Por: RAUL PACHECO BLANCO .
Razón tiene la columnista de El Tiempo, Salud Hernández cuando dice en El Tiempo, ( 16/XI/08), “Es un insulto al pais y un irrespeto a los fundadores de esa colectividad política, que el nuevo directorio conservador esté integrado por un trio de espanto : Omar Yepes, Roberto Gerlein y Humberto Gómez Gallo.
Para más adelante agregar : Perdieron la oportunidad de ofrecer al país un equipo decente con un buen programa de gobierno”.
Es evidente que desaparecieron de la escena aquellas personas que hubieran podido representar al conservatismo con alguna solvencia, como es el caso de Juan Camilo Restrepo, Luis Alberto Moreno, Nohemí Sanín y Carlos Rodado Noriega, que son las figuras de mostrar del conservatismo si quiere presentar una cara a tono con la época. Sin meternos en las honduras de la columnista de El Tiempo, al censurar la conducta de los expresados miembros del nuevo Directorio, sí podemos decir que personas como Omar Yepes, han pasado por el Congreso sin brillantez alguna. El pais no le conoce un debate siquiera en que haya sido figura de primer orden, ni un estudioso de los problemas del pais expresado en leyes de verdadera raigambre . Nada. Solo la lucha por la reelección a toda costa, el cultivo del electorado.
Roberto Gerlein nos merece algún respeto por su brillante oratoria y su capacidad de parlamentario vigilante , pero al pais no le queda nada de su paso por el Congreso. No se le conoce una sola obra que demostrara su versación política, o destreza en el planteamiento de los verdaderos problemas nacionales, solo el perfil de cacique regional. Humberto Gómez Gallo está envuelto en problemas de parapolítica y apenas acaba de salir de la cárcel. Demostraba sí, cierto respaldo electoral en su departamento y fue notoria su participación en el paso por el Congreso, pero ya proyectó una gran duda sobre sus actuaciones personales.
El conservatismo debe por encima de todo, correrse hacia el centro, abandonando ese perfil de abanderado de los intereses de la Iglesia, entre otras cosas porque la mayoría del clero es liberal o socialista;, de las oligarquías, por que hoy en dia son liberales, de los regímenes fuertes porque ahora son propiedad exclusiva de los ultras de extrema izquierda o de extrema derecha.
Además, a la derecha se la tomó el liberalismo con Alvaro Uribe, no obstante los esfuerzos de Ernesto Samper por correrlo de nuevo hacia la izquierda, o de los juegos de malabarismo ideológico de César Gaviria, que en el gobierno pone en práctica políticas neoliberales y fuera de él se vuelve socialdemócrata.
El conservatismo tiene que quitarse ese olor a sacristía, a oligarquía a tiranía. Ese papel lo debiera cumplir Juan Camilo Restrepo, que es la figura de alguna proyección que tiene el conservatismo. Y si no lo dejan, fundar un partido de centro.
viernes, 21 de noviembre de 2008
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