viernes, 28 de enero de 2011

SE ACABO EL PARTIDO CONSERVADOR EN SANTANDER.

POR: RAUL PACHECO BLANCO.
El partido conservador en Santander se acabó.
En el momento no tiene representación en el senado, cosa que no había ocurrido nunca. Un miembro en la cámara de representantes y eso de filiación liberal, la esposa del doctor Diaz Mateus. Los únicos senadores que tenía, los doctores Alirio Villamizar y Diaz Mateus, están en la cárcel e inhabilitados para hacer política. Dos concejales en Bucaramanga y otros dos diputados. Y pare de contar. En el gobierno del doctor Serpa Uribe no existe representación conservadora, no tanto por el apetito burocrático del doctor Serpa, que es grande, sino por sustracción de materia. ¿ Quién le va a hacer un reclamo al mandatario en materia burocrática?.
Tampoco existe directorio departamental y menos municipal. ¿ Cual es el pensamiento conservador en cuanto a planes y proyectos en el departamento y en el municipio de Bucaramanga?. Ninguno. No tiene voceros periodísticos. El único que hace política conservadora a ratos, es El Frente, que desgraciadamente tiene muy pocos lectores. Pero por lo menos Rafael Serrano Prada hace actos de presencia. La casa conservadora está abandonada y por allí solo circulan los ratones y de pronto termina por ser expropiada por falta de pago de impuestos o por abandono. El recinto que en otras horas sirvió de escenario para actos de fervor partidista hoy está en silencio. Brille para él la luz perpetua. Ya ni siquiera los liberales gritan en las manifestaciones abajo los hijueputas godos. Ni eso. El doctor Vargas Mendoza en la alcaldía, quien fue bautizado en el conservatismo por Jorge Sedano y ahora es liberal, tampoco tiene un solo funcionario conservador, pues tecnificó la administración de tal forma, que ya no tiene cabida ni un portero conservador. El clero que antes era una fuerza dentro del conservatismo, ahora es liberal o socialista. Ya no está monseñor Sorzano en la Sagrada Familia, ni el padre Jordán en Piedecuesta, ni siquiera el padre Rojas en San Pio. Ya no hay quien queme libros ateos porque Hugo Mantilla se murió y Alejandro Ordoñez está en la Procuraduría. Ni Ardila Lulle se preocupa por la suerte del partido, pues le preocupa más la suerte del Atletico Nacional. ¿ Quien puede velar por la suerte del partido conservador?. No tiene candidatos ni para la gobernación, ni para la alcaldía. La gobernación se la disputan los serpistas y los Aguilaristas. Por la alcaldía ya no compite ella Cecilia Escandón, que con su sola belleza conquistaría el cargo. Nadie tiene ganas. El directorio nacional nombro al doctor Jorge Humberto Mantilla en la secretaria general, pero él está más interesado en colocar una ficha suya en la alcaldía de Florida que en la suerte del partido . ¿ Donde está el partido conservador?. ¿ Donde?.

jueves, 27 de enero de 2011

EL CEMENTERIO DE PRAGA.

Por RAUL PACHECO BLANCO:

Umberto Eco hace un ejercicio parecido al de wky Liks : filtrar información.
A los italianos les cuenta lo que el mundo piensa sobre ellos, lo mismo que a los franceses y peor a los alemanes para los cuales tiene palabras de grueso calibre escatológico.
Y desde luego a los judíos, que de sobra ya lo saben, pero trata de buscar las raíces de ese rechazo racial y cultural. A tal punto de considerarlos enemigos de la humanidad, y satanizados como lo fueron Unión Soviética y ahora Irán., .El rechazo hacia sus costumbres y su manera de privilegiar el dinero por encima de todo, es ya un hecho conocido. La forma de ver el poder desde otro ángulo : el económico.
Pero luego hay también para los masones. Y nos deja asistir a una misa negra, en donde sus condiciones de narrador, con metáforas limpias de toda influencia libresca, refrescan la prosa y con la manera cinematográfica de mostrarnos la escena de la célebre misa negra, de la cual todos hablan, pero pocos saben de qué se trata.
La novela es difícil de asimilar por su riqueza técnica, ya que se prescinde de la narración lineal para darle cabida a ciertas discontinuidades. . Es compleja en ese sentido y de ahí que el lector se distraiga a ratos. No utiliza el estilo del narrador omnisciente, sino que ese papel se lo da al capitán Simonini y a su alter ego , en base a diarios que ellos llevan para contarnos la historia. Y cuando ellos no lo hacen, entonces si aparece el narrador , pero limitado a cortas intervenciones, sin la capacidad de estar en todas partes y en todos los pensamientos de los personajes.
Si tenemos en cuenta las condiciones que algunos críticos exigen para que una novela sea considerada posmoderna, esto es, prescindencia del narrador omnisciente, personajes sin profundidad psicológica, como es el caso del capitán Simonini y narración fragmentada, tendremos que la novela de Eco es una novela posmoderna. Es una novela que crea su propio mundo , en el aspecto formal, que uno no acaba de entender del todo.

viernes, 21 de enero de 2011

PRESIDENTES DE SALON Y PRESIDENTES DE CALLE.

POR: RAUL PACHECO BLANCO:

Una nueva generación se inició en el poder con César Gaviria. Era el camino que había abierto Luis Carlos Galán, para producir un salto generacional. Ellos llegan al poder alrededor de los cincuenta años, como casi todos los presidentes del siglo pasado.
Daba la impresión de que esa generación llegaba más joven al poder, pero si investigamos, vemos que desde Olaya Herrera hasta Belisario Betancur, llegaron con esa edad a la presidencia. Luego era un error de óptica al ver más viejos a los anteriores.
Mi generación, por ejemplo, no dio un presidente, el único que llegó y eso a titulo precario, fue Carlos Lemos, pero en calidad de encargado. Ese salto generacional lo dio Galán..
Así que la última generación ha puesto hasta ahora, cinco presidentes. De ellos, Pastrana y Santos, son los de salón : bien vestidos, elegantes, con una bellas esposas. Por cierto que Santos fue pretendiente de Nora Puyana , pero ella se decidió por Pastrana. Y dicen algunos medios que el proceso que se le siguió al general Arango Bacci, fue producto de una reacción airada de Santos ante alguna conducta indebida con su esposa de parte del general. A Santos y a Pastrana les gustan las fiestas, la buena vida, la buena comida, el buen trato. Distinto al caso de Samper, Gaviria y Uribe, quienes ya son menos sofisticados . A Samper no le gusta la vida social y su carrera política la inició en los sanandresitos. Gaviria es de provincia , ha aparecido con los zapatos rotos en las fotos y solamente es exquisito en otra materias : por ejemplo el arte. Y Uribe si es de lavar y planchar, como dicen las señoras. De mucho poncho al hombro, frijoles con tocino , finquero, mal bailarín. Estos son pues, los presidentes de calle.. De ahí que al presidente Santos le ha tocado que empezar a salir a la calle y dejar los salones, porque se le está entrando el agua al rancho. Y sacar a relucir su calidad de deportista para acercarse un tanto a las bases. Y ponerse el overol para salir a las inundaciones. Cosa que le quedaba muy fácil hacerlo al presidente Uribe. P.D. 1. Me uno al homenaje rendido al notable patricio santandereano Rafael Pérez Martínez, gran señor , ilustre gobernante y empresario visionario. P:D.2 . Recibí una amable comunicación del alcalde, doctor Fernando Vargas, en donde aclara que la escultura de Botero en el parque San Pio, fue comprada y no alquilada. Y felicitaciones para él, por haber retirado la escultura de Marbelle del parque Santander, atendiendo al clamor de la ciudadanía. Esto es democracia participativa.

viernes, 14 de enero de 2011

“ EL OBDULISMO” Y “ EL VARGUISMO” .

POR: RAUL PACHECO BLANCO:

En el periodismo colombiano se están imponiendo dos clases de estilos : el “obdulismo” y el “varguismo” . El primero se caracteriza por escoger un método panfletario, ya pasado de moda, en donde solamente se contempla un punto de vista, se observan los fenómenos desde un mismo ángulo, sin tener en cuenta los demás. La óptica es dogmática y se establece un duelo amigo-enemigo, como lo planteara Carl Smith. Prima por encima de todo el subjetivismo y en él no se puede encontrar objetividad alguna. Todo está pautado, es un pensamiento cerrado, oscurantista. En este primer grupo se inscriben periodistas como José Obdulio Gaviria, Ramiro Bejarano, Zuleta Lleras, Plinio Apuleyo Mendoza, Fernando Londoño, Yhamure., Saúl Hernández , María Jimena Duzán, Coronell , Antonio Caballero , Cecilia Orozco, y se abren más propuestas, Casi todo escriben con el hígado. Y en el otro sector se inscriben los que tienen un criterio más amplio, más periodístico, como es el caso de Mauricio Vargas, María Isabel Rueda, Humberto de la Calle, Eduardo Posada Carbó, quienes son más objetivos, tolerantes, de cabeza fría y tratan de analizar los temas sin pasión , con más criterio, con más razón, sin dejarse llevar por odios, rencores, resentimientos, antipatías. Los primeros vuelven al viejo periodismo político, en donde no se escribía, sino se disparaba. La columna no era un lugar de estudio, sino una barricada. Ese fue el estilo de Laureano Gómez, de Otto Morales Benítez, Alzate Avendaño, Carlos Augusto Noriega, Calibán, Se vuelve pues, al panfleto, o al análisis sesgado. Coronel es un gran investigador y no se le puede quitar ese mérito, pero esa investigación tiene un ánimo de retaliación, de persecución, y escribe con zaña, con odio . Es muy moderno en el enfoque periodístico, porque sus escritos no son ejercicio de retórica, sino noticias, chivas, informaciones, pero con estilo panfletario. Así que se identifican en ese mismo estilo, Coronell, José Obdulio Gaviria y Ramiro Bejarano. Es la misma harina dentro de otro costal.
Pero hay un tercer grupo ese sí muy refrescante, que es el de los escritores, quienes le están prestando un gran servicio al lector., porque por una parte, se cuida el estilo, se tratan temas culturales y se analizan los hechos nacionales con un criterio más intelectual. Y enseñan : es el caso de Juan Gabriel Vásquez y Héctor Abad , dos grandes prospectos colombianos para un premio Nobel de literatura, J. Mario Arbeláez, Wiilliam Ospina, Pascual Gaviria, Constaín, Eduardo Escobar, Oscar Collazos. Escoja usted entre el “obdulismo” y el “varguismo”. Y si no le cuadra, pues váyase con los escritores.