viernes, 21 de noviembre de 2008

RAUL PACHECO BLANCO

Novela.



EL CANDIDATO

Capitulo 1

La cosa va bien, le dijo el candidato dos ingenieros que entraban a su oficina, al mismo tiempo que les daba la mano y se las estrechaba de una manera tan contundente, que a los ingenieros les quedó la sensación de que se sentía elegido, pero en todo caso, les transmitió tal grado de confianza y certeza en su triunfo que los ingenieros se sintieron en el camino que era.
Nosotros queríamos darle personalmente nuestro apoyo y de ahí que resolviéramos venir a molestarlo : cuente con nosotros.
El país necesita de sus luces, continuaron los ingenieros y de gente de pro como usted.
El candidato se tiró para atrás en su regia poltrona de escritorio, al mismo tiempo que se arreglaba el bigote y se subía los anteojos que continuamente se le desmontaban de la nariz.
Y luego les dijo : nada más placentero para mi, que contar con el apoyo de ustedes que representan el país nacional, como decía Gaitán y no el país político.
Tengan la seguridad de que el país se va a sentir bien conmigo y va a retomar el hilo de su destino, ya en plan oratorio y de mucho vuelo, ¿ ustedes lo encuentran por parte alguna?.
Los ingenieros tuvieron la sensación de que el candidato lo había encontrado y se los iba a transmitir. Pero les vino la decepción cuando el candidato retomó su acento oratorio y continuó : es que el destino de este país se encuentra embolatado…
Los dos ingenieros se miraron entre y movieron la cabeza en forma horizontal para rubricar las palabras del candidato.
La retórica fue igual durante el cuarto de hora que el candidato les dedicó a los dos ingenieros.
Ya cuando salían, agotado el acerbo oratorio del candidato todavía le sobró un resto para decirles : ¿ desean aportar algo a nuestra campaña en la seguridad de que sacarán de allí mucho provecho?
Como no, señor candidato, a eso veníamos a aportar nuestra experiencia en la construcción de carreteras y de puentes y nuestra visión de contratistas.

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