El actual fiscal Néstor Humberto Martínez es un personaje omnisciente: está en todas partes. En
la empresa privada o en los cargos públicos. Inclusive se crean cargos
especiales para él como el superministerio en la presidencia de Juan Manuel
Santos, a donde llegó pero con el objeto de estar en otra parte: porque cuando
estaba en el gobierno, todo el mundo sabía que estaba buscando la Fiscalía. Y
tejió la malla con tal maestría que evidentemente fue elegido fiscal, con todos
los honores. En un principio pareció ser una ficha del presidente, porque tan
pronto comenzaron las acusaciones del senador Bula, él se anticipó a absolver
al gobierno y dejar la cosa en manos del Consejo Electoral, que es una oficina
administrativa y no judicial. Pero lo que más intriga es el afán de llegar a la
Fiscalía. Parecía que ya no llegaba, según el afán que se le salía por todos los poros. El sabía o intuía que en la fiscalía estaba la jugada,
que por la fiscalía irían a pasar muchas aguas sucias a las cuales se debía
anticipar, o estar ahí al menos, para
hacer algo, o tratar de hacerlo. Y así fue, de los Estados Unidos empezó a
llegar información sobre los negociados de Odebrech y puso el oído y luego las
manos para activar su capacidad de investigación. Y se encontró con lo que
buscaba: es decir, que había un entuerto de la madona en donde no se salvaba
nadie. En que la campaña de Santos había recibido dinero y nada menos que el zar anticorrupción, el
doctor Moreno estaba más untado de lodo,
que la iglesia de Armero luego de su deslizamiento. Y si en un primer momento
tuvimos la sensación de que el fiscal obraba de acuerdo con el gobierno, al fin
y a la postre, se le vieron otras uñas, sacándoselas a cuanto personaje
apareciera, para inculparlo y ponerse al día en las preferencias de la opinión
pública. Ya la gente se maravillaba de verlo tan severo, tan estricto. Una
periodista tan respetable como María Isabel Rueda, si antes sospechaba de él,
ahora no acaba de elogiarlo, de ponerlo por las nubes. A estas alturas su
prestigio raya en lo más alto y pone las cosas en su sitio. Pero sigue el
misterio. ¿Qué busca el Fiscal: trabaja para alguien más alto, o busca una
candidatura presidencial para más adelante, o quiere ser un fiscal con toda la
barba? Porque caben todas estas posibilidades.
jueves, 31 de agosto de 2017
jueves, 24 de agosto de 2017
DEL PAIS DEL SAGRADO CORAZON AL DEL “ÑOÑO” ELIAS.
POR: RAUL PACHECO BLANCO.
El “Ñoño Elías” cuando estaba en la primaria de Sahagún no
pensaba que iría a partir en dos la historia del país. Si bien García Márquez
nos había adelantado un tanto en el conocimiento de ese Macondo mágico, ahora
el Ñoño Elías nos daba una versión más actualizada, modernizada, de acuerdo con
los últimos cánones éticos. Antes nuestros presidentes tenían que vender los
sueldos para poder subsistir, como es el caso de Marco Fidel Suárez, a quien le
cayó implacable Laureano Gómez para hacerlo trizas en debates espectaculares.
Ahora el sueldo es lo de menos para el Ñoño Elías: apenas le alcanza para los
gastos de bolsillo porque para lo demás, están las coimas por gestiones ante la
administración pública. Pero las cosas no se dan solas ni se producen de la
noche a la mañana, se trata de un lento proceso de acumulación cultural, de
familias por largo tiempo asentadas en el poder regional y que aprenden la
técnica de volver billete todo lo que tocan. La cultura de la comisión, que
viene desde los abuelos y que se hace perentoria, llena de matices eso si, como
en el caso del Ñoño Elías, quien tiene un carisma especial, según él, una
simpatía innata que le permite presentar lo impresentable, de envolver cualquier
propuesta por indecorosa que sea con el papel celofán que adorne y luzca. Aquí todo es eficiencia,
pericia, audacia, cinismo, como el del expresidente Samper que ahora se lava
las manos de su paso por la secretaria de Mercosur, en donde fungió como vocero
del régimen chavista y logró empantanar el proceso venezolano con la
intervención del Papa, para darle aire al
gobierno de Maduro que estaba contra la pared, acorralado por la oposición. Todo
hecho con gracia, como son las cosas del Ñoño Elías. Ya desde la pila bautismal
se establece un vínculo de sangre con el contrato y le dan un baño de agua y le
salan la lengua, como señal de un pacto
para toda la vida. Se imagina uno los regalos de primera comunión: un par de novillos de raza,
un caballo pura sangre y un contrato. Son escuelas en donde el talento para el
negocio se da solo, en donde los genes pasan de generación en generación sin
que se interrumpa su ciclo productivo. Hoy el país del Sagrado Corazón se
sonroja a lo lejos, mientras el país del Ñoño Elías emerge a sotavento, como
decía Ortega y Gasset.
jueves, 17 de agosto de 2017
ELECCIONES 2.018.
POR: RAUL PACHECO BLANCO.
El expresidente Uribe puede llegar a ganar las elecciones parlamentarias pero no las presidenciales.
Por simple percepción se sabe que los candidatos fuertes, con estructura
política suficiente para llegar a las finales serán German Vargas Lleras y
Humberto de la calle. Obedecen a fuerzas
estructurales de vieja data que se han sembrado a través de la historia y que
no parece estar en camino de extinción. Hay mucho ruido alrededor del sistema,
pero lo cierto es que el país tradicional va a expresarse en las próximas
elecciones presidenciales. Es la Colombia profunda, que se ve amenazada por
distintos flancos, tanto de la izquierda como de la derecha. Esa Colombia
profunda le teme igualmente a Petro, a Robledo, a Claudia López, tanto como a
Alvaro Uribe. No está todavía madura
para sostener una candidatura como la de Fajardo, pues le falta el anclaje del
amor y del odio y para eso todavía Colombia no está preparada. En tanto que se abre camino por los lados de la
paz y ahí es donde entra a jugar Humberto de la Calle, como expresión de ese
anhelo, pero también con la carga de todas las deficiencias del proceso seguido
con las Farc. Y si bien es cierto que podría ser el candidato ideal para ser el
oficial, el Presidente Santos sabe que lo perjudica si le pone todo el peso del
estado a su favor, pues habría una reacción que no se sabría medir. Como quien
no quiere la cosa le toca apoyar a German Vargas Lleras, ojalá por debajo de
cuerda para que no se note, si quiere salvar mucho de lo que hasta ahora se ha
logrado dentro del proceso de paz. Porque si ganara las presidenciales el
sector de Uribe, se vendría abajo todo el
proceso. En tanto que con Vargas Lleras se puede salvar lo que vale la
pena de salvar, lo que en realidad quiere el pueblo colombiano. Porque siempre
se comete la misma equivocación: todo el que no esté de acuerdo, al pie de la
letra, con el proceso de paz es uribista, cuando eso no es así. La mayoría de
los que se expresaron con el no en el plebiscito no es uribista y los medios de
comunicación le quieren dar esta connotación. Luego hoy para la Colombia
profunda el mejor negocio es tratar de salvar el proceso de paz, pero con enmiendas,
cosa que haría Vargas Lleras y que no haría Humberto de la Calle. Es la salida
más racional.
jueves, 10 de agosto de 2017
LA OPOSICION VENEZOLANA.
POR: RAUL PACHECO BLANCO.
Algo debe estar funcionando mal en la oposición venezolana. La
estrategia de sacar gente a la calle todos los días para que la policía de
Maduro haga lo suyo, está mandada a recoger. Se necesitan otras estrategias
para poder enfrentar un gobierno dispuesto a todo, pues saben lo que se juegan:
el poder o la cárcel. Ya no se puede echar mano de un gobierno norteamericano
dispuesto a gastar dólares en una
invasión, no por prejuicios democráticos, sino por costos. La mano de Trump no
se moverá en favor de Venezuela. Y aunque no haya bipolaridad, ahí están a la
zaga Rusia, Irán, China, Corea del Norte como elemento disuasivo para
contrarrestar cualquier intento de invasión. Las instituciones internacionales
se debaten entre proteger las soberanías nacionales y las divisiones políticas
entre los países de acuerdo con afinidades ideológicas. De otra parte, la obra
de Chávez dejó raíces a nivel de pequeños países que ahora le aportan
solidaridad. Desde que empezó la lucha entre el gobierno Maduro y la oposición,
siempre han estado a la ofensiva las fuerzas del gobierno, que con ejecutivo y
judicial, agregado al poder de las fuerzas armadas, han sorteado todos los
obstáculos creados por la oposición. Siempre se ha dicho que la política no
tiene alternativas: se la hace o se la padece. En el caso de Venezuela, la
política la ha venido haciendo el gobierno y la ha padecido la oposición. ¿Falla
la estrategia, fallan los lideres?. La estrategia de salir a la calle a
protestar todos los días, solo ha dejado muertos, sin que se coseche algún
rendimiento. Cuando el gobierno Maduro estaba contra la pared, vino la jugada
de utilizar al Papa para quemar tiempo y reponerse de la incomodidad en que
estaba. Se dejó seducir por tamaña propuesta, que le costó la situación que
ahora afronta. En tanto que el gobierno sacó del bolsillo cubano la estrategia
de la constituyente para envolver en un
cascaron de legitimidad aquello que era ilegal por naturaleza y, lo logró,
ante el pasmo de los organismos internacionales y el desconcierto de la oposición.
Y como si fuera poco, no solamente eligieron constituyente, sino que se tomaron
la sede del legislativo, para dar paso al nuevo aparato legislativo, y constitucional.
Luego se impone un cambio de estrategia, bien sea a nivel
internacional para buscar apoyos y movilizar la opinión pública mundial, o a
nivel interno sacando partido de la disputa Maduro - Cabello, o intentar algo
con el ejercito venezolano.
jueves, 3 de agosto de 2017
EN TORNO A DIOS.
POR: RAUL PACHECO BLANCO.
En la Edad Media se produjo la primera globalización en
torno a la religión. En este caso, la católica, que en ese momento se señalaba
como la única verdadera. Y no se habían producido acontecimientos como la
reforma, el renacimiento, la ilustración, la revolución francesa y menos la
revolución rusa. De ahí que ese espacio lo copaba la religión católica Y el
hombre empieza un periodo amplio de independencia, apartándose de los modelos
religiosos de la Edad Media como el Renacimiento, cuando luchó por
una autonomía de la persona que se reflejó en las artes. Luego aparece la
Ilustración que sitúa la razón como el centro del hombre, su capacidad de libre
albedrio, dejando de lado a Dios como principio y fin de todas las cosas. Y la revolución
francesa ya se va de frente contra Dios, el pueblo arroja las imágenes representativas de la iglesia fuera de los
templos, se borra el nombre de Dios en esta primera constitución y como efecto-demostración
en las demás constituciones del mundo, para entrar de lleno el pueblo a ejercer
cualquier capacidad de legislar, en nombre de una persona que era principio y
fin de todas las cosas. Y como si fuera poco, aparece otra religión de carácter
político como el comunismo, que quiere realizar el paraíso en este mundo,
diseñando una sociedad soldaría autosuficiente Y Dios ahí. Luego la revolución
tecnológica. Pero se produce el holocausto judío, que para filósofos como Lyotard
indicaban el fin de una época
racionalista y el comienzo de una segunda modernidad, ya con otros valores,
porque ahora el hombre sin el imperio de la razón, vuelve a buscar la
espiritualidad y los contenidos religiosos. Y la religión se vuelve pluralista,
ya no es el monopolio de la iglesia católica, sino de distintas religiones, que
utilizan el mismo esquema de un Dios y de un
profeta que lo representa en la tierra, como judaísmo, el islamismo y el
arco iris protestante. Eso sin contar con el Dios de los orientales. No es que
Dios haya cambiado, siempre ha estado ahí. Los que hemos cambiado somos nosotros.
De ahí que tenga razón el papa Francisco cuando dice: “Yo creo en Dios, no en
un Dios católico, porque no hay Dios católico, solo hay un Dios. Creo en Jesucristo
y su encarnación. Jesús es mi maestro y mi pastor. Dios es el padre. Abba es la
luz y el creador.” Dios no pude ser solo de los católicos. ¿Y los demás qué?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)