martes, 29 de diciembre de 2015

EL ASUNTO PRETELT



 
 POR: RAUL PACHECO BLANCO.

 

En la cárcel está el abogado Víctor Pacheco por haber confesado el recibo de 152 millones de pesos para hacer lobby ante los magistrados de la Corte Constitucional Ignacio Pretelt y Alberto Rojas a fin de que se escogiera el recurso de tutela que buscaba tumbar una millonaria multa contra Fidupetrol. Y ese mismo abogado también confesó que el magistrado Pretelt le exigió quinientos millones de pesos por sacarla adelante. Eso solo hecho, así como está contado es suficiente para que el magistrado Pretelt presente su renuncia del cargo. Nunca antes había ocurrido un escándalo de estas proporciones en un tribunal como la Corte Constitucional. Además, ya el caso ha tomado el suficiente vuelo procesal pues acaba de ser acusado por la cámara de representantes ante el senado, como se estila cundo se trata de enjuiciar a altos funcionarios del estado: la cámara acusa y el senado juzga. Si en la época de la presidencia de Ernesto Samper hubiéramos tenido una cámara de representantes como la actual, seguramente la acusación contra el presidente hubiera prosperado, pues el nivel de la evidencia era mayor en aquella época que ahora.. La actual cámara de representantes merece el reconocimiento de la opinión pública por tratar de hacer justicia en este caso. Y es más: ahí está el exmagistrado Nilson Pinilla, excompañero de Corte del acusado Pretelt, quien conoce de cerca la verdad sobre los hechos que son materia de investigación. Y como si fuera poco, el exmagistrado de la Corte Rodrigo Escobar se encuentra investigado por su gestión ante la Corte para sacar adelante la escogencia y defensa de la tutela interpuesta por Fidupetrol contra el estado y que buscaba tumbar una multa contra la firma por valor de veintidós mil quinientos millones de pesos. Ya colegas suyos habían exigido su renuncia, precisamente para poner a salvo el buen nombre de la institución, cuya creación es considerada como uno de los mayores aciertos de la reforma del 91 y cuyo prestigio cubre un nivel internacional y sus sentencias son de necesaria consulta para las demás cortes del mundo. Que haya pedido su renuncia el presidente Santos es lo de menos, porque bien sabemos de su interés por prescindir del magistrado Pretelt a la hora de definir sentencias que tengan que ver con los temas del proceso de paz, dada su orientación uribista. Lo demás es que el caso va al senado para que allí se encarguen de juzgarlo, como han debido hacerlo con el expresidente Samper.

viernes, 25 de diciembre de 2015

PARA SER PRESIDENTE EN COLOMBIA


POR: RAÚL PACHECO BLANCO.

 

Para ser presidente de Colombia se requiere tener un apellido que lo respalde históricamente, ojalá con un par de siglos de antigüedad y que las circunstancias del momento se den, para que los distintos factores de poder se alineen y produzcan el resultado apetecido. Entre los últimos presidentes que hemos tenido a partir de Virgilio Barco, por ejemplo, solo Turbay Ayala, Belisario Betancur y Alvaro Uribe no pertenecen a las familias escogidas. Pero por lo mismo, han tenido que apegarse a una familia determinada con el status suficiente como para que les garantice la llegada a la Presidencia. Virgilio Barco tuvo que recibir el beneplácito de la Casa López, recuerden aquella frase de López Michelsen, ¿si no es Barco, quién? Y desde luego de la casa Santos con el periódico El Tiempo a la cabeza. Belisario tuvo que hacerse a la sombra de la familia Gómez, morder el áspero sabor de la disciplina para perros y la displicencia con que lo miraban los Gómez, para poder aspirar al cargo. En igual forma Turbay Ayala, quien hizo lo propio con las familias Lleras y López, a las cuales les sirvió humildemente hasta que le llegó el momento de sacar pecho y aspirar. Pero era bien mirado por las dos familias, pues no parecía que aspirara a rivalizar con ellos, o sea, lo que no le permitieron a Gabriel Turbay y a Jorge Eliécer Gaitán. Y Alvaro Uribe no obstante contar con el apoyo de fuerzas tan determinantes en su momento como el paramilitarismo, siempre le pidió permiso a la casa Santos para existir políticamente. De ahí que cuando tuvo que acudir a su fórmula vicepresidencial, escogió a Pacho Santos, cuando El Tiempo todavía pertenecía a esa casa. Y luego escogió a Juan Manuel Santos como su sucesor. En tanto que  las casas presidenciales de más antigüedad, llevaron a dos López a la presidencia, dos Pastrana, un Ospina para que este después le devolviera la atención a Laureano Gómez, un Gaviria, cuyo turno era para la casa Galán, filial de la casa Santos, un Samper y dos Santos, un Valencia y dos Lleras.  De ahí que sea muy importante saber a cuál casa se arrima, porque si hay una casa desprestigiada, se genera un veto que hace negativos todos los esfuerzos de coronar. No hay sino que mirar al tinglado para darse cuenta del fenómeno y apreciarlo en toda su integridad, para  no acercarse tanto a un expresidente que tenga rabo de paja.

NI TANTO QUE QUEME AL SANTO...


POR: RAÚL  PACHECO BLANCO.

 
El caso de Natalia Springer da para muchas interpretaciones y sobre todo, para radicalizarse, bien sea apoyándola, o tratando de acabarla. Esto último es lo que parece imponerse a juzgar por el fuego cerrado del periodismo, que se ha unido para borrarla del mapa. A primera vista parece revivir el cuento de la cenicienta, por cuanto una niña que tiene un apellido muy criollo, Lizarazo, se lo taja para ponerse uno más cotizado, como Springer y a partir de ahí le llueven  los contratos y en menos de nada se hace personaje nacional, acumula una suma de dinero apetecible y además se le lleva al extranjero, se le exhibe, se le da oportunidad internacional de mostrar su talento o sus carencias y, luego, se le condecore por una entidad que la ha  remunerado suficientemente, da para muchas reacciones. Las señoras no la pueden ver pues se trata de una mujer muy bonita, con una cara muy cuidada, una estampa cerograsa, una finura de artista y una dicción perfecta, que viene de un talento apreciable y de una cultura que se ha venido haciendo con el tiempo, madurándose. Eso suscita muchas envidias. Los señores que viven en la academia tampoco la pueden ver pues sus contratos no han tenido los rendimientos que Natalia ha obtenido con sus contratos. De ahí que le hayan hecho un seguimiento carnicero tratando de cogerla in fraganti. Sin embargo, ella le ha salido a todo. No niega entrevistas. Y lo hace con una propiedad y un dominio de las cosas que admira. Por eso el Fiscal se ha visto seducido por su talento. Y por eso se la llevó al extranjero, para exhibirla. Y se derrite ante ella. Y ella no se achanta, sino que ve todo normal, como si todo lo que ha hecho hasta ahora no tuviera cierta notoriedad. Y, si, se cambió el apellido criollo y se puso el extranjero ¿y qué? Y el paso por diversas actividades en donde se ha venido cotizando, como  en la radio, al lado de una periodista de la calidad de Vicky Dávila, de columnista de  El Tiempo, en donde se analizaban sus artículo bajo la perspectiva de ser Springer y no Lizarazo, sin que nadie se diera cuenta. Y decana de una facultad de derecho, en fin, toda una carrera que la puede llevar a otras posiciones más elevadas. Y una reportera intrépida y de carácter: al presidente Uribe lo mantiene  en vilo durante media hora, como si nada.

viernes, 18 de diciembre de 2015

EL CHAVISMO, UN MITO FUNDANTE


 

POR: RAÚL PACHECO   BLANCO.

                                 

En Latinoamérica siempre ha habido mitos fundantes, tales como el Pri mexicano que se dio el lujo de dominar completamente el electorado mexicano durante setenta años seguidos. Y el otro gran mito es el peronismo en Argentina, pues a nadie se le escapa que el peronismo ha venido gobernando a Argentina, inclusive desde la óptica de dos ideologías económicas como lo son el populismo y el neoliberalismo. Con Menem el peronismo terció hacia la derecha y los Kishner lo hicieron inclinar hacia la izquierda. Hasta que apareció Macri. En Venezuela Chávez institucionalizó el socialismo del siglo XXI que es otro populismo y no obstante haber recibido el golpe actual, cuando la oposición le ganó las elecciones parlamentarias y amenaza con acabar con las normas que dejó  establecidas el chavismo, no podemos decir que haya derrotado al mito. Al mito Chávez, que empezará a dar sus efectos a partir de la derrota. La oposición es un grupo heterogéneo que viene desde los viejos partidos Acción Democrática y Copei, hasta las nuevas agrupaciones que han surgido a través de nuevos líderes. Por lo tanto, no hay unidad de mando. Una cosa es el partido de Capriles, otro el de los López, pues tanto Leopoldo, quien está en la cárcel como su mujer que se ha convertido en la gran líder y heroína de la jornada electoral, son otra cosa. Además de Corina Machado y de Borges y de Alberto Ledezma. El chavismo arranca con cincuenta curules en la Asamblea Popular. Y allí a su vez, debe resistir el enfrentamiento por la jefatura entre Maduro y Diosdado Cabello. Así que tanto en una fuerza como en la otra, el éxito estará en la unión, pues de lo contrario el trabajo estará perdido. Si para las elecciones presidenciales no logran unirse a través de un solo candidato, el chavismo impaciente por darse la revancha insistirá en quedarse en el poder. Luego no es tiempo de regocijarse sino de seguir trabajando más que todo en el cultivo de la unidad que es definitivo para consolidación de la propuesta democrática. Otro aspecto también relevante en las elecciones venezolanas es la presencia de la comunidad internacional, que estuvo vigilante y que no permitió que el gobierno de Maduro se saliera con la suya. Sobre todo, la presencia de los expresidentes Felipe González y Rodríguez Zapatero, que son representantes del partido Socialista Obrero español, considerado de izquierda dentro del contexto de la política europea y de la política española.

viernes, 11 de diciembre de 2015

EL PLESBISCITO PARA LA PAZ


POR: RAÚL PACHECO BLANCO.

 

Cuando se votó el plebiscito en 1.957 para llevar adelante el Frente Nacional, repartiendo el poder entre los dos partidos tradicionales, se apeló a este instrumento para hacer más democrática la salida, pues la constitución solo exigía que para su reforma se necesitaba únicamente de un acto legislativo. Aquí se amplió el espacio constitucional, pues se apeló al veredicto del pueblo. Ahora, en cambio, el plebiscito se usa dejando de lado la constitución, que no lo tiene como uno de los mecanismos de reforma de la constitución, en donde el acto legislativo, el referendo y la Asamblea constituyente son los mecanismos adecuados. Se trata de crear un instrumento para refrendar los acuerdos de paz con la guerrilla, mediante la contestación de si o no a la pregunta que se hace el plebiscito. El plebiscito ha tenido una trayectoria autoritaria que viene desde la época de los Bonaparte en Francia, cuando se necesitaba aprobar algo para ahorrarse la instancia del Congreso. El general De Gaulle apeló al referendo y con él metió unos cuantos goles constitucionales, pues tratándose de un mecanismo para aprobar el pueblo una norma de carácter legislativo, se iba más allá y hacía reformas constitucionales a base de referendos, hasta que el tribunal constitucional lo pilló y lo dejó sin legitimidad y sin legalidad, al punto que tuvo que dimitir.  Ahora el presidente Santos abandonó la idea inicial del referendo, por cuanto tenía problemas con el umbral de aprobación y se decidió por el plebiscito. El meollo de la cuestión está en que, si el plebiscito solo cumple el papel de respaldo a una propuesta del gobierno, entonces no produciría efectos jurídicos. En tanto si lo que se quiere es hacer una reforma constitucional para que los acuerdos de la Habana entren a formar parte de nuestra constitución, no es procedente, por cuanto la actual constitución no lo tiene como un mecanismo para su reforma. Se necesitaría una reforma previa de la constitución para colocar allí el plebiscito como una herramienta para la reforma de la carta. De lo contrario, sería inconstitucional y los acuerdos de la Habana tendrían que hacerse por actos legislativos producidos por el Congreso, o por asamblea constituyente o por referendo. La Corte constitucional al entrar a analizar la constitucionalidad de la ley estatutaria del acuerdo de la Habana, la objetaría por cuanto en la constitución actual no existe el plebiscito como fórmula para entrar a reformar la constitución, como ya lo hemos anotado.

viernes, 4 de diciembre de 2015

EL GENERAL FRANCISCO FRANCO



POR:  RAUL  PACHECO  BLANCO.

 

Mi admiración ha sido por José Antonio Primo de Rivera, no tanto por el general Franco, quien al fin y a la postre hizo la historia de España en momentos tan cruciales, cuando se definía el camino que debía seguir. Pero debemos reconocer que España le debe a Franco el no haber perdido tiempo en la experiencia socialista o comunista, que ingenuamente los republicanos trataban de hacerle tragar a España en esos años cruciales de principios del siglo pasado. Rayos y centellas. Lo cierto fue que ese sistema que se insinuaba como la panacea para  acabar con la pobreza y la desigualdad en el mundo, se vino a pique en 1.989, dejando a Cuba colgada de la brocha, a China con un pie en el capitalismo de estado y a Venezuela tratando de enderezar el entuerto a base del pulmón del petróleo.  Franco desde luego no tiene la dimensión del general De Gaulle, pero por lo menos tuvo el carácter y la voluntad de creer en algo y someterse a sus consecuencias. Se la jugó y cuando esperaban que su torpeza terminara mal, le dio vuelta al mundo y organizó su sucesión, poniendo en manos de Juan Carlos la transición en España y dando pie para que dos estadistas como Adolfo Suárez y Manuel Fraga Iribarne, ayudaran a consolidar el nuevo orden español. Y vendría a su vez Felipe González con su lucidez a escoger la vía de la Unión Europea en lugar de aventurarse en continuar con la utopía socialista. Tanto Franco como Felipe González vieron clara esa situación. De otra parte, los republicanos cometieron la torpeza de fusilar a José Antonio, quien tenía un bagaje ideológico en base a una tercera vía entre el capitalismo y el socialismo, que hubiera evitado el franquismo. José Antonio era un intelectual, a quien a los treinta años ya le cabía el mundo en la cabeza y percibía el peligro que implicaba el socialismo, pero también las lacras del capitalismo. Franco puso las bases de lo que hoy es España, tanto en el aspecto democrático como en lo económico. Y   tuvo el acierto de ahorrarle a España su paso por el comunismo. Lo demás es paisaje. .  P.D.  Recomiendo la lectura del libro “ Antonio José de Sucre”  del doctor Marco Aurelio Skinner Vásquez, quien en pulcra edición  hace un análisis del mariscal de Ayacucho como precursor del derecho internacional humanitario. Es fruto de su dedicación y de su provechoso paso por la academia.