viernes, 29 de abril de 2016

¿POR QUÉ SE ACABÓ EL GAITANISMO?



POR: RAÚL PACHECO BLANCO.

 

Que hubiera muerto Jorge Eliécer Gaitán es algo a lo cual terminamos por acostumbrarnos. Pero que hubiera muerto el gaitanismo, si es algo que lleva a la reflexión sobre todo si se tiene en cuenta el fervor que despertaba Gaitán, además de una nítida posición política que iba a tono con la época. El estaba sintonizado con la hora, iba en la cresta de la ola, nada le impedía llegar a la Presidencia. Nunca en la historia se había presentado un fervor de masas como el que despertaba Gaitán. Es que hasta los conservadores se volvieron gaitanistas. Pero cuando se analiza el caso de otros líderes, como Juan Perón en la Argentina, quien despertó un fervor parecido, si logró sobre vivir y actualmente es la fuerza dominante en la política del país sureño, no obstante la reciente derrota ante Macri. Y en un menor volumen Haya de la Torre en el Perú sobrevive a través del Apra y de la persona de Alan García, quien ya ha sido presidente por dos veces en su país. Generalmente cuando un movimiento tiene bases caudillistas el modelo no sobrevive, porque muerto el líder, muerto también su pensamiento. Pero en Gaitán no solamente era la expresión de un líder con toda la barba, untado de pueblo hasta los tuétanos, sino además un sentimiento de clase y un bagaje ideológico que se insertaba en la época y que daría sus frutos en el mundo. Porque el socialismo a pesar de su fracaso final, siempre alcanzó a imponerse y convertirse en un hecho histórico en que el pueblo raso iba a ser por primera vez, el propio conductor de su destino. Tal vez Gaitán no formó su segundo de abordo, como si lo hizo Hugo Chávez andando el tiempo, ya que su liderazgo fue total y absorbente. Pero quedó su hija, fiel y devota seguidora del caudillo y ella se dedicó a la política. Pero no prendió, no se convirtió ella en el símbolo de lo que representaba su padre. Pasaron los años y cuando ya se cumplen 67 años de su muerte, el árbol no floreció. ¿Se debe al hecho de que la izquierda no prendió en Colombia, vacunada quizá con la reforma del 34 de López Pumarejo, la cual  resultó tan efectiva que enervó la fuerza de ese izquierdismo latente que alcanzó a vivir el país?. ¿O al desprestigio de la izquierda encarnada en la guerrilla?¿ O la habilidad de las casas presidenciales dominantes?

 

 

jueves, 14 de abril de 2016

"SE ME ARRECHÓ EL APELLIDO"



POR: RAUL PACHECO  BLANCO.

 

En Santander el mal genio tiene un fuero especial y no es considerado como defecto, sino como virtud, o mejor, cualidad. Y ese mal genio es asimilado al carácter. Prácticamente cuando se habla de alguien que tiene mal genio es porque tiene carácter. Y en desarrollo de ese fuero la persona que lo lleva se puede dar toda clase de lujos: por ejemplo, no saludar, mirar por encima del hombro, alzar la ceja. Además, es motivo de toda consideración, de respeto, de tolerancia, de miedo. Y si alguien aspira a que se le respete o que se le tenga miedo, debe ponerse bravo y de ahí en adelante, vivir bravo, con mal genio. El fuero conlleva tener el derecho de no hablar y contestar con gestos agresivos o con malas palabras. Y ese mal genio para que sea válido debe llevarse en los genes. Forma parte de la herencia y se extiende a su prole como una clausula testamentaria. Así que en estos casos, el fuero se vuelve grupal, cobija a personas que lleven el mismo apellido. Y desde luego, resulta totalmente inmanejable, a la persona que esté poseída por ese demonio, o mejor, por ese Dios, no se le puede culpar de nada, porque eso se lleva en la sangre. Así que resultan siendo de mal genio los apellidos, ya no la persona que lo padece, sino su estirpe. Es como un título de nobleza. El otro día iba por el parque de San Pio y pasaba junto a un par de señoras que se dedicaban a hablar y a contarse sus cosas, cuando escuché que una de la decía a la otra: Y se me arrechó el apellido. Y con esa arrechada del apellido ponía fin a la historia, la cerraba con broche de oro, para significar que cuando a ella se le subía la bilirrubina, no había fuerza que la pudiera detener y dejaba desde luego callada y humillada a la otra persona. Pero al mismo tiempo demostraba que ella no tenía la culpa, sino la culpa era de su apellido, de su sangre, que le dictaba normas de comportamiento ineludibles, contra las cuales no había nada qué hacer. Eran fuerzas desatadas de corrientes internas que no se podían detener, encauzar o desviar, había que dejar que ellas obraran por su cuenta, que ellas plantaran cara y dijeran lo que  tenían qué decir. Lo cual significa que hay apellidos más arrechos que otros, los cuales deben empezar a respetar las jerarquías. No todos pueden darse ese lujo, no, hay que jalarle al respetico y dejar que la misma sociedad se encargue de jerarquizar las arrecheras.

domingo, 10 de abril de 2016

RECUERDOS DE MANUEL NARVAEZ OBREGÓN



POR: RAUL  PACHECO  BLANCO.

 

Cuando existía la célebre calle R3 alrededor del colegio de San Pedro Claver, las familias se alineaban por el sector, siempre buscando una buena ubicación y sobre todo, cerca del colegio. Hacia la parte de arriba estaban los Mejía Borda, la familia de Teresita Serrano, los Serrano Uribe, los Narváez Obregón, los Uscátegui Mantilla en toda la esquina diagonal al templo de San Pedro y hacia abajo las Motta, dos solteronas increíbles, una de las cuales llamábamos Cristóbal Colón por su parecido con nuestro descubridor. En la esquina de la siguiente cuadra estaban los Micolta, bogotanos y, al frente la casa de Estanislao Olarte.  Manuel vivía con su familia entre los que se contaba Miguel. Con Manuel formábamos parte del equipo de básquet del curso y creo que entre los dos no llegamos a encestar más de veinte canastas en todos nuestros cinco años de bachillerato. Pero Manuel era feliz haciendo fintas, sacando el pecho, corriendo más de la cuenta, siempre en plan de demostrar sus ancestros andaluces. Desde luego no llegamos ni a formar parte del equipo del colegio, pero el entusiasmo si hervía. Esas noches frescas de una Bucaramanga que se fue, era el teatro propicio para invitar a las niñas que cortejábamos a ver los partidos, en donde corríamos más que encestábamos, pero siempre atentos al ojo de las niñas, alumnas de las Pachas o de la Presentación. Se jugaba más para las niñas que para el equipo. El equipo era lo de menos, cada quien cogía la bola y se iba con ella para ver si en su afán lograba la canasta, esquiva siempre. Y además, Manuel era compañero para ir a recorrer la ciudad, en plan de descubrir una nueva niña que nos llenara de ilusiones y sobre todo, nos hiciera olvidar las clases de física o química. Y tenía un ojo certero, pues él se encargó de descubrir para toda la gallada la casa de una niña muy bonita como Delia González, en cuyos alrededores flotaba un olor a pan fresco. Y Delia sería la novia de toda una generación, menos de nosotros que la habíamos descubierto. En eso pasábamos los días en esa Bucaramanga de los años cuarenta, cruzados si por ciclos de violencia como el 9 de abril, cuando en el colegio nos reunieron para explicarnos lo que estaba pasando.  Supimos de la muerte de Manuel, por su hermano Miguel, para quien va un abrazo junto con su familia toda.

martes, 5 de abril de 2016

¡¿POR QUÉ FRACASA COLOMBIA?


POR: RAUL  PACHECO BLANCO.

 

Para Enrique Serrano en su libro ¿Por qué fracasa Colombia?, la nacionalidad nuestra se formó en la época de la Colonia. Fueron trescientos años ininterrumpidos en que una población fugada de España, concretamente del sur, de Andalucía, emigró para sacarle el cuerpo a la ley de pureza de sangre, consistente en no tener en su sangre genes judíos o musulmanes. Durante esos trescientos años se asentó una personalidad nacional en donde la cotidianidad primaba por encima de todo, en donde nos existían grandes alternativas y planes ambiciosos de algún calado histórico. Se trataba de una emigración de gente común y corriente para quien la vida significaba pasarla de agache, viviendo con tranquilidad y sin violencia. Aquí precisamente contrapone Serrano el talante del colombiano al cambiar con la independencia y al poner a la orden del día las guerras civiles. Pero en la época de la colonia la paz era el pan de cada día. Se incubó una mentalidad conservadora, en donde lo liberal solo viene a aparecer con la independencia, cuando Bolívar, San Martin y Miranda impusieron un republicanismo que no casaba con la fortaleza de la mentalidad monárquica de las gentes. Esa mentalidad precisamente se viene a expresar en la rebelión de los comuneros, cuando se rebelan contra las autoridades locales y contra los impuestos, pero jamás contra su rey Fernando VII, cuya figura resultaba sagrada y de ahí que el delito más grave fuera precisamente el de lesa majestad. Los comuneros nunca buscaron la independencia y de ahí que la generación de Bolívar y Santander nunca reconocieron como antecedentes independentistas la rebelión de los comuneros, que entre otras cosas, todos vinieron a traicionarse entre sí: Galán traicionó la rebelión cuando se negó a obedecer a Berbeo en la toma de Honda, Berbeo se entregó para ser alcalde del Socorro. Y Plata los traicionó a todos desde el principio. Además, el pueblo tampoco respondió cuando ya la cosa iba en serio. Así que esos andaluces que migraron del sur de España solo querían vivir pausadamente, con calma y buena letra, sin mayores perturbaciones. Evidentemente fueron trescientos años de dominio español en que cuajó una manera de ser que viene a romperse con la Independencia. Para Serrano la nación siempre ha sido conservadora, mientras el estado liberal a partir de la independencia. Y la población indígena no cuenta, porque si hubo mestizaje racial no lo hubo cultural. Los indígenas han estado en sus resguardos, separados del resto de la población, sin proyección.

viernes, 1 de abril de 2016

EL TRATADO MONTEALEGRE


 

POR: RAUL  PACHECO  BLANCO.

 

Quienes pensaron que el doctor Montealegre tenía agenda política propia, se equivocaron. Lo que parecía una sumisión total al presidente Santos chupando rueda cada vez que podía, no obedecía a un objetivo político, sino simple y llanamente a  su papel de doctor en derecho para tratar de poner bases jurídicas a los planes de paz. Su obsecuencia no era con el gobierno, sino con el derecho. Por el contrario y, eso sí se sabía, estaba dando tumbos por aquí y por allá si se analizaban con criterio político sus actuaciones, Se veía al rompe, que era un novato en estas actividades. Pero ese excelso jurista ahora se convierte en un mago y en base a una varita mágica convierte el derecho interno en derecho internacional. Y le concede  a las Farc un status de fuerza deliberante que le de alcance al derecho internacional . Y ya en ese nuevo nivel, se entre a zanjar los problemas en base a un tratado. Hasta donde sabíamos, los tratados se firmaban entre países, entre estados. Y esos tratados entraban a formar parte del bloque de constitucionalidad ¿De dónde sale entonces la connotación de país o de estado que se entraría a darles a las Farc  para que se firme con ellos un tratado?. Y que de una vez, entre a formar parte del bloque de constitucionalidad. Esto no se les había ocurrido ni a las Farc, quienes abogaban por una Asamblea Constituyente, pero no el status de fuerza deliberante. El exfiscal no solamente le otorga el status de fuerza deliberante, sino de estado, de nación. Nunca, ningún gobierno le ha dado esta característica, que podría abrir la puerta a una estructura jurídica más robusta. Solamente se ha llegado hasta la de reconocerle la calidad de fuerza política, que es precisamente la que le da la base jurídica para adelantar el proceso de paz y de llegar también a la búsqueda de un juzgamiento especial como el ideado hasta la presente con  la justicia transicional .Menudo aporte el que le da al proceso de paz el señor Exfiscal, cuando ya está haciendo maletas para salir al exterior, Esto implicaría un retroceso en todo lo hasta ahora trabajado desde la Habana, pues con esa solución se le daría patente de corso a cualquier movimiento guerrillero que de ahí en adelante se formara, porque de una vez sabe que todo terminará en la firma de un tratado y no en la modesta firma de la paz sin reforma constitucional.