jueves, 29 de mayo de 2008

LA ETAPA POST-MARULANDA

Por. Raul Pacheco Blanco.

La muerte de Manuel Marulanda trae más consecuencias dentro del gobierno y el uribismo, que dentro de la misma guerrilla. En la guerrilla todo seguirá igual, porque se trata de una organización lo suficientemente consolidada que no va a desaparecer de la noche a la mañana, así se haya muerto su comandante en jefe .Los mandos están debidamente estructurados y como en las organizaciones comunistas, el secretariado es el soporte de su estructura. A Marulanda lo ha sucedido Cano y aunque muchos comentaristas se hacen la ilusión de que las cosas van a cambiar, porque se ha producido un relevo de generación , pasando del mando campesino centralizado, a las sabias y doctas manos de otra generación formada en las universidades, nos tememos que tal cosa no sucederá. El racionalismo de los pensadores de izquierda va hasta analizar la conducta de una derecha que se sale de los carriles de la razón, pero no les alcanza para analizar su propio irracionalismo. Ven el irracionalismo de Hitler, pero no el de Stalin. Y la formación intelectual de izquierda lleva también al fundamentalismo, al dogmatismo. Luego es demasiado optimismo pensar que Cano y la academia de la selva se salgan de los moldes ya delineados durante cuarenta años por Marulanda, solo porque este falte. Antes por el contrario, de aquí en adelante, Marulanda se convertirá en su símbolo y su pensamiento será el nuevo Coran de la guerrilla, incluida la intifada que lo santifica todo. En cambio dentro del uribismo sí se producen hechos.
Estos golpes repetidos del ejercito contra la guerrilla, que se han convertido en un ciclo de desastre para la organización, aumentado además por la ayuda descarada de arriba con la muerte natural de Marulanda, tienen un destinatario : Juan Manuel Santos.
Ya se está volviendo costumbre que él aparezca en las pantallas, rodeado por los comandantes de las fuerzas armadas y de la policia, y el pais ya sabe que cuando esa imagen aparece, es para anunciar la muerte de un cabecilla guerrillero.
Inclusive hay gente que apaga el televisor en ese momento, porque dice : esta ya me la sé. Esta muerte de Marulanda ha servido para el lanzamiento de la candidatura de Juan Manuel Santos, quien sacó de la manga un as que hasta ese momento nadie había visto y como quien no quiere la cosa, le soltó a Maria Isabel Rueda, la primicia, para que la revista de su empresa se beneficiara de semejante chiva.
Y esa es la carta a jugar por parte de la familia Santos, dentro de la lucha que se libra en El Tiempo con los nuevos dueños del grupo Planeta.
Mientras la familia Santos tenga poder oficial en Colombia, Planeta no se atreverá a tocarles ni un pelo, pero tan pronto lo pierdan, vendrá el ajuste de cuentas dentro de la organización para saber quien es el dueño del 5l% de las acciones.
Asi, que la carta de Juan Manuel Santos no solo juega para llegar a la presidencia, sino también para sostenerse en El Tiempo él y su familia.
De lo contrario, apaga y vámonos.
Y va en desmedro tambien de otras aspiraciones, como la de Vargas Lleras que ahora quiere aumentar su curriculo académico en Harvard, el paso obligado dentro de todo candidato que se respete.
Y el presidente Uribe, quien ahora maneja ideología, ha dicho que le sucederá aquel que mejor interprete el evangelio de la seguridad democrática.
Luego esto le suena bien a Santos.

viernes, 23 de mayo de 2008

Ya en las librerias

EL "MAMERTO" JOSE OBDULIO

POR: RAUL PACHECO BLANCO

José Obdulio nos lleva una gran ventaja a todos : fue “ mamerto” en su juventud.
De ahí que es experto en bombas Motolov, sabe cómo se maneja un sindicato desde adentro, cuáles son las técnicas del saboteo, las estrategias guerrilleras, etc y en el plano intelectual, una dialéctica que fue diseñada para ganársela al escolasticismo hasta ese momento invicto en todas las plazas.
Y como casi todos los “ mamertos” , cuando firman la primera nómina, empiezan a flaquear en sus principios y el campo queda abierto para pasar al otro extremo.
Eso da una superioridad intelectual que se manifiesta en todo, porque se sabe de antemano que el acierto no estaba en las doctrinas de la juventud y se tiene que seguir investigando para saber donde esta el camino que lleva a un mundo mejor, tan alejado, por cierto, de los extremos.
De ahí que le queda muy fácil rebatir a Carlos Gaviria, Petro o Robledo, porque así era él de chiquito.
Y da nacimiento a un sentido del humor que se agarra del escepticismo al no hallar en el fundamentalismo un espacio seguro para transitar.
Generalmente se nutre de maquiavelismo, que es el punto de llegada cuando se ha salido de ese fundamentalismo intelectual, para trabajar exclusivamente con el poder, despojado de contenidos.
Por eso Maquiavelo aparece en el Renacimiento, precisamente cuando hay un cansancio de tanto especular sobre verdades absolutas, una vez agotada la Edad Media.
Y José Obdulio se ríe de los columnistas que tienen más aceptación, de pronto porque respiran el tufillo de la oposición y no lee ni a Coronel , ni a Caballero, ni a la Duzán, Claudia López o la batería pesada de El Espectador. Se contenta con Jaime Alberto Vélez y los nadaistas.
Y los ignora con un lenguaje olímpico no exento de gracia: “A casi todos casi nunca los leo”. Le dijo a El Espectador.
Tiene ya escogidos sus candidatos presidenciales dentro de la nómina uribista.
Y cuando le preguntan por el comisionado de paz se nos vuelve argentino y contesta : ¡es un tipo inmenso ¡. Como el sos grande de los argentinos.
El Comisionado de Paz y Juan Manuel Santos acabaron con el paramilitarismo y estan a punto de liquidar la guerrilla, llámese FARC, o ELN. A un paso de la historia.
Al presidente Uribe le escoge buenos compañeros para entrar en la historia: Roosevelt, Thatcher y Felipe González, todos exitosos en sus tres periodos consecutivos.
De Belisario Betancur dice le faltó país para gobernar, pues otro cuento hubiera sido si la presidencia ocupada fuera la de Suecia o Costa Rica.
Según eso, para dar recitales poéticos.
Y hace una secreta confesión : José Obdulio solo llora cuando le entra un mugre en el ojo, o en los dos.
Un personaje, no cabe duda.

EL TERCER PERIODO DE URIBE

POR: RAUL PACHECO BLANCO

El eje central de la política actual está en la reelección. Para donde coja, la política se va hacia allá. Pero existe una gran paradoja: tanto uribístas como antiuribistas están de acuerdo en que Uribe se lanza al tercer periodo. Los unos porque así lo quieren y los otros por masoquistas. Sin embargo no creo que Uribe esté interesado en un tercer periodo. Hay pistas. Al presidente se le ve agotado, dando de sí todo lo que puede dar. No ha existido yo creo una persona que se haya entregado en la cancha en la forma en que lo ha hecho Uribe. De ahí que ese cansancio del metal se manifiesta en el aire pendenciero que maneja a nivel interior y a nivel exterior le quedan unos restos de ponderación y de juicio. Hasta ahora el uribismo se había batido en base a la persona del presidente, a sus arrestos para encarnar un movimiento típicamente caudillista. Pero ahora el Presidente ha encontrado una ideología, que es la de la seguridad democrática y, eso le permite lanzar un mensaje hacia adelante, en esa dirección, sin que implique necesariamente su participación directa en su realización. Allí ha encontrado la razón de ser del uribismo, que antes apenas se encontraba en sus condiciones de líder. De otra parte, Uribe no puede negar rotundamente que no aspira a otro periodo, porque inmediatamente se disuelven Cambio Radical y el partido de la U, para buscar cada quien su propia salida, es decir, se liquidaría el uribismo de viejo cuño y empezaría, quizá, el nuevo cuño. Tanto Juan Manuel Santos como Vargas Lleras, se olvidarían de su uribismo y buscarían en el pasado la proyección al futuro al futuro, tanto del santismo como del llerismo, que ya son las fuerzas tradicionales del liberalismo. Igual sucedería con el partido conservador, que al no estar de por medio Uribe, tendría amplias posibilidades con una candidata como Noemí Sanin. El Congreso por lo tanto se le volvería inmanejable al presidente, porque ya no existiría la disciplina de Palacio, sino la de cada grupo, y los proyectos de ley de ahí en adelante tendrían un precio altísimo para su aprobación, más de lo recibido por Yidis Medina y Teodolindo Avendaño, próceres que solo esperan al escultor de su bronce, como homenaje al clientelismo de río. Hay muchas razones para pensar en que Uribe no está interesado en un tercer periodo. Pero el uribismo es tozudo y hay mucha gente interesada en asegurar ministerios y embajadas tallándole a un 82 % de favorabilidad.

martes, 20 de mayo de 2008

Ya en las librerias


Por: Raul Pacheco Blanco.

Yo acababa de leer el Ulises de Joyce , una vez más, para ver si de pronto llegaba a entenderla un poco mejor, pues es el reto más difícil que se tiene en novela.
Y para descansar y tomar una actitud más lúdica, decidí escribir una novela.
Apareció en el fondo una comunidad religiosa, cuyos miembros disfrutaban de una vida alegre, no que fueran tan malos, pues simplemente tomaban en forma deportiva su vocación religiosa y le sacaban el jugo a las cosas.
Pero había un fraile, ése sí muy comprometido con su vocación, a tal punto que no se dejaba subyugar por las licencias de los otros y, además, estaba influenciado por la teología de la liberación.
Y esos monjes tenían una universidad, alrededor de la cual se tejen muchas historias, unas buenas y, otras, no tanto. A su vez, un noble caballero de apellido del Pino cae seducido por el pensamiento del sacerdote y quiere que sus amigos dejen de ser tan retrasados en materia religiosa. Por ahí se va la novela y plantea un tema que está a la orden del dia y es la diferencia en las teologías que maneja la iglesia católica en este momento.
Figuran personalidades atractivas, como el rector, un español de mucho talento, otro sacerdote bastante místico y un gran pintor que emula con Velásquez, todo aquello dentro de un ambiente muy cultural. Y como un homenaje a nuestros abogados, se presentan unos hermosos alegatos que bien pueden formar parte del siglo de oro de la literatura española. Esos son los ángulos más destacados de la novela, que creo se deja leer. No que esté muy bien escrita, no, pero sí permite que el lector se interese con la narración. El lugar donde se desarrolla la trama puede ser cualquiera. El autor no deja traslucir el modelo que lo guió para escribirla, pues se deja llevar de su imaginación, que se cuela por los diversos capítulos. Se ha dicho que para hacer una buena novela los mejores ingredientes son el humor y la poesía. Algunos encontrarán una cosa, otros, otra. No todos, porque el autor no es ducho en el género, pero sí se esmeró un poco.¿ Se trata de una novela costumbrista?.¿ O se deja llevar por el misticismo a ratos?.
Estos son interrogantes que el autor deja a sus lectores. Hay novelas de muchos géneros, de humor, de tragedia como Ana Karenina de Tolstoy, gótica y, tambien de suspenso como las de Aghata Cristi. Esta novela es difícil encasillarla, pero le despertó al autor un deseo grande de conocer la psicología de la gente. Y eso es suficiente. Ah, y ya se encuentra en las librerías en un edición de tapa dura de Syc.
Otros comentarios en raulpachecoblanco.blogspot.com.

sábado, 17 de mayo de 2008

Roberto Jaimes Durán

Por: Raúl Pacheco Blanco.

Yo conocí a Roberto Jaimes jugando basket. Era un jugador incisivo, guapo, echado para adelante. Sin mucha técnica, pero buen encestador.
En esa época los deportistas eran las figuras en los colegios y en las universidades y se convertían en verdaderos ídolos.
Luego vino su vinculación a la Universidad Industrial, que le copó la vida y era uno de sus grandes amores. Recuerdo que en alguna oportunidad lo acompañé hasta el Ministerio de Hacienda, para hablar con Durán Dussán sobre una partida para la Uis y logramos la asignación. Siempre vivía en esa función.
Fue decano, rector, profesor y aguantó las épocas duras, cuando los muchachos se iban para el monte a luchar por la revolución social.
En medio de ese ambiente izquierdista se batió con fortuna, porque sobrevivió tanto a esas épocas como a otras, todas por demás turbulentas. Pero el tenía una forma de encarar los problemas, sin esconderse y, además, sin prevenciones, trabajando siempre sobre realidades.
Allí en la Universidad hizo de todo, colaboró a la creación de entidades que hoy funcionan. Que tienen presente.
Era conservador tradicionalista, tanto por la concepción de la cultura de hogar, las buenas costumbres y toda esa parafernalia moral, pero tan moderno y tan abierto que no se asustaba con ideas exóticas y convivía con ellas sin escandalizarse, sin meterle ni teología ni confesionalismo a las cosas, sino en la forma más sencilla, acercándose al otro, no con argumentos escolásticos, sino humana, cordialmente.
En eso parecía más un camarada comunista, desde luego sin lenguaje encriptado, que un conservador ortodoxo, lleno de prejuicios.
Vivió hacia la comunidad, metido en el tejido de todos los días, buscando la acción, colaborando, porque hasta cometió versos, que desde luego no figurarán en antologías pero si en la benévola memoria de sus amigos.
Pero lo más admirable en él, fueron sus últimos años. Cuando lo vimos luchando como un titán contra la enfermedad.
Y aguantó el manoseo para despedirlo porque se moría al día siguiente y, al día siguiente estaba con más ganas de vivir que cualquiera y, quienes le organizaban homenajes se arrepentían, porque los hacía quedar mal pues él todavía no se moría, seguía como un roble, resistiendo.
Seguramente no le temía a la muerte, porque no obstante los golpes aleves que recibía de su enfermedad, no lo amilanaban, antes por el contrario, seguía trabajando con más ahínco, como si tuviera vida suficiente para derrochar.
En su refugio de la Sociedad de Mejoras Públicas, lo vimos entusiasmado en el proyecto de la revista, convocando escritores, vinculándolos al calor de un vino y con el sabor deslizante de los quesos, buscando el encuentro de la emoción por la ciudad, de la querencia regional.
Y asistía, como un sauce a quien le pesan más las ramas que lo agobian, que el peso de la tempestad a su alrededor tratando de intimidarlo, mientras todavía queda el tronco que lo sostiene y que no cede ante todas las arremetidas cruzadas de tantas fuerzas desatadas.
Yo me descubro ante su valor de varón, que no necesitó nunca adornarse de un arma para defenderse, sino con la sola entereza de su carácter que le venía de nación y,que cuando tuvo que enfrentar el reto supremo de la muerte, como los toros de casta, tuvo que ser devuelto vivo a los corrales.

viernes, 16 de mayo de 2008

jueves, 15 de mayo de 2008

LOS ESCLAVOS DEL SEÑOR

Por: Raul Pacheco Blanco.

Yo acababa de leer el Ulises de Joyce , una vez más, para ver si de pronto llegaba a entenderla un poco mejor, pues es el reto más difícil que se tiene en novela.
Y para descansar y tomar una actitud más lúdica, decidí escribir una novela.
Apareció en el fondo una comunidad religiosa, cuyos miembros disfrutaban de una vida alegre, no que fueran tan malos, pues simplemente tomaban en forma deportiva su vocación religiosa y le sacaban el jugo a las cosas.
Pero había un fraile, ése sí muy comprometido con su vocación, a tal punto que no se dejaba subyugar por las licencias de los otros y, además, estaba influenciado por la teología de la liberación.
Y esos monjes tenían una universidad, alrededor de la cual se tejen muchas historias, unas buenas y, otras, no tanto. A su vez, un noble caballero de apellido del Pino cae seducido por el pensamiento del sacerdote y quiere que sus amigos dejen de ser tan retrasados en materia religiosa. Por ahí se va la novela y plantea un tema que está a la orden del dia y es la diferencia en las teologías que maneja la iglesia católica en este momento.
Figuran personalidades atractivas, como el rector, un español de mucho talento, otro sacerdote bastante místico y un gran pintor que emula con Velásquez, todo aquello dentro de un ambiente muy cultural. Y como un homenaje a nuestros abogados, se presentan unos hermosos alegatos que bien pueden formar parte del siglo de oro de la literatura española. Esos son los ángulos más destacados de la novela, que creo se deja leer. No que esté muy bien escrita, no, pero sí permite que el lector se interese con la narración. El lugar donde se desarrolla la trama puede ser cualquiera. El autor no deja traslucir el modelo que lo guió para escribirla, pues se deja llevar de su imaginación, que se cuela por los diversos capítulos. Se ha dicho que para hacer una buena novela los mejores ingredientes son el humor y la poesía. Algunos encontrarán una cosa, otros, otra. No todos, porque el autor no es ducho en el género, pero sí se esmeró un poco.¿ Se trata de una novela costumbrista?.¿ O se deja llevar por el misticismo a ratos?.
Estos son interrogantes que el autor deja a sus lectores. Hay novelas de muchos géneros, de humor, de tragedia como Ana Karenina de Tolstoy, gótica y, tambien de suspenso como las de Aghata Cristi. Esta novela es difícil encasillarla, pero le despertó al autor un deseo grande de conocer la psicología de la gente. Y eso es suficiente. Ah, y ya se encuentra en las librerías en un edición de tapa dura de Syc.
Otros comentarios en raulpachecoblanco.blogspot.com.

viernes, 9 de mayo de 2008

TRIPARTIDISMO PARA COLOMBIA

Por: Raúl Pacheco Blanco

A Colombia le conviene la existencia de tres grandes partidos que cubran las diferentes áreas de ideología, como la derecha, la izquierda y el centro. Ahí caben las tendencias que se están manifestando a nivel mundial. En España existen por ejemplo, el Pesoe de izquierda, el Popular de derecha y el partido de Centro. El centro ha venido tomando posición, ganando espacio con propuestas como la de Fernando Savater.
Y en Francia ocurre lo propio. Dos grandes partidos, uno de derecha, que lleva la tradición de Gaulle, con Nicolás Sarkosy al poder y la izquierda socialista de Segolene Royal, pero a su vez se equilibra el juego con una fuerza de centro como la de Bayrou.
Estados Unidos si no sale de su bipartismo y la lucha de izquierda y derecha, se reparte pero dentro de los partidos. En nuestro actual estado de cosas, sería muy pertinente optar por el tripartidismo, por una parte para estructurar grandes partidos, partidos fuertes, de alguna permanencia, no de estación electoral de acuerdo con la coyuntura política que se viva en un momento dado. Y por otra porque la ideología es la que debe marcar la pauta y no el seguimiento de líderes políticos que nos ha llevado a ese fraccionamiento en pequeños grupos que no representan tendencias, sino simplemente apetitos electorales. De ahí que resulte pertinente la iniciativa presidencial de que se disuelvan los partidos uribistas, como lo son Cambio Radical, Alas Colombia, Colombia Democrática, etc. Que no obedecen a objetivos de fondo, con valor de permanencia. Y como soporte a esa hipótesis, elevar el umbral, de tal manera que haga inviables esos partidos de estación. En la izquierda pueden caber los que quieran socialismo, estado amplio, protección de los derechos humanos, laicismo, aborto indiscriminado, divorcio, homosexualismo, eutanasia.
En la derecha los amigos del neoliberalismo, el neoconservatismo, fascistas, falangistas, clericales y confesionalistas, anti- abortistas, homofóbicos, etc. Y en el centro la equidistancia entre las dos tendencias con estado balanceado hasta una socialdemocraacia, autoridad sin autoritarismo, laicidad, que contempla separación de Iglesia y Estado, pero sin persecución y con protección hacia todos las iglesias, aborto, eutanasia derechos de los homosexuales, pero con límites. En esos tres grandes partidos caben todas las tendencia ideológicas. La derecha conformada por los tradicionales partidos conservador y liberal, la izquierda por el Polo Democrático y un gran partido de Centro que se estructure en base a los postulados anotados.

LEGALIDAD Y LEGITIMIDAD

Por: Raul Pacheco Blanco.

Bajo el punto de vista democrático, ¿ qué prima, la legalidad, o la legitimidad?.
La legalidad se obtiene respetando los procedimientos aprobados previamente, mediante normas que deben tener vigencia.
La legitimidad en cambio tiene que ver con el grado de aceptación de la comunidad, el margen de respaldo de que se goza en un momento dado.
Lo primero es de raigambre puramente liberal y casa con el imperio de la ley.
Lo segundo en cambio ya es de origen democrático y harto tiempo se necesitó para llegar a él, casi lo que va de la revolución inglesa de l.688 a la francesa de l.789.
En el actual debate sobre la legitimidad o ilegitimidad del gobierno del presidente Uribe, se alega que el acto por medio del cual la congresista Yidis Medina votó a favor de la reelección, dejó sin base legal la elección del presidente, por cuanto fue obtenido mediante una negociación de trueque en base a cargos públicos , configurándose el delito de cohecho .
De ahí se desprende la nulidad de ese acto , por no llenar los requisitos legales y, por lo tanto, Uribe debe renunciar.
Pero en esta oportunidad, lo que se debe preguntar es si el acto nació a la vida jurídica y por lo tanto de allí nada puede partir, o por el contrario nació, pero viciado por una irregularidad, para llamarlo de alguna manera.
En el caso de Yidis Medina el acto nació a la vida jurídica, por cuanto se realizó y obró todos sus efectos, como fue la aprobación del acto legislativo que hizo posible la reelección, pero con un vicio.
Ahora,¿ ese vicio es subsanable para permitir que de ahí se sostenga la legalidad de la elección?.
Ahí es donde entra en juego el criterio democrático de la legitimidad, que debe primar sobre la legalidad.
Esa fue la base de la cual partió la Corte Constitucional francesa, cuando en épocas del general De Gaulle se puso en consideración del pueblo un proyecto de ley, via referendo, que llevaba envuelto un vicio de constitucionalidad, por cuanto prácticamente entraba a reformar la constitución.
Para este caso la constitución francesa contemplaba que debía ir primero al Congreso para su aprobación, porque se trataba de un acto reformatorio de la constitución, pero el general se las dio de vivo y lo sometió directamente al pueblo para que lo aprobara, saltándose la instancia del Congreso
La sentencia de la Corte reconoció que llevaba inherente ese vicio, , pero que al pasar por la voluntad del pueblo mediante el referendo, quedaba o quedó subsanado el vicio, por expresa voluntad del pueblo, que es nada más y nada menos, el constituyente primario.
Siguiendo esa jurisprudencia que nuestra Corte Constitucional siempre ha atendido , del imperio del poder constituyente por encima de cualquiera otra consideración, en el caso de la congresista Yidis Medina, ¿ qué se debe concluir?.
Porque aquí hubo un delito, el de cohecho, que debe ser sancionado. Pero ese solo hecho no puede enervar la voluntad del pueblo expresada en las urnas que refrendó la reelección.
Por lo tanto es una elección legítima, así haya tenido vicios de legalidad, porque en este caso prima lo democrático, sobre lo liberal.
Bajo el punto de vista penal el sujeto activo en el delito de cohecho, es el que ofrece la dádiva, en este caso, los funcionarios o personas que ofrecieron las canonjías a Yidis Medina, para hacer posible el perfeccionamiento del acto jurídico que aprobaba la reelección, de lo cual no necesariamente se puede desprender la responsabilidad del presidente Uribe en ese ofrecimiento.
Ese eslabón se debe entrar a probar, para encontrar esa posible relación del presidente en el resultado buscado.
Mientras tanto, la investigación de carácter penal no puede enervar los efectos de una manifestación de voluntad del pueblo, que quiso la reelección en un momento dado, porque la legitimidad prima sobre la legalidad.
Ahora, si al presidente se le comprueba que es responsable directo del cohecho, porque él hizo el ofrecimiento, no pasa nada, porque la actual constitución no permite que el presidente con mayoría parlamentaria pueda ser juzgado por la Corte Suprema, tal como ocurrió con el presidente Samper, porque esa mayoría convierte el agua en vino, y no deja que el negocio se le salga de las manos.

viernes, 2 de mayo de 2008

RAFAEL RUEDA PRADA

Por: Raúl Pacheco Blanco

Rafael Rueda Prada era áspero, producto del ambiente, pero cordial a su manera. Se daba aires de gran señor escogiendo amistades, como la que mantuvo con el presidente López Michelsen, a quien llevaba a su casa para atenderlo a cuerpo de rey. A raíz de esa amistad salió su consulado a Barcelona, donde dio rienda suelta a su vocación de contertulio irreductible. Allí se compró un smoking blanco que lució el día de su posesión en la alcaldía de Bucaramanga, cuando los concejales hacíamos comentarios de mala leche.
Apasionado lector. Era devoto de García Márquez a morir y yo estuve con él cuando lanzaron una de las obras del Nobel en la biblioteca Gabriel Turbay y gozaba esperando el libro, tanto, como un pequeño ante la expectativa de una bolsa de caramelos. Recortaba artículos y los guardaba en su cartera. A mi me mostró en Mercadefam, un artículo mio, ya amarillo, sobre algo que seguramente le llamaba la atención y lo mantenía junto a los billetes de banco.
Siempre estaba atento a las primicias de las librerías.
Otro día me lo encontré en Abrapalabra y me entregó un retrato viejo, de su época de colegio, con tanta gente conocida que yo le dije me lo prestara para llevárselo a don Roberto Franco en Vanguardia y publicarlo un domingo.
Recuerdo que ese día me regaló la autobiografía de Charles Darwin y yo como tratando de compensar en algo su generosidad le dije que si le gustaría le mandara por red algunos ensayos míos y sin pensarlo dos veces me contestó: ¡No!.
Ante esa exquisita sinceridad decidí cambiar de tema.
En la primera campaña a la presidencia invitaron a Alvaro Uribe a una de las universidades de Bucaramanga y allí, cuando avanzaba la exposición, Rafael se levantó con un libro en la mano, si mal no estoy, Los Jinetes de la Droga y, le leyó el párrafo donde decía que su padre, un finquero antioqueño de mucho dinero, había sido narcotraficante.
Uribe mostró su fastidio y solamente dijo que ese era un cuento ya muy gastado y que por lo tanto pasaba de largo.
Ya para esa época tenía cierta dificultad al hablar y sin importarle ese menoscabo , se esforzaba por vocalizar.
Y en el club del Comercio una noche se llevaba a cabo un banquete en homenaje a Alvaro Beltrán Pinzón y estábamos sentados en la misma mesa, cuando de pronto se levantó de su asiento y se fue hacia el escenario, tomó el micrófono y yo esperé lo peor, a juzgar por el antecedente de Uribe. Pero no. Simplemente leyó una carta de su hija residente en el extranjero para el homenajeado.
Le encantaba pues, salirse del libreto.
Y lo veía uno por las calles de la ciudad, metido en su coche , como aprendió a decir en Barcelona, agarrado al timón en el naufragio de las limitaciones que da la edad y, como si tratara de desafiarse a si mismo y al destino del hombre que lo agarra para minimizarlo.
A la hora de su muerte no quiso estar sino con los suyos, sin la presencia incómoda de todo el mundo, para evitar la tertulia malévola alrededor de un ataúd, que no permite las réplicas desde las sedas que envuelven un silencio de siglos, porque lo que era, ya no es; o hasta de pronto, empieza a ser.

UN GRAN ROMANTICO

Por Raul Pacheco Blanco.


Luis Fernando Sanmiguel fue un romántico.
Enamorado de la estética y de la buena vida.
Cuidaba de su apariencia personal con esmero , manejando buena ropa y el sello personal de la loción, que en su época era la Yardley, una loción inglesa que salió del mercado quizá porque era demasiado buena y de la cual parecía su distribuidor, pues su olor se extendía a varias cuadras a la redonda de su casa.
Su cabello siempre bien peinado, color petróleo, se mantenía impecable durante las veinticuatro horas del dia, lo mismo que su cara rubicunda como señal de buena comida y buena bebida.
Ahí era donde entraba el whisky, pues era un caballero de copa en mano, que siempre tomaba en su casa, en tenidas de amigos, en los clubes o en cocteles, pero sin llegar a necesitar una vaso de cerveza al filo de la tarde en un café, o tomarse un aguardiente de caña en una fonda de mala muerte.
En eso era muy estricto, porque lo guiaba la estética y el buen gusto en la búsqueda de una cierta aristocracia de la conducta.
En la universidad se rodeó de buenas amistades y fue amigo personal de Misael Pastrana , quien desde la presidencia siempre lo tuvo en cuenta.
Llegó a la alcaldía de Bucaramanga con ese aire romántico de hacer cosas, amándolas.
Acompañó a su amigo Misael en su campaña presidencial con la devoción del compañero y del copartidario.
Fue a la diplomacia, un terreno natural para él a disfrutar de la vida de salón.
Y en la mayoría de sus años fue el profesional dedicado, con muy buenos casos, ejerciendo con altura para no dejarse enredar en la lucha por los poderes a las puertas de las comisarías o de las inspecciones de policia.
Por cierto, en las tardes, cuando cerraba su despacho salía en su vehiculo a recorrer las calles, sobre todo aquellas enchapadas de colegialas y como si llevara red para la pesca , se hacía a las especies que se sometían a sus halagos, con esa vena romántica que siempre lo acompañaba, enamorado de la vida y de todos sus encantos y recogía jovencitas, así como Alberto Garcia Herreros, en otras calles, recogía jovencitos inocentes.
Luego llegó a la Superintendencia de Sociedades y allí se dejó llevar de los encantos de una secretaria que lo envolvíó en ellos y se lo llevó al Ecuador a vivir un romance, ya en el otoño de su vida, cuando la suerte está echada y no hay nada qué hacer porque la biología no aguanta el tamaño de los sueños y, lo que es peor, no perdona.
Como sí lo hizo su esposa, con elegancia cristiana de buena ley, que lo llevó de nuevo al hogar a empezar una nueva vida, lejos del mundanal ruido, cerca al mar, alejado del chisme de la provincia y no dando pábulo a los chacales de la Triada.
Y murió bajo el golpe aleve de una enfermedad, la del olvido, diluyendo un rico pasado de una vida intensa y bien vivida.

El Calvario del clientelismo

Por : Raúl Pacheco Blanco.

Generalmente a los políticos clientelistas les ha ido muy bien, gordos, colorados, de muy buena salud y que han pasado a la jubilación luego de haber llevado jugosas cuentas burocraticas, bajo la sombra de esos votos que se necesitan en un momento dado para que pase una ley. Algunos llevaban organigramas donde asentaban las entradas del dia y los iban acomodando de acuerdo con las movidas que salieran de los aquelarres políticos o de los conciliábulos de media noche para dar el golpe en la plenaria. Eran cuentas muy bien llevadas, donde cada quien hacía su balance para ver cómo estaba en Contraloría, o en Procuraduría y hacer el esfuerzo para mejorar la nómina. En eso estaba involucrada su suerte politica, porque de lo contrario sus huestes se desbandaban y la vuelta al Congreso se hacía demasiado incierta. De ahí su escasa preocupación por la participación en los debates, por la presentación de proyectos de ley madurados, por estar al dia en la vida del parlamento. Hasta ahora, todos los presidentes han comprado votos. No ellos, al menudeo, sino por obra de sus mozos de cuadra, que acomodan la bestia para que el estoque vaya hasta la empuñadura. Y no solamente votos, sino jueces, como fue el caso del expresidente Samper quien llenó hasta más no poder de cargos y auxilios al presidente de la comision de acusaciones Heyne Mogollón, para lograr su absolución. Y no pasó nada. Ahora Yidis Medina trató de seguir el esquema clientelista, con tan mala fortuna, que se enredó en él y resultó con proceso a bordo. Y lo peor: no le cumplieron. Eso para un politico clientelista es un crimen y por lo tanto desata pasiones de venganza, de castigo, de muera Sanson con todos sus filisteos. Ella cometió una primiparada, porque si se rodea de expertos, de aquellos que sestean en sus hatos ganaderos o sus fincas de reposo, luego de hilar delgado en el Congreso, podrían haberla asesorado para no terminar en tan triste balance, con el pecado y sin el género. Pero no. Y su novatada le salió cara. Ahora está ante la Corte Suprema como chivo expiatorio, cuando tantos parlamentarios han hecho lo mismo, a la sombra, sin que se sepa, como una “palomeada” rovirense al filo de la media noche. Inclusive la Corte tramitó varios procesos cuando el caso 8.000 y no prosperaron las demandas. El mal está en el clientelismo y en la falta de disciplina de partidos y más concretamente en la falta de verdaderos partidos que hagan valer sus políticas por encima de todo señuelo de contraprestación. Para eso existe la representación de partido. Si se quiere atajar un problema de estos, se debe legislar para que los parlamentarios no tengan cuota de poder en la burocracia, que esté prohibida esa participación. En este caso, el parlamentario resultaría inmune ante las presiones del ejecutivo porque no habría tela de donde cortar. ¿ Pero quien le pone el cascabel al gato? Y Yidis Medina se inmola en el altar del clientelismo, convirtiéndose en bomba de tiempo a punto de estallar, cuando cada quien se hace su examen de conciencia para saber en qué ha pecado, pero sin el propósito de la enmienda.