sábado, 29 de marzo de 2008

Estados fallidos y estados ilustrados

POR: RAUL PACHECO BLANCO

Zagrebelsky nos ha planteado el caso del derecho en una sociedad pluralista que debe acomodarse a situaciones de tiempo, modo y lugar y no convertirse en una pieza inerte, como para que trabajen sobre él los arqueólogos.
A eso lo llama el derecho dúctil.
Pero en el caso de los Estados Unidos su derecho se ha convertido en un derecho blando, porque lo penetran los objetivos políticos que se busquen en un momento dado y no el texto mismo porque su dureza no llega a tanto .
En primer lugar el derecho internacional les resbala, porque no atienden sus contenidos si están en contra de conveniencias políticas suyas.
La no intervención, por ejemplo, para proteger el territorio de violaciones por parte de otro estado, no es contemplado porque se parte de la base de que el derecho interno prima sobre el internacional y deja a los pequeños países para que le acepten entre si, pero sin relevancia alguna con el suyo .
Para los Estados Unidos es legal y legitima la ocupación de un país o la guerra contra él, si sus intereses así lo determinan.
Ahí está el caso de Irak, el más reciente.
Si Estados Unidos necesita ocupar un territorio porque los puede abastecer de petróleo, lo hace sin ningún sonrojo jurídico. Ahí su derecho interno es duro y el internacional blando.
Y se da el lujo de establecer categorías entre los estados, clasificándolos como “estados fallidos”, a aquellos que no pueden ofrecer seguridad a su población y “estados ilustrados “ los que pueden acudir a la fuerza para defender su seguridad, como es el caso de Estados Unidos.
Y de acuerdo con Clinton, estados terroristas o estados canallas.
Los estados ilustrados pueden valerse de la “legitima defensa anticípatoria” `para destruir o salvar según su manera de ver y entender las cosas, a los estados fallidos, terroristas o canallas.
Su derecho pues no es el resultado de la equidad, de la justicia, sino de los intereses políticos que muevan al estado norteamericano, y no a la sociedad americana. Y no con relación a su organización interna, sino en su relacion con otros paises.
Poco a poco se irá acercando a concepciones como las de la Alemania de entreguerras, como la pureza de raza para justificar su poder de ordenar el mundo, de acuerdo con sus ideas.
Y ahora el combate no es contra el comunismo, sino contra el “islofascismo”, que es la mayor amenaza que se cierne ya no contra los Estados Unidos, sino contra la civilización occidental.
Este es el tema del libro “Estados fallidos” de Noam Chomsky entorno al abuso del poder y el ataque a la democracia, que cuestiona seriamente la concepción de su derecho al convertirse en perrito faldero de su política y no dejarle espacio alguno para moverse .

viernes, 28 de marzo de 2008

CARLA, SOFIA Y AMPARO

POR: RAUL PACHECO BLANCO

Ahora se ven bien claras las intenciones de Nicolás Sarkosy de embarcarse en la aventura de sus romance con Carla Bruni, para exhibirla junto a él, formando pareja, repitiendo las experiencias de los Kennedy y de los Clinton, a quienes les fue bien. La acaba de llevar a Londres, como una joya de cancillería, con su figura estilizada, más francesa que italiana y deslumbrando a todo el mundo, empezando por la reina quien se veía como un remedo de la época victoriana, con un sombrero que le sobraba ante la boina apenas tocada de Carla y su estatura de modelo, cultivada en gimnasios y no en ejercicios palaciegos. Pero le debió pesar a Sarkosy, en lo más profundo de su ego francés, que supera con creces al argentino, al ver a Carla moviéndose en el escenario con más soltura que él y, sobre todo, opacándolo. Ahí debío morderse los labios. En medio de todo Sarkosy se debió sentir más heredero de los Capetos que de los Miterrand y los de Gaulle, exponiendo ante la realeza inglesa los argumentos sólidos de Carla, que encarna una especie de emperatriz moderna, aligerada de ropas, pero más estilizada que las señoras de los monarcas absolutos. Al mismo tiempo que ella deslumbraba en Londres aparecieron en Paris, los desnudos de Carla, en donde le quita méritos a la maja vestida, porque el seno, si bien erecto y quinceañero, hace olvidar a la espléndida belleza de Sofía Loren, con sus pechos napolitanos exuberantes y sus amplias caderas que se mecían en las playas del Mediterráneo en los años 60. Y no tiene caso con Amparo Grisales, bien cultivada de arriba abajo, con espléndidas salidas a mar abierto, que dejan la certidumbre de la decadencia del imperio romano en materia de salidas y balcones mórbidos, ante la regia presencia de montaña andina de Amparo Grisales. Pero en cambio lo que no perece y queda intacto, antes realzada, es la elegancia de las viejas cepas, que envuelve tanto la silueta como los desplazamientos de Carla en los escenarios internacionales. Ahí si no hay nada qué hacer. Y Sofía y Amparo se quedan a la zaga de Carla que se desliza como una danzarina en el hielo, opacando todo lo que se le ponga por delante. En París ya cada quien tiene en su casa el desnudo de Carla, privilegio que no se lo dan otros países, de admirar el cuerpo desnudo de su primera dama. Queda en cambio la sensación de que la primera dama de Francia se ve mucho mejor vestida, que desnuda, porque viene a reflejar más bien las épocas de la posguerra europea, cuando tallaba más el hambre que el gimnasio. Y el rostro es tan bello que no necesita vestirlo.

viernes, 14 de marzo de 2008

Señor, es una revolución .

POR: RAUL PACHECO BLANCO

Cuando Luis XVI trataba de formarse una idea de lo que estaba sucediendo , le dijo a uno de sus subalternos: hay que parar esta rebelión y el subalterno le contesto: Señor, no es una rebelión, es una revolución.
Esto mismo ocurre con la actual situación de Latinoamérica y luego de las escaramuzas vividas con los vecinos Ecuador y Venezuela. La paz no esta asegurada.
Muy claro lo ve Openhaimer desde Miami; analizando lo que acaba de ocurrir y lo que sigue: la confrontación.. Porque ya no se trata de problemas de limites, de aguas marinas y submarinas, sino de ideología.
Latinoamérica se encontró de pronto con un coronel que dio un golpe de estado fallido y luego se hace elegir democráticamente. Pero una vez hecho esto, no sigue la línea de la mayoría de los países del hemisferio, sino que mira hacia Cuba y se ve en su espejo para hacer de la revolución su punto de llegada .
Apenas se acaban de destapar las cartas y vemos la coincidencia de aparecer otro actor en el escenario que lleva el mismo parlamento, como es el caso del Ecuador, da para pensar que el socialismo si murió en Europa y no se dió en Estados Unidos, en Latinoamérica si se va a dar.
Esta ya es una empresa armada entre socios de la misma cuerda, que no solamente contempla a Venezuela y Ecuador, sino también a Bolivia, con una Meca en la Cuba de Fidel y Raúl.
Las pruebas que se encontraron en el computador de Raúl Reyes, aportan un nuevo elemento, no insospechado pero sí negado, de la vinculación de los gobiernos de Chávez y Correa con las Farc. Es el bloque bolivariano al cual solamente le quedaría faltando Perú.
Existe entre todos una identidad ideológica: nacionalización de empresas, para ir paulatinamente liquidando la propiedad privada, , gobierno autoritario en trance había el totalitarismo , eliminación de la separación de los poderes públicos , creación de un partido único, en la medida en que se vaya dando la evolución política y dejando el estorbo de los actuales partidos.
Si analistas como Álvaro Gómez señalaban que en Latinoamérica no se ha dado la revolución, ahora se puede contemplar esa posibilidad.
Porque en realidad, las revoluciones europeas las absorbimos mediante mecanismos que aligeraron su choque.
La revolución inglesa del siglo XVII, aquí la convertimos en una independencia, donde el liberalismo llegó como doctrina dominante y formó la generación libertadora. Y no obstante seguir las huellas de la revolución francesa, esta generación no produjo la inserción de la democracia a su cultura política, que solo vino a darse con la generación radical.
Los radicales fueron, de pronto en una forma tardía los catalizadores de la democracia., pues Bolívar y Santander no pasaron del liberalismo.
Esa inserción de la democracia tal vez fue la época más dramática que se ha vivido y la que más se parece a una revolución, porque implicaba ya un corte de cuentas con el dominio de la Iglesia Católica y con el debilitamiento de los poderes del estado para dejarle el camino libre a la sociedad, mediante la empresa privada y el pluralismo político.
Pero tampoco hubo un cambio de estructuras. Se asimilaron las revoluciones norteamericanas y francesas, pero más que todo en lo que tiene que ver con la democracia. Y faltaba la última, la revolución bolchevique que abarcaba más ámbitos, más estructuras, porque la mayor expresión de la modernidad, creo yo, sea el comunismo . Se vinieron al suelo clases sociales, partidos políticos, propiedad privada, libertades públicas. Y la influencia de semejante impacto lo vinimos a sentir en forma por demás atenuada, en 1936 cuando Alfonso López impuso la revolución en marcha.
Pero la revolución socialista propiamente dicha la soslayamos, la convertimos en reforma y si bien es cierto la Iglesia y el partido conservador pusieron el grito en el cielo, no pasó de ser un ingenioso expediente para no dejar circular la verdadera revolución.
Esa es la verdad. Y en el resto de Latinoamérica sucedió lo propio Perón maquilló la lucha social, Haya de la Torre abrió expectativas, los militares trancaron duro en la época de los 50 y Chile aportó a Pinochet para no dejar entrar la revolución.
Así que la lucha ha sido fuerte par evitar ese experimento, contando con la presencia permanente de los Estados Unidos que se convirtieron en la contra parte beligerante de ese sistema.
Y lo grave es que ni el liberalismo, ni el capitalismo, ni el neoliberalismo han logrado tallar la alternativa.
Un continente así, se encuentra como caldo de cultivo servido, para que lo paladee la revolución de Chávez, de Correa y de Evo Morales, siguiendo el modelo de Castro.
De nada valen los argumentos que en este caso, es la experiencia, del fracaso del modelo socialista en el mundo, porque hasta los viejos personeros como la China, se han inventado otro cuento.

jueves, 13 de marzo de 2008

LA REBELIÓN COMUNERA

Por: Raúl Pacheco Blanco.

En la rebelión comunera falló la clase dirigente. Fallaron también las alianzas episódicas de clase en el juego entre plebeyos y nobles y de todo eso se aprovechó el gobierno español para enfrentar su primer reto serio en siglos de dominación. La plebe obligó a los nobles a que la acompañara en una aventura incierta. Escogieron a Berbeo y él se aprovechó de la circunstancias, porque realizó un doble juego al mismo tiempo: aceptaba ser el jefe supremo de la insurrección pero iba ante el notario para extender su exclamación, “temeroso de recibir la muerte con su familia, violentados por la plebe y sin caer en la fea nota de traidor al Rey”. Borraba así con el codo lo que hacia con la mano. Y los demás capitanes comuneros hicieron lo mismo, curándose en salud de lo que pudiera suceder. Los aliados nobles de Santafe encabezados por Lozano de Peralta hicieron lo propio. Cuando éste se hallaba en malos términos con la corona española, porque estaba cobrando mas de la cuenta en su monopolio de carnes, alentó a la provincia para que se insolentara y luego cuando vió la cosa difícil, pagó de su propio peculio, armas y tropas para defender la capital del asedio de los Comuneros. El jefe de los indios, don Ambrosio Pisco, se unió a los Comuneros para sacar ventajas en sus negocios y hacerse proclamar como rey de los indígenas, creyendose un Tupac Amaru, para luego claudicar y ofrecerse para detener a los Comuneros cuando planeaban ir hasta Santafe una vez reunidos en Zipaquirá. Berbeo vio también la oportunidad de asegurar lo que siempre había soñado, y la tiró de dos cabezas, realizando el juego sinuoso en que se envolvió, para ser el corregidor del Socorro. El arzobispo Caballero y Góngora a su vez se ofreció de mediador y gracias a sus buenos oficios, logro engañar a los Comuneros en convenios santificados por el rito, para luego lavarse las manos como cualquier Pilatos y hacer méritos ante Carlos III, el pregonero del iluminismo y el perseguidor de los jesuitas de España. José Antonio Galán se bajó de su estatua y en lugar de apresar al Visitador Gutiérrez de Piñeres, como fue la orden recibida de Berbeo y el Común, le envió una carta para que se perdiera por “una montaña bajo tierra, “ sin que lo sienta la tropa y a mí no me sobrevenga nada”, para ponerse a tono con los demás capitanes en su exclamación. Y Salvador Plata se ofreció a capturar a Galán, cuando este pobre hombre ya se hallaba perdido, financiando de su propio bolsillo la operación. Y Berbeo coronó su empresa porque llegó al cargo con el cual habia soñado toda la vida, para saldar sus deudas de juego. Ahí la única que se salvó fue Manuela Beltrán. Y eso porque no volvió a actuar más.

viernes, 7 de marzo de 2008

¿HACIA DONDE VAMOS?

Por: Raúl Pacheco Blanco

¿Debe pasar Latinoamérica por un período de guerras al estilo europeo, antes de llegar a su unificación?. Europa tuvo que resistir el embate de los imperialismos fascistas y comunistas, vivir la experiencia en pellejo propio y llegar al pleno convencimiento de su fracaso. A partir de ahí se reconstruyeron, inventaron el estado social de derecho y sobre esas bases estructuraron un modelo de sociedad más equilibrado. Hecho esto, constituyeron la Unión Europea, con intensos tropiezos por la insolidaridad de Inglaterra, la complejidad de Francia y la resistencia de los últimos nacionalismos. Ahora enfrenta el reto de Turquía que abarca más universo.
Latinoamérica ha contemplado en su evolución la falta de solidaridad y la endogamia de sus caudillismos que por diferentes épocas ha encerrado a los países en sí mismos. Y ha sido el continente de la paradoja. Dígalo sino el caso del coronel Hugo Chávez, quien se dice adalid de la unidad latinoamericana, cuando lo que ha hecho es tratar de dividirla, de crear conflictos y asumir una posición imperialista envuelta en el rechazo a los imperialismos. Y lo más grave es que hemos tratado de seguir las etapas que Europa ha transitado, tratando de adoptar y adaptar sus modelos. Somos herederos de su liberalismo, de su democratismo, de su socialismo y de su neoliberalismo, además de su fascismo. Getulio Vargas en el Brasil quiso adaptar el fascismo, Perón y Jorge Eliécer Gaitán, revolvieron el fascismo con el socialismo, Haya de la Torre en el Perú también estructuró su APRA con bases socialistas y nuestros partidos políticos evolucionaron al ritmo europeo. Pero no les copiamos el modelo de las confrontaciones entre los países, que aquí han sido excepcionales: roces en el cono sur, o en los países andinos por cuestiones de linderos, pero no nos habíamos envuelto en la disputa ideológica que llevó a la guerra fría, entre socialismo y capitalismo, o a las guerras mundiales, la última de las cuales tuvo su connotación ideológica, cuando Hitler y Mussolini quisieron imponer el fascismo. Ahora el coronel Chávez, engloba dos concepciones europeas: el fascismo y el socialismo, para tomarlo como base de una Latinoamérica que debe seguir la experiencia, ya no de la revolución fascista sola sino también de la socialista, cuando ambas fracasaron en Europa. Y se va lanza en ristre contra la armonía bolivariana que nos enseñó Bolívar, tratando de romper nuevamente, como lo hicieron Páez en Venezuela y Florez en el Ecuador, para acabar con la Gran Colombia, el sueño del Libertador.