miércoles, 5 de noviembre de 2008

RAUL PACHECO BLANCO

NOVELA




DIEGO BLANCO Y LOS MAGNATES
DE LA REBELION
COMUNERA

CAPITULO 1

Ahí va el bus de línea con las llantas reencauchadas, el manubrio de los cambios y la plantilla del freno amarrados con cabuya y al frente, como un capitán de barco, un hombre rubio, enjuto, con los cabellos despeinados repletos del polvo del camino, dejando una nube de tierra que va cayendo como una alfombra rubia sobre la vegetación que empieza a crecer a lado y lado de la carretera y aún en su vuelo, alcanza para vestir las hojas de los árboles con esa misma arenilla.
Ahí va Diego Blanco, a los diez años de su vida., dando la imagen de un prisionero de mochila al hombro. tratando de proteger sus revistas deportivas, compradas antes del viaje, para defenderse de los días que le esperan, mientras tiene que renunciar a escuchar las transmisiones del campeonato mundial de béisbol que va a empezar en Cartagena, por orden perentoria de la madre que lo obliga a pasar las vacaciones , la noche buena y el año nuevo con los abuelos, en Cácota de Suratá, un pueblo alejado del mundo, de Dios y de los hombres, al cual solo lo riega un río que va a alimentar la luz que nace en sus boca-tomas y que luego se va a proyectar en la ciudad.

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