que se iba a Concepción a enseñar agricultura a jóvenes que más sabían de ella que el mismo don José María. Pero lo más exótico era que había más profesores que alumnos. Y ahora se viene a saber que ese exótico personaje era un espía, pagado por el gobierno español para vigilar los movimientos del gobierno colombiano durante el periodo radical que nos llevó al federalismo, al estado laico y al imperio de la ciencia.  Y don José María no solamente era un poeta, sino que se dedicó a dibujar la flora y la fauna del país y los fue estampando en cuadernos  que dejó a sus herederos. Y no sabemos cómo, los herederos se contactaron con  Villegas editores, quien los negoció y se propuso editarlos.  Dice Fernando Gómez Echeverry , El Tiempo, 8-XII-012,  que se trata de más de cuatrocientos dibujos sobre paisajes, chirimoyas, mangos y flores, lo mismo que pájaros y restos arqueológicos.  Por lo tanto, don José María Gutiérrez de Alba como espía  era más peligroso que un colibrí , como agricultor era un mal poeta  y como investigador un estupendo dibujante. En su discurso de posesión del colegio Agrícola de la Concepción diría en 1.880, “ En efecto, señores, el agricultor que apoyado en sus conocimientos , ya, por decirlo así, a obligar a la naturaleza a producir en cantidad y  en calidad frutos superiores a los que produce espontáneamente, tienen que ser dueño de los variados resortes de que puede valerse para producir estas maravillas, sin lo cual le sería de todo punto imposible conseguir su propósito” ( El León del Norte, pag 214, Sic,2.002 ) .  Los variados resortes que tenía don José María iban a producir la maravilla de ver a García Rovira como todo un imperio agrícola. Y se ve claro también, que de existir don José María,  hubiera sido el preciso para  convertir en una autopista la carretera a Málaga. El Instituto Agrícola duró lo que una empanada en la puerta de una escuela y los laboratorios y toda su estantería macondiana vino a parar a Bucaramanga para inaugurar las épocas de la Regeneración.

“ EL CACIQUE “ DE LOS MARIN.


 

POR:  RAUL  PACHECO  BLANCO.

Tanto a la generación de Alfonso Marín Morales como a la mía nos seducía el modelo del caudillo , para quienes las figuras de Franco y de José Antonio Primo de Rivera, eran la síntesis de todo lo que se debía hacer con el Estado. Ya la impronta de los führer criollos rondaba por todas las esquinas del país y del continente. A esa generación de Marín Morales pertenecieron Hernando Sorzano González, Humberto Silva, Carlos Augusto Noriega y Darío Marín Vanegas. Todos expertos en hacer elecciones y en dar la sensación del “ hombre fuerte”. Pero Alfonso Marín terminó por decepcionarse  de la política cuando se perfilaba para ser uno de esos hombres fuertes, uno de esos grandes jefes y se retiró a  la alta burocracia. Llegó a una Notaría y empezó a cambiar de mirada, ya la cosa pública que a su generación tanto entusiasmaba, fue perdiendo espacio y la irrupción de la vida privada, de la empresa privada, seducía a las nuevas promociones de jóvenes. Por ahí enderezó a sus hijos y bien pronto crearon una empresa para la construcción. Asi nació  Marval. A su vez, Bucaramanga tenía una lenta y corta promoción de personas que jalonaban el progreso, como don Alfonso Silva, Emilio Suárez, Apolinar Pineda, los Silva Valderrama, Abdón  Espinosa , Saúl Díaz, Pedro María Buitrago , Alfredo y Ambrosio Peña, Nepomuceno Cartagena,  en fin, para venir a cuajar en Armando Puyana como el artífice del progreso arquitectónico de la ciudad, como el hombre al que le cabía la ciudad en la cabeza y se dedicó de por vida a ser el gran hacedor de la Bucaramanga del futuro. A eso  también vinieron a consagrarse los Marín Valencia, con su padre a la cabeza, para convertirse en hacedores de ciudad. Ya habían construido la Bucaramanga del centro donde domina el edificio de la Triada, que se vino ha convertir con el tiempo en el lenguaje  de la ciudad, la palabra a caballo de profesionales y de artistas que allí llegan para hablar pestes de todo y de todos.

Luego se extendieron a otras ciudades, se fueron a Miami , la  Florida,  los Estados Unidos. Construyeron el complejo de San Pio, conectando la vieja ciudad con la nueva y por último remataron su faena con la construcción del bello centro comercial El Cacique, que queda bien en cualquier  ciudad del mundo. Con esa obra, los Marín internacionalizaron a Bucaramanga, le redondearon su cara de ciudad turística y de progreso . Meterse en el  mundo moderno de los centros comerciales es estupendo y sobre  todo, luego de recorrer los  amplios espacios , de El Cacique, sus almacenes bien surtidos y bellamente decorados, llegar al cuarto piso donde se puede ver el relieve de la ciudad, el perfil de la ciudad pujante, que es un enjambre de trabajo y de dedicación.  Queda la ciudad endeudada con la familia Marín por  este aporte excepcional para afianzarla en este mundo de la globalización y de la intercomunicación.

viernes, 7 de diciembre de 2012

EL MANEJO POLITICO DEL FALLO EN EL MARCO DE LA REELECCIÓN


 

POR: RAUL  PACHECO   BLANCO.

Desde el primer momento el presidente mostró su indignación. Era el primer paso. Lo mismo hizo la señora canciller. Más bravos para dónde. Había que calmar un tanto la rabia de los raizales de San Andrés y sobre todo, de los pescadores. Y hacia allá se fue el gobierno con cara de barco guerrero, jugando con la palabra desacato ,como mascarón de proa. Los isleños algunos se comieron el cuento y otros no. Pero había un problema muy tangible e inmediato, que era el de  garantizarle la  pesca a los raizales en los territorios que se acababan  de perder.

Sobre eso se habló duro y parejo, pero les aguó un tanto la fiesta el presidente de Nicaragua, quien con cierto tufillo triunfalista garantizó esa pesca para los pescadores colombianos.  Otros isleños empezaron a pensar en otras soluciones: convertirse en una especie de Puerto Rico, como estado libre asociado, que es el status que Puerto Rico ostenta.  Pero al mismo tiempo empezaron a conocerse los resultados de las encuestas de opinión que ya captaban el movimiento de la misma y el presidente se vino a enterar del gran bajonazo experimentado, más, cuando el proceso de paz, perdía igualmente credibilidad.  El Presidente entonces tomó el toro por los cuernos y se fue para México, tanto a la posesión de Peña Nieto, como a entrevistarse con Daniel Ortega, el duro jefe sandinista.   Haciendo de tripas corazón, tanto uno como otro mandatario, se dijeron lo mejor, consideraron que por lo menos a la guerra no se iban. Y el presidente Santos seguía manejando  el verbo desacatar, con   destreza , es cierto, porque si bien la palabra se expandía, cuando cogía vuelo el presidente sentenciaba : hasta tanto no se garanticen los derechos de los pescadores isleños. Luego el desacato no era tajante, pero daba la impresión de serlo y sobre todo, con tono patriotero, férvido e hinchado. El problema, bien manejado, podría ser superado. Y analizando otro frente,el Presidente volvía a ser tajante en cuanto al plazo señalado para la paz con las Farc : solamente iremos hasta noviembre del 13. Ahí cortamos. Y estaba en lo cierto, porque a partir de ahí tiene que inscribirse como candidato para la reelección  y entra en firme la campaña presidencial. Luego no había vuelta de hoja.  Y como avezado estratega, el Presidente sabe que si el proceso llega a funcionar, pues santo y bueno. Pero si no funciona, también, pues ahí se romperían las conversaciones. El presidente se pondrá más  bravo que nunca y amenazará a las Farc con tierra arrasada . Con eso toma impulso y le quita la bandera al Uribismo que ya se había montado en la cresta de la ola, como los voceros de la opinión en materia tan grave como la del territorio.

Se empezaría el año anunciando las buenas relaciones con Nicaragua, la aceptación del fallo y el término de las conversaciones con las Farc.

EL VERANO DE LA ROSA SERPISTA


POR:  RAUL  PACHECO  BLANCO.

Era una noche de  verano. Hacía calor, pero el escenario a cielo abierto, dejaba correr al menos el aire, que no el viento. Se respiraba un ambiente de fiesta. Pero dentro de una gran paradoja : se reunían los amigos de Horacio Serpa a celebrar la aparición de su libro sobre los años de gobierno en Santander. Se trataba de un político triunfador, como que lo había sido todo : parlamentario, jefe de partido, Procurador, Constituyente, embajador. Pero con un pero grande, que no había sido presidente. Esa era la gran paradoja, un político triunfador, pero con la frustración del último peldaño. Escogió  muy bien para la presentación al exgobernador del Atlántico Eduardo Verano de la Rosa, quien cautivó al auditorio con ese humor de buena ley que acompaña a los costeños y  les permite meterse en camisas de once varas sin que por ello se enreden  y salen airosos.

Se metió  en la vida de Serpa ,para unir las tres rosas :  la rosa de su mujer , la  de su madre y la rosa de la socialdemocracia, y, le agregó una cuarta : la del  verano de la rosa, .Abundó en la  ideología socialdemócrata, en la visión de un país de regiones, que seguramente lo impulsarán como candidato presidencial de la Costa toda.  Dejó la sensación de un  hombre equilibrado, serio, con caminos definidos. Y luego Serpa se tomó  la palabra y habló  de  su obra de gobierno, nos abrió las paginas del libro que todos íbamos a recibir esa noche.  Nos explicó por qué no había sido presidente. Sencillo : porque no se hizo a los servicios de un técnico gringo experto en elecciones. Cuando él le llevó un legajo lleno de programas socialdemócratas, el gringo le puso cara de griego y le preguntó que eso para qué servía. No servía para nada. Y Serpa tuvo que devolverse para su patria con la ideología debajo del brazo. Y sin  asesor gringo, no hubo presidencia.

En su intervención también anduvo   por diversas etapas de su vida , pero fundamentalmente sobre su obra en  la gobernación .  De paso le hizo un homenaje a Hugo Serrano Gómez quien fue el retador de  Serpa de venirse a la provincia, como ya lo había hecho  Manuel Fraga Iribarne en España , de irse a Galicia para ser presidente de la autonomía galega, cuando fracasó  en su empeño de ser presidente de España. Por cierto que Hugo fue el cirirí del coronel Aguilar, pues durante todo su gobierno lo  enfrentó hasta que se murió. En tanto que Serpa no contó con oposición, pues como buen político se echó al bolsillo la asamblea y ella no dijo ni mu.  Ya se hacía noche y Serpa estaba ansioso de entregar su libro. Como la exposición fue en tono menor, tenía entre pecho y espalda un vibrato que se le salió  por fin al terminar. Sus amigos luego se fueron sobre él y la cola se hizo larga para recibir el libro. Serpa mientras tanto nadaba  en el mar de brazos y luchaba por firmar en el aire las dedicatorias.

Y  un  conjunto musical hacia todos los esfuerzos posibles para hacerse sentir, en medio de aquella euforia serpista como si se tratara de una campaña política. Ya era noche.