miércoles, 28 de marzo de 2012

FUE UN SUEÑO.














POR: RAUL PACHECO BLANCO.

Recuerdo que en nuestra casa las enfermedades se volvían una tragedia griega. Antes de que hubiera alguna evidencia, mamá se echaba a morir. Y se iba a la cama con dolor de cabeza, con jaqueca decía ella, se ponía a vomitar y nos hacia ver que sus días estaban contados. Lo mismo ocurría con las despedidas. Cuando a mi me operaron del apéndice y me llevaban en la camilla hacia la mesa de operaciones, mamá me dio un beso de despedida, pues yo me iba a morir, me iba a quedar en medio la operación : no había remedio. Y así.
Cuando la ida de Manuel a España, la despedida fue dramática, pues Manuel ya no volvería nunca : el barco que iba a tomar en Buenaventura, seguramente se hundiría o cuando él fuera un pintor consagrado, ella ya no estaría presente.
En los viajes de mi papá a Europa y a tierra Santa, mamá no quiso ir porque el avión seguramente se caería en pleno océano. El miedo a la muerte lo tenía muy arraigado mi madre, que por cierto vivió 97 años.
Esta pues es la carga genética que llevábamos en la casa sobre posibles enfermedades, operaciones, dolencias, en fin.
De ahí que debimos empezar a liberarnos de semejante herencia, pues mamá se moría todos los domingos por la mañana.
Por eso la llamada de Chile de Rauleduardo nos dejó ante una gran expectativa : venía a Colombia para que sus compañeros de Colegio, hoy cardiólogos reputados, lo examinaran y comprobaran si en realidad tenia un orificio de tres centímetros en el corazón, pues en Bogotá aunque se lo habían cerrado con un parche, ese parche se cayó y no aparecía por parte alguna
Pero Rauleduardo estaba lleno de una energía que nos conmovió desde un principio. Nos decía que la iglesia de Manolo lo había encomendado a Dios y que habían rezado por él y que esa lluvia de energía le había llegado y se sentía sanado. Que por lo tanto, su venida a Bucaramanga era más que todo para comprobar que efectivamente el hueco se había cerrado.
Eso nos tranquilizó en medio de todo, pues lo más importante era que enfrentara semejante reto con un buen ánimo, pues venirse de Chile sin su familia, nadando en lo incierto, no era cualquier cosita. La duda flotaba en medio de la certidumbre. Pero otra posibilidad podía ocurrir y era el que fuera operado si no se comprobaba que el hueco se había cerrado. Y el riesgo era grande. Y la peor: de que no volviera a Chile. Aterrador.
Las despedidas debieron ser traumáticas, pero Rauleduardo estaba tan impactado en su fe, que pasaba por encima de esas dificultades.
A Bucaramanga llegó muy bien. Algo excedido de kilos, con un estómago incipiente. Pero bien.
Lo recibimos con una euforia grande, pues a su vez, nosotros nos habíamos hecho la reflexión de que todo iría a salir muy bien. Yo por mi parte, dejé a un lado las percepciones de mi madre, el cuento de la tragedia, la creación de estados alterados, como se llama un conjunto musical de Colombia, para meternos dentro de un optimismo de nuevo cuño, poniendo la cabeza y la razón por encima de ese centro emocional que siempre nos lleva y que llevaba sobre todo a mi madre a imaginar tragedias en donde no las había. Nos limpiamos el alma. Nos dijimos que nada podía pasar.
Al día siguiente ya estaba en manos de su amigo Federico Saaibi y de su primo Mando, quienes lo examinaron, le hicieron toda clase de preguntas y sacaron sus conclusiones : tiene un hueco de tres centímetros en el corazón. Ahí se cayeron todas las oraciones. No se había operado el milagro, pero la situación no era desesperada y ahí si con la ayuda de Dios todo podía salir adelante.
Había necesidad de operarlo de nuevo. Esto fue un balde de agua fría para Rauleduardo que ya se sentía operado, como se sentía mi papá cuando se ponía en las manos de José Gregorio Hernández para su operación de la próstata por los médicos invisibles.
El cuento se regó por todo el continente. Allá en Santiago lo supieron Claudia y Carito y Sofita. Manolo y la Lely .Lo supo Luanda en Curitiba, Lelú-Pipe en Orlando, Jaime y Sonia en Boca Raton, Oscar y Alicia en Miami, Juan Sebastian y Elenita en Barcelona (España) Norita y Gladys, en Bogotá, Omar-flia en San Gil Y de todas partes llegaban los mensajes de aliento : de Medellín, de Bogotá, en donde Purita, Maricielo, Dina y Pilar también estaban al tanto de la jugada. Se volvió a crear pues, otro tifón de fe, que luego se convirtió en un tornado y fue envolviendo las cosas de tal manera, que nada podía resultar mal.
La llegada a la clínica fue suavizada por Lucero Gómez, tan bella, tan atenta, tan servicial; ni más faltaba que no fuera así, lo diría luego Teresita cuando le dijimos que Lucero había sido un ángel en la Clínica. Y luego el emperador de la clínica, Víctor, quien no podía ser más amable dentro de su estructura imperturbable, a quien no le tiembla el pulso de cirujano.
Y aparecieron dos niñas, como salidas de un cuento de hadas, tan unidas como Tola y Maruja, quienes como psicólogas entraron al juego a preparar el terreno y acomodar las cosas, de tal manera que el paciente estuviera a la altura de su buena condición física. Rauleduardo las escuchaba con un embeleso parecido al que siente cuando tiene a sus dos niñas juntas narrando sus experiencias en el colegio. Eran María Isabel Barrera y María P. Velasco.
Luego conoció a los cirujanos, el doctor Aníbal Machuca , un argentino que buscó mejores horizontes en el país y se vino a Bucaramanga importado por Víctor y, el doctor Antonio Figueredo éste sí criollo, quienes le dieron la gran confianza que lo llevó a desafiar todos los cánones del atrevimiento, cuando llamó a Santiago, en el momento mismo en que iba en camilla para el quirófano. Y el diálogo con Claudia y con las niñas no pudo ser más dramático, pero ahí estaba, ya metido en el cuento de que había que hacerle frente a lo que fuera. Y con lágrimas en los ojos, se despidió y entró la sala de cirugía, donde lo fueron preparando para la faena, como cuando le dan unos muletazos de entrada al toro para luego iniciar corrida, en donde se pondría en juego la vida y las cornadas.
Minutos de cierre, de angustia, cuando se abre un paréntesis para esperar lo mejor o lo peor. Pero nosotros siempre esperábamos lo mejor. Nunca dudamos de que fuera así . Ledita por su fe de pastorcita, Fofi por amor fraternal y yo por mi lavado cerebral.
Luego de unos reacomodamientos, se resolvió el día de la operación. Ese día nos fuimos tranquilos a la sala de espera, en uno de los pisos de la clínica, donde por cierto había un oratorio. Allí nos sentamos a esperar. Nos programamos para una operación de seis horas, tal como había ocurrido en Chile. Por lo tanto, el tiempo era el que sobraba. Luego vimos cuando llegó un sacerdote católico, quien iba a celebrar la misa. Unas cuantas mujeres se cercaron hacia él y lo saludaban de beso y él esquivaba los besos, hasta que se puso los ornamentos y se dedico de lleno a celebrar la misa.
Escuchamos la ceremonia y mi cónyuge fue a comulgar, mientras yo la seguía de lejos. El tiempo corría. Y pasaron las horas sin que la angustia nos devorara. Estábamos tranquilos, en un equilibrio manifiesto.
Pero como nos habíamos programado para un ciclo largo, nos pareció muy temprano cuando Lucero llamó para decir que la operación había concluido y que ya lo habían cerrado y estaba en reposo. Nos ahorramos así kilómetros de angustia porque si bien no la sentíamos, quien sabe si la cosa se prolonga hubiera sido lo mismo. Por eso, cuando se produjo la llamada, como que la certidumbre iba confirmando el optimismo con que todos afrontábamos el hecho.
Estábamos unidos muchas religiones en torno al mismo objetivo : que todo saliera bien.
Luego de dos horas de reposo, fuimos llamados por una enfermera quien dijo que la intervención había concluido, pero que el médico quería hablar con nosotros. Eso pero nos llegó como un aletazo que no estaba en el programa. Y corrimos hacia la sala, con el alma en la mano por aquel pero de la enfermera. Cuando las cosas salen bien, no hay necesidad de ponerle peros.
Afortunadamente en los corredores nos encontramos con el doctor Figueredo, un hombre joven, vivo, quien nos informó del éxito de la operación y de lo contentos que ellos estaban como caso profesional así de bien resuelto. Toda duda quedó disipada.
Ya en la sala de cuidados intensivos Rauleduardo estaba allí sedado, tranquilo, respirando bien, sumido en un sueño que le duraría un poco de tiempo.
Ya nos consolamos y asumimos el hecho de que todo había salido a pedir de boca.
Las llamadas de Chile, de Estados Unidos, de Brasil , España,de Colombia se iban penetrando de la noticia y todo fueron fiestas y risas de alegría. Ya Claudia y Manolo, La Lely, Sofi y Carolina, volvían a sonreír también.
Para el siguiente día le apareció un hipo que lo iba poniendo en aprietos y talvéz fue el único inconveniente que hubo, pues hasta nos pidieron que lleváramos bolsas de papel para que respirara en ellas. Nos parecía tan antidiluviano el remedio que no lo creíamos. Recogimos las bolsas de papel y las mandamos con Fofi, quien parecía una lanzadera entre el apartamento y la clínica. Y ella feliz, metida dentro del mundo de su hermano, comunicándose con él para darle fuerzas.
Cuando volvimos a la clínica a visitarlo, ya le había pasado el hipo y todo andaba sobre ruedas , menos el dolor en la herida, por lo cual tuvieron que ponerle dosis altas de droga para mitigarlo y que por cierto lo iban trastocando un poco.
Pero pasó y en menos de nada el médico le dijo que si quería irse ya de la clínica y él le contestó que si. Y cuando ya preparábamos la salida, y cuando le practicaron unos exámenes de rutina, le apareció una infección que frenó el proceso de salida.
En un principio las cosas fueron un poco difíciles, pues siempre estaba intranquilo y no se quedaba quieto en la cama, sino que daba vueltas por ella y corría el peligro que de pronto se fuera a caer. Hubo necesidad de colocarle la barandilla a manera de barrera para cualquier peligro.
Un día estaba en la cama y de pronto llegó una señora ya de cierta edad y se quedó mirándolo y le dijo: yo lo vi cuando lo sacaron de la sala de cirugía y lo llevaban a cuidados intensivos y usted sangraba por la herida, a tal punto, que yo creí que le habían metido una puñalada o algo por el estilo. Y así en esas condiciones, lo llevaron hasta la sala donde lo dejaron solo, mientras usted seguía sangrando.
A mi me dio tanta rabia la fabulación de la señora, que me salí de la pieza.
Eso no había ocurrido. Seguramente la señora estaba un tanto evaporada o mal de la cabeza o su capacidad imaginativa era tal, que le daba para hacer semejantes enredos.
Las mañanas se pasaban en el vestíbulo del piso, desde donde se podía observar parte de la ciudad y venia al menos un aire suave de la montaña. Allí tuvimos oportunidad de hablar de muchas cosas, pero nunca de la muerte. Porque quizá nos habíamos vacunado contra cualquier fuerza extraña que penetrara en nosotros para malearnos y volvernos la vida imposible. Hasta en las conversaciones nos cuidados de toda esa conversación dañina. Pero si filosofábamos y mucho.
Encontramos el hilo perdido de nuestra comunicación con el hijo despegado de la casa desde muy temprano, por uno u otro motivo y, que ahora teníamos la oportunidad de amarrar el afecto, de soportar su peso de oro y de alegrarnos porque la oportunidad había sido plena por donde quiera se mirara.
La atención en la clínica fue permanente, cubierta por enfermeras solicitas y discretas, con un raro perfil de niñas sin muchos atributos, quizá con el deliberado propósito de no disipar a los pacientes.
La salida fue apoteósica. Rauleduardo se hizo tomar fotos en la silla de ruedas que lo llevó a la calle. Al frente de la clínica. En todas partes.
Y salimos de allí rumbo a la casa, con la misma fe con que habíamos entrado, cuando todo era incierto y no sabíamos qué iría a suceder. Afortunadamente todo se cumplió como si la mano del creador hubiera facilitado las cosas, como si el orden no podía ser alterado en ninguna forma o manera.
Ya de vuelta a la casa, la aventura había terminado. Y todo lo mirábamos como si hubiera sido un sueño.

LA PEPA Y LAS INDEPENDENCIAS.














POR: RAUL PACHECO BLANCO.
La constitución de Cádiz de 1.812 pudo haber sido la clave para que Latinoamérica hubiera salido del coloniaje y entrara a formar parte, legítimamente, del reino de España y, España a su vez, se libraba de las independencias . Pero la torpeza de Fernando VII aguó esas perspectivas. Ya los borbones habían dado muestras de esa torpeza y de su cobardía , tanto Fernando como Carlos, cuando se humillaron ante Napoleón, cuando pelearon entre si por el trono, cuando se ponían zancadillas entre ellos mismos. Es decir, no pudieron ser peores porque no les alcanzó el tiempo. Si Fernando VII piensa en 1.812 que a él no le recetaban el cadalso, que le perdonaban la vida luego de sus traiciones y, que además, le garantizaban el trono, eso si, bajo el imperio de la constitución y dentro de un orden nuevo, seguramente se hubiera allanado a tal constitución . Con eso había mandado un mensaje a todos los países que se habían levantado precisamente en defensa suya y de la monarquía contra la invasión napoleónica y, los levantamientos primero y luego las independencias después se habrían detenido. La Pepa además no era obra solamente de los liberales, sino también de monarquistas y de moderados que luchaban a brazo partido por la suerte de España. Tan es así que había hasta hispanoamericanos. Y no obstante el cambio de instituciones se preservaba la monarquía, se privilegiaba la religión católica que era la de los españoles y americanos. Y la Pepa prácticamente obró dentro de una formaleta que luego aparecerá después con la constitución de 1.978, cuando el general Franco le dio vía libre al restablecimiento de la democracia, pero dentro de un gobierno presidido por la monarquía y dentro de un sistema parlamentario. Pero ya la acción y el pensamiento de los ilustrados iba muy adelante, lo mismo que la de Francisco de Miranda y Simón Bolívar. Los años de 1.808 hasta 1.824 son cruciales. Precisamente en 1.808 hay un alzamiento unánime en favor de Fernando VII y de la monarquía española contra Napoleón, pero a medida que pasan estos años, el pueblo se va transformando a la medida del pensamiento de la clase dirigente, hasta llegar a la fecha crucial de 1.814 cuando liberan a Fernando VII , Ahí se cortó la cabeza el mismo Fernando VII. Si al pueblo le faltaban argumentos para sumarse a la lucha de los libertadores, Fernando VII les aportó el ultimo argumento, que fue el de armar la contra revolución y ponerse ya de frente contra su pueblo. Esto definitivamente no lo aguantó el pueblo latinoamericano o hispanoamericano, mejor. La constitución gaditana solo rigió en los países de independencia tardía como los centroamericanos, pues los demás ya iban bien adelante, comandados por Bolívar, San Martin, O. Higgings, Artigas. De ahí que si bien es cierto los países dieron el grito de independencia en 1.810, solo vino a terminar el periodo de las independencias en 1.824. .

CONVERSACIONES CON EL GENERAL SANTANDER.



Ese día encontramos al general de muy buen humor. Había pasado la noche en forma tranquila y los calores habían empezado a ceder, pues un par de aguaceros barrieron ese ambiente que a veces se puede tocar como si fuera un acero que asediara. Y para el agua él no necesitaba paraguas, pues con su capa de bronce sobraba. En ese momento se arreglaba el bigote : general, ¿ cómo le pareció la remodelación del parque?. Me gustó, le cuento. Porque antes todo era un batiburrillo y a mi me tenían relegado a un rincón, como si el parque no fuera en mi memoria.. Ahora en cambio todo el eje de su estructura gira alrededor de mi escultura, todo converge hacia mi. Tiene razón general, se le dio un nuevo realce a su figura. Lo que si lamento es que me hubieran dejado solo, pues antes la compañía de Marbelle y del coronel me eran muy gratas. Por las noches Marbelle y el coronel dejaban a un lado la bola que sostenían, la colocaban a un lado y Marbelle se dedicaba a cantar su música de carrilera y el coronel se ponía a rezar debajo de un árbol. ¿ Y qué cantaba Marbelle? El collar de perlas finas, toda la noche.¿ Y no lo aburría?. ¿ Sabe que no?. Además, el resto de repertorio, que es muy variado. ¿ Y dígame general que le ha llamado la atención desde que está aquí en el parque?. Pues me gustaban mucho los discursos de plaza pública. Aquí escuché a un negrito, muy buen orador, que producía locura : Jorge Eliécer Gaitán. Y otro más joven, Cesar Ordoñez Quintero. Todos hablaban desde la terraza del Bucarica. Pero se fueron desde que se inauguró la plaza de este muchacho que mataron. ¿ Luis Carlos Galán?. Si de él. ¿ Usted conoció a José Antonio Galán?. Yo no, pero mi padre si. ¿ Y qué opinión tiene de los Comuneros?. La peor : ahí se dio lo que Celia Cruz llamaría luego Burundanga, en que Tongo le dio a Borondongo, Borondongo le dio a Bernabé, Bernabé le pegó a Muchilanga…, porque salvador Plata traicionó al pueblo, el pueblo traicionó a Galán, Galán traicionó a Berbeo y Berbeo traicionó al pueblo. Igual a la canción de Celia. En la academia no lo deben querer mucho a usted, general por semejantes comentarios. Si, desde que se murió Pilar Moreno de Angel yo no he podido arrimar por allí. ¿ General, usted sabe que en Colombia se habla de santanderismo cuando se quiere atacar las trabas de la ley?. Si, claro. A nadie le gusta que no lo dejen hacer lo que le de la gana. Yo puse orden. ¿Y ese orden no vino mas bien de Bolivar?. No, el libertador no tenia tiempo para esas minucias, a él le encantaba era el juego en la cama. ¿ Como así?. Si, con sus Manuelitas. ¿ Y luego usted no tenia también sus Ibáñez? . No sea toche, a mi me va respetando porque yo soy un prócer y los próceres tenemos inmunidad. Perdón general. ¿ Cual era más bonita, Bernardina o Nicolasa?’ ¿ Ahora usted me va a mamar gallo?… Y el genio se le agrió al general y tuvimos que abandonar el escenario. En ese momento alguien salía del Club del Comercio , seguramente con sus tragos encima y se vino abajo por las escaleras.
De ahí que decidiéramos tomar un taxi y nos alejamos de allí,m dejando al general muy a rreccho.

viernes, 23 de marzo de 2012

LA INSEGURIDAD EN BUCARAMANGA.

POR: RAUL PACHECO BLANCO.

La inseguridad en Bucaramanga se volvió cosa de todos los días. Si usted quiere hacerse un paseo por el centro, para meterse en el barullo de la 35, pasar luego por la 36 y sectores aledaños, debe primero que todo, aligerarse de sus cadenas de oro, de su reloj, de cualquier prenda que sobre salga, porque de lo contrario, corre el peligro de que lo dejen sin nada. Por los alrededores de los grandes almacenes, El Éxito, Carrefour, merodean toda clase de maleantes a la espera de que alguien caiga. Y claro, cae una señora a la cual intimidan, le dicen que son de la Policia y que están haciendo una inspección para evitar que roben sus carteras y sus tarjetas de crédito y dándose sus mañas, que van desde la presión sicológica hasta las drogas, logran que les entreguen sus tarjetas y les pidan la clave y vayan hasta el cajero y le saqueen la cuenta. Y ni un policía por allì. Todo dentro de la mayor tranquilidad y de la mayor cortesía. Y si se va a poner el denuncio, debe ir hasta el comando de la policía en el centro, no obstante que el robo se haya producido en Cabecera.¿ Alli què encuentra?. Una estrechísima sala en donde no cabe la gente, atendida por un solo empleado que se defiende repartiendo boleticas con el turno, para darle por lo menos al clientela ilusión de que en alguna hora lo van a atender, mientras que el paciente de turno tiene que contar sus cuitas a boca de jarro, ante todos los demás que empiezan a saber còmo se llama, què le ha ocurrido, cuanta plata lleva en la cartera, còmo fue el cuento y todos los datos que deben ser objetos de reserva y allí se exponen al público,. A medida que pasa el tiempo, la gente que espera empieza a cansarse y se va, dándole por una parte aire al empleado, que ve disminuido el turno y que ve también como la justicia empieza a esfumarse. Pero los pacientes que quedan no quitan los ojos del empleado que teclea y teclea, hasta que también se cansan, pierden la paciencia y, se van y se alejan de la oficina de la Policía. Y cuando salen a la calle, desilusionados por que al estado le importe una higa el haber sido robados a mansalva y sobre seguro, en plena calle concurrida, a la vista de todo el mundo, ven que la delincuencia no descansa y aparece de pronto un raponero y le manda la mano al cuello de un transeúnte y se lleva entre los dedos la cadena de oro, de plata o de plomo que lleva anudada a su cuello y sale huyendo, y tràs de èl, el pobre transeúnte que cree ingenuamente que lo va a alcanzar , para encontrarse con que el ladrón se esfuma por el lugar màs insòlito posible y se lo traga la tierra y no lo vuelve a ver nunca. Luego les dicen que eso es mejor ir a la Fiscalía y se van para allá. Y allí encuentran que las empleadas les dicen que es mejor que vuelvan otro dia porque están colapsadas. Pero se quedan y por fin las atiende una empleada, quien les escucha el cuento y cuando terminan de contarlo, le dicen que qué pena, pero “ ya se acabó la hora de atención” , porque solo se atiende hasta las cuatro de la tarde.

domingo, 11 de marzo de 2012

EL SENTIMENTALISMO.

POR : RAUL PACHECO BLANCO.

El sentimentalismo es lo que mueve a los colombianos. Nadie se afilla a un partido político, a una iglesia, a un grupo, sino lo siente. Tiene que pasar por la piel y el corazón para que el colombiano se decida a obrar. No obstante que los Radicales del siglo XIX se decían racionalistas, ese racionalismo se quedaba en casa cuando se iban a la guerra, daban golpes de estado, perturbaban el orden público. Y esa planta exótica no prendió .
Siguió arraigado el sentimiento, la emoción. De ahí que le guste tanto la ranchera, pues se le une el aguardiente y se pasan las noches en vela escuchándolas, o dándole serenatas a la novia o a la señora.
Cuando se habló del caso de la señora Fiscal, ya la gente la cuestionaba por estar al lado de una persona de antecedentes vulnerables, como el señor Lucio, quien ha oficiado de guerrillero, de consejero de los paramilitares, amén de otras actividades un tanto deslucidas.
Hasta las columnistas de los periódicos se pronunciaron contra la pareja dispareja y solo el movimiento feminista de la señora Florence Thomas salía en su defensa.
Y de pronto se produjo un fallo contra la Fiscal, no ya para definir problemas de jurídicos de fondo, sino de carácter procedimental. El Consejo de Estado anuló su elección porque la Corte Suprema ha debido elegirla con 16 votos y solo se produjeron 14.
Y ¡ quién dijo miedo ¡ . Las cosas cambiaron. Todos se alinearon alrededor de la Fiscal destituida. En la Fiscalía ese día nadie faltó a trabajar y no sacaron excusas de salud, ni nada de ese tipo : querían manifestar su solidaridad con ella. El Consejo de Estado había creado una nueva mártir. Y eso produce excelentes dividendos.
Hasta el presidente Santos, quien había dicho en reciente ocasión, que si él hubiera sabido que estaba con Lucio no la habría ternado; ahora lo primero que dice es que la colocará de nuevo en la terna, así continúe a su lado Carlos Alonso Lucio, su marido. Ya con un perfil de víctima, de mártir, viene la reacción sentimental.
Ahora hay que apoyarla, porque hasta el presidente se conmovió. Y los noticieros y los periodistas se vendrán con alabanzas para la señora Fiscal, ya curada de todos los pecados que le atribuían la víspera.
El señor Lucio ya no será el malo de la película, sino todo lo contrario : alguien necesario para que el buen juicio acompañe a la doctora Morales , para que le de ese semblante triste, envuelto en una belleza misteriosa, como de perfil oriental. Ese pasado de su marido es simplemente eso : pasado.
Y ya no importa. Así que los colombianos voltearon la torta de la noche a la mañana, sin el menor sonrojo, solo al conjuro de un fallo que la convierte en una víctima, víctima de una justicia artera, despiadada, para quien cuenta más el procedimiento que las razones de fondo, Es la misma reacción como ante una telenovela, un partido de futbol o un programa como yo me llamo.

FERNANDO HINESTROSA : MAESTRO DE LA AUTENTICIDAD.



FERNANDO HINESTROSA : MAESTRO DE LA AUTENTICIDAD.
POR: RAUL PACHECO BLANCO.
La autenticidad es la correspondencia entre unos valores que se predican y una conducta acorde con esos valores. Existe el viejo aforismo de que el cura predica pero no se lo aplica. O quien lleva dos vidas, la una recatada, virtuosa y la otra dedicada al libertinaje. Así que la excepción viene siendo aquel que se ajusta a unas normas de conducta, las lleva a cabo y se mantiene en ellas, firme, no obstante toda clase de circunstancias. Lo mismo ocurre con la ideología : en la teoría se predican unas ideas y en la práctica se desfiguran. En la política se puede dar esa autenticidad, pues aquel político que le dice la verdad al pueblo, que obra en concurrencia con sus ideas, sus principios y valores, adquiere una dimensión de credibilidad que aglutina y somete. Todo esto para referirnos a Fernando Hinestrosa, quien llevó una vida ajustada a las ideas que predicaba. Se mantuvo fiel a ese paradigma radical que ha constituido la enseña del Externado de Colombia , basado en unas ideas de libertad, de tolerancia, de respeto por la dignidad de la persona humana. Si bien es cierto el radicalismo no llevó a la práctica aquel mensaje racionalista que chocaba con un mundo caótico como el colombiano de esa época , pues se empeñó en imponer la tolerancia por la fuerza, Fernando Hinestrosa en el pequeño mundo de la Universidad siempre puso en práctica esa conducta ajustada a la razón, a los principios. Nadie pudo haberse sentido constreñido por decisiones suyas, nunca desplegó un carácter autoritario que impusiera un despotismo académico, no obstante la concentración de poder en su persona. Aquel dogma de que el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente, no se dio en el caso de Fernando Hinestrosa. Por eso allí en el Externado de Colombia fueron exóticas las huelgas, los paros. La disciplina se imponía por la sola virtud del orden dado, no por la dictadura de una voluntad. No obstante el régimen monárquico impuesto podría ser susceptible a la arbitrariedad, nunca se dieron brotes de intemperancia, de autoritarismo. Otra de las grandes virtudes de Fernando Hinestrosa fue su calor humano, sus calidades que se palpaban en el saludo, en la franqueza de su trato que no se emparentaba con la frialdad cortés del bogotano sino que excedía ese límite distante. Su consagración al estudio del derecho se ve reflejada en el cúmulo de obras que dejó escritas, en ese halo de sabiduría que desplegaba en sus conferencias, aun en la conversación, y en pequeños detalles. Él se convirtió en una institución, pues era tal la compenetración de su rectoría con la Universidad que su nombre tomó los ribetes de una verdadera institución. Él se transformó en un símbolo que convocaba, ya no como el caudillo, que somete por el embrujo de su ego , sino por la identidad en unos propósitos y por la encarnación de esos mismos propósitos en una personalidad atrayente. Queda el vacío inmenso de una influencia que se proyectó en el tiempo y se metió en la historia.

viernes, 9 de marzo de 2012

CUANDO ESTABAMOS CONVENCIDOS.

POR: RAUL PACHECO BLANCO.
Cuando estábamos convencidos que el combate a muerte entre uribismo y antiuribismo estaba cerrado, se nos vino encima el tifón de la nulidad de la elección de la señora Fiscal. Y se prendió de nuevo la mecha : el uribismo se alineó para cobrar la victoria de la justicia, del estado de derecho, en donde sí importa la letra de la ley y sobre todo el procedimiento, que es la arteria de la democracia circulando por el organismo del derecho. Se echaron las campanas al vuelo y se dejó muy en claro la desvergüenza de la Fiscal de subirse a la tarima de la farsa acompañado de su esposo, el mercenario Lucio que se vende al mejor postor, bien sea la guerrilla, el paramilitarismo o el narcotráfico. Se alabó la intervención del estudiante de derecho que hizo posible el fallo, resaltando su preparación y su eficacia. El equipo uribista como que se consolidó, se sintió más sólido que nunca, no obstante haber dado la impresión de que estaba en liquidación por la presencia del santismo dentro del partido de la U y del movimiento de unidad nacional que es el que soporta el gabinete. Pero del lado anti-uribista, el panorama era diferente . Se alborotó el cotarro. Se le echó la culpa del fallo al magistrado Velilla, quien había sido ternado para la Fiscalía por el uribismo y había fracasado en su intento. Se tachó el fallo de santanderista por haber interpretado tan literalmente la ley, en lugar de haber modulado el fallo y considerar que para el país era más importante la permanencia de la Fiscal en el cargo, que la declaratoria de nulidad, por un pinche reglamento y una diferencia escasa de votos en su elección. Al antirubismo se le olvidó el cuento de Alonso Lucio, consideró que ahora era un virtuoso pastor de la iglesia protestante y no el elemento difícil que en otras épocas se desdibujó ante la opinión pública. La nevada cabeza del exguerrillero brillaba por encima de todos los micrófonos y era visto como el triunfo del amor sobre las demás glorias vanas de la vida. Para el antirubismo la demanda había sido elaborada por Iván Cancino y la Universidad Republicana donde estudiaba el demandante, y no por un tardío estudiante de derecho. El Consejo de Estado quedó más o menos a la altura del betún , penetrado por las fuerzas del uribismo que se habían adueñado de sus almenas de la noche a la mañana. Además, exigía que en la nueva terna debía figurar la doctora Morales y en lo posible volverla a nombrar, cosa que en el maquiavelismo del presidente Santos podría caber.

viernes, 2 de marzo de 2012

LA REELECCION DEL PROCURADOR.

POR: RAUL PACHECO BLANCO.
Tiene razón el señor Procurador cuando dice que sus enemigos, si así podemos llamarlos, son los que le han servido para todos sus logros. Que si no fuera por ellos, nada hubiera conseguido. Por ejemplo, el país no lo conocería tanto, si los periodistas y sobre todo los columnistas no se ocuparan de él con detenimiento, para darse cuenta de si la raya del pantalón se le va o no cuando la elevación del santísimo , si cuando pasa a comulgar le dan la hostia en la mano o deja que el cura se la lleve a la boca. Que cuáles son los santos de su predilección, que si monseñor Escrivá de Balaguer o el santo niño de Atocha, si en Semana Santa hace ayuno o por el contrario come más galletas que de costumbre; que si en la Aurora hacen hostias a la par que galletas, o no; si levita, si se flagela, si guarda abstinencia, si tiene reclinatorio en la casa. .Así que el país ya conoce sus predilecciones , porque no le dan tregua a su gusto por las cosas religiosas. Y además, ponen el grito en el cielo porque el Procurador es aficionado a los toros y entonces dicen que claro, que como no va a ser adicto a los toros, si está de por medio el sacrificio de los animales, que en algo se parece a lo que hacían sus correligionarios en la Edad Media cuando la Santa Inquisición. Que él tiene la misma pinta de Torquemada., el martillo de los herejes, como lo llamaban en Castilla y Aragón, confesor de la reina Isabel la Católica y quien se dio el gusto de quemar cerca de diez mil personas y unas 27.000 en torturas, según fuentes de Ramiro Bejarano. Y luego también ponen el grito en el cielo porque lo aplauden en la plaza de toros, no una vez, como a Alberto Lleras, ni tampoco permanentemente cuando la Nena Moreno era respaldada por los detectives de Rojas Pinilla, sino dos veces . Y repite Antonio Caballero que ha sido exagerado aplaudirle dos veces, que con una sola bastaba. En fin. Y el Procurador no tenía entre sus planes volverse candidato presidencial de su partido, pues bien sabe que tiene una formación de jurista que lo endereza por estos terrenos y además tiene un techo electoral muy difícil de remontar, porque si esto es para reelegirse en la Procuraduría tiene a los columnistas de El Espectador y otros medios ardidos, cómo sería si le da por ser candidato presidencial. Y los periodistas son los que han insinuado que el Procurador puede llegar a ser la carta conservadora para el 14 y ni tonto ni perezoso, el Procurador empieza a considerar la propuesta, sobre todo si con eso aumenta la desazón de los columnistas. Si fuera candidato presidencial, por ejemplo Daniel Samper le endilgaría que su elección sería espúrea porque estaría financiada por el narcotráfico. Ramiro Bejarano anotaría que el Procurador tiene más perfil de jefe del Das, que de candidato presidencial y Felipe Zuleta con mucha elegancia comentaría la desvergüenza de sus costumbres de monaguillo. En fin, no tiene remedio el Procurador, según sus acuciosos adversarios.