viernes, 27 de enero de 2012

EL REACOMODO DEL CONSERVATISMO.

POR: RAUL PACHECO BLANCO.

En este momento todos los partidos del mundo se encuentran en un proceso de reacomodamiento, presionados por una realidad que cambió en los diferentes ángulos de la actividad política. Estábamos convencidos que con la sola caída del muro de Berlín se acababan los problemas y llegábamos al fin de la historia, pero a la vuelta de la esquina empiezan a presentarse nuevos hechos y circunstancias que antes no se contemplaban y que ahora son el mundo tangible de las posibilidades de los distintos países. Empezó una lucha de civilizaciones, una guerra de religiones, un cambio en el poder económico del mundo, un acercamiento de todos en base a las comunicaciones que hemos llamado la globalización, una quiebra de las grandes potencias, o por los menos, graves crisis en los países y zonas más desarrolladas. Y a nivel latinoamericano, el crecimiento de la desigualdad en lo económico y social, los grandes desequilibrios que no pueden esconderse, la violencia, como es el caso colombiano, cuando no se ha acabado de superar el conflicto armado con la guerrilla, ya han aparecido otros factores desestabilizadores, como las bacrim, paramilitarismo, narcotráfico, a tal punto, que uno se pregunta con cierto pesimismo si esto es un estado, si el estado controla su territorio, si existe en realidad una legitimidad que pueda darse el lujo de gobernar en todos los rincones del país. Ante esto, ¿ qué puede hacer un partido político?. Pues ponerse a pensar, o a repensar su ideología, su doctrina, sus principios para acomodarlos a una situación que es nueva, novísima, original. Por tanto, la respuesta debe ser del mismo tamaño del reto. En carta a William Calderón, columnista muy prestigioso de El Siglo, Roberto Gerlein Echeverría señalaba que el conservatismo colombiano tiene dos grandes retos : el cambio de su nombre y la escogencia de un líder para hacerle frente a la nueva situación. Yo no tomaría en su totalidad ese planteamiento, pues si bien es cierto la escogencia de un líder es prioritaria, no lo es tanto el cambio de nombre, pues lo importante no es el continente sino el contenido. Por lo tanto, hay que repensar el partido conservador, adecuarlo a los retos que arriba señalábamos, a la nueva época, a esta post modernidad que parecía simplemente de cartón, pero que ya tiene sus perfiles muy marcados y está señalando el cambio de muchos paradigmas. Esta es una época post. Por lo tanto, se impone un post conservatismo. Venimos de algo que ya fue y nos internamos en algo que va a ser y que por lo tanto hay que hacerlo. El conservatismo debe desmarcarse de muchos clichés que le han restado méritos en el electorado, debe rectificar muchas cosas y apadrinar otras . La baraja se ha cambiado, cartas nuevas aparecen en la mesa y el conservatismo debe aprender a barajarlas. Por lo tanto, es necesario un aggiornamento y desde luego la escogencia de ese líder que no puede ser otro que el expresidente Andrés Pastrana.

miércoles, 25 de enero de 2012

LUCHO BERMUDEZ.



POR: RAUL PACHECO BLANCO.

Si hay alguien que haya ayudado a hacer patria, lo que se llama patria, es Lucho Bermúdez. Con su música como que se metió en la entraña de lo nacional, como que descubrió unas esencias que no se habían descubierto. Y a partir de ahí, empezamos a dejar de lado la música nativa, al menos eso se decía y dice ,pero que tiene mucho aire español, europeo, derivada del vals, como el pasillo y el bambuco. Y se trató de diferenciar la música andina de la costeña. La andina era para los cachacos y la costeña para los costeños. Pero ahí estaba Lucho Bermúdez quien produjo el milagro de la universalización de su música. Se metió primero a Bogotá, en el hotel Granada, que retumbaba en medio de los días grises de antes en la fría Bogotá y, ante el asombro de los viejos cachacos aquello empezó a prender. Y se metió en las fiestas y se regó por todo el país. A nuestra generación esta música se unió con el bolero para definirnos. Esa era la impronta de las fiestas, del bolero amacizado se pasaba a la cumbia, al porro. Para nosotros es como un himno nacional Carmen de Bolívar. Y cuando la escuchamos, se nos revienta el alma, los pies se nos contagian de la magia del baile, los aires que van por las montañas tras las huellas de las nubes, se nos meten en los pulmones y nos afirman, nos sitúan ..
Cuando uno iba sobre el lomo del Magdalena en los barcos de la Naviera colombiana o de la Marvásquez, se escuchaba la música que orquestas a bordo amenizaban la noche y el despertar junto a las garzas que se desperezaban en las orillas del rio.
Y la música de Lucho se expandió por todas las regiones. Las cosas empezaron a tomar sabor. .Las fiestas de Cartagena tenían su brillo por los aires que sus orquestas le proporcionaban en base a las canciones de Lucho Bermúdez. Y apareció la figura de Matilde Díaz, quien encajaba con su voz en esa lucha de armonías y que reforzó para la eternidad la música de Lucho Bermúdez.
Ahora las fiestas de Cartagena ya no son las mismas porque se la tomaron otros ritmos que tienen sabor a pelea de cantina, a puñalada al amanecer con cantantes que se mueven bajo el frenesí de una fusilería de clarinetes y bongoes. .
¿ Quien no bailó bajo la magia de Sal si puedes, Gloria Maria, San Fernando, en fin, pequeños pedazos de gloria que sacaba quien sabe de dónde Lucho Bermúdez, pero acertaba pues los clavaba de lleno en el corazón de la gente.
Y eso que no tuvo la ventaja de Joe Arroyo para quien hubo tiempo para llevarlo a las pantallas y proyectarlo más aún, visualizando su labor, mientras que a Lucho Bermúdez lo encontramos siempre en el sonido, pero no en la imagen que es más duradera que la palabra. Si uno en realidad quiere llegar a definir la patria, como decíamos al principio, esta es una de las mejores maneas de hacerlo : meterse en la música de Lucho Bermúdez , cuyos elementos se ordenan por si solos para producir por medio de los sonidos, lo que la palabra no puede articular.

sábado, 21 de enero de 2012

RAFAEL PEREZ MARTÍNEZ.



POR: RAUL PACHECO BLANCO

Tenía un bio-tipo parecido al de Camilo José Cela o al recién fallecido Manuel Fraga Iribarne : robusto, categórico.
Y así hablaba. Con una voz contundente y con el tono santandereano que tanto se acerca al tono alemán.
Pero además, era múltiple : se abría en abanico hacia muchas actividades, que la empresa privada, que el deporte, que el gobierno.
Como empresario creó Terpel y gerenció otras empresas con notable éxito. En el deporte se vinculó al Atlético Bucaramanga , cuando la institución cumplía una función cívica y no como ahora, que trata de encubrir dineros mal habidos y cuando el Bucaramanga era grande. Cuando se traían jugadores de la talla de Montanini, de Janiot, de Di Marco.
Y llegó al gobierno : por una parte , por ser un conservador de convicciones , por representar a un partido y, además, por sus condiciones de administrador.
La empresa privada le daba herramientas para aplicar sus experiencias en el manejo de la cosa pública.
Y brillaba por su pulcritud, sin que conociera un llamado de atención de la Procuraduría, sin que lo llamaran a juicio, sin que le hicieran reclamos por malos manejos.
Fue uno de los gobernadores por los cuales se siente nostalgia de que se hiciera su escogencia por decreto que venía de Bogotá y no por elección popular.
Porque el pueblo también se equivoca. Y mucho.
Pero así como fue exitoso en su vida pública y privada , también sufrió en carne propia las consecuencias del secuestro de uno de sus familiares, del robo de su residencia, que le hizo tomar decisiones drásticas como la de abandonar el país, pero no resistió la atracción de la tierra, la nostalgia de sus querencias , de su paisaje nativo y regresó.
En navidad nos regalaba a sus amigos libros. Yo conservo en mi biblioteca Los Hombres de la revolución francesa, de Louis Madelín, en una bella edición y fotocopias de los originales de la constitución de 1.886, originales en la letra del maestro Guillermo Valencia, de sus poemas, además de otras publicaciones.
El vivía muy orgulloso de sus ancestros, de su padre, Carlos O. Pérez, uno de los pioneros de la odontología , junto con mi padre Pedro A. Pacheco, David Habeych, Carlos Maiguel Zagarra, y otros que tenían su consultorio junto a la vieja calle 34.
Con su hermano Carlos compartieron gustos por las cosas buenas de la vida, por la cultura, por la aristocracia de la conducta, tan echada a menos por estas épocas. y que trataba de rescatar Tomassi de Lampedusa en su novela El gatopardo, cuando toleraba a don Calogero Sedara, el burgués emergente.
Deja pues Rafael Pérez Martínez la impronta de ese nuevo santandereano dedicado al trabajo productivo, aconductado , lejos del arrevolverado sujeto de antaño, que hacía revueltas porque sí y propiciaba guerras civiles y que tenía que estarle dando en la jeta a alguien, como decía Rafael Pérez con tanta gracia, para sentirse a gusto..

viernes, 20 de enero de 2012

EL DESTINO Y ANDRES AUGUSTO FERNANDEZ Y CARLOS SORIA.



El primero de ellos mató a la mujer y el segundo su mujer lo mató a él. Nudos del mismo lazo.
Andrés Augusto Fernández era el presidente del Consejo de Estado por allá en los años sesenta del siglo pasado. Y Carlos Soria gobernador de un estado argentino, quien acababa de ser elegido.
Andrés Augusto venía de Cúcuta su ciudad natal, pero era un hombre tranquilo, no el clásico santandereano bravucón. Soria en cambio sí tenía fama de sobado, malgeniado y, que apenas si se toleraban con su mujer, otra fuerza paralela.
Se llegaba la noche de navidad en la casa de Andrés Augusto Fernández, situada en la calle 64 arriba de la Caracas en la Bogotá de los años 60.
Los tragos por lo tanto hacían su efecto, los brindis se repetían y el buen humor y la alegría se encrespaban en el hogar. Pero había de por medio una espinita : la mujer de Andrés Augusto, quien aún mantenía su encanto a los 50 años, tenía relación con un muchacho de la Javeriana y a su vez, Andrés Augusto coqueteaba con la esposa de un político santandereano. Había por lo tanto, un empate de celos. Y en medio de los brindis, se desató la discusión, se echaron en cara las infidelidades de uno y de otro. Lo cierto fue que el caso se fue subiendo de tono, a tal punto, que la señora de Fernández terminó tirándole una porcelana a Andrés Augusto quien recibió el impacto en el rostro. En ese momento, le hirvió la sangre al consejero y de aquel tranquilo varón se pasó a una bestia herida y desenfundó su revólver de dotación oficial y le hizo un par de disparos a su mujer, que rodó por el suelo.
A muchos años de distancia y más de kilómetros, en Rionegro, Argentina, ya se despedía el año viejo y se daba la bienvenida al nuevo. La cena habia pasado, los abrazos con los hijos ya se habían dado y la pareja de Carlos y su mujer se iba hacia la alcoba. Pero Carlos , un hombre corpulento, de estampa muy argentina tenía su cierto don juanismo muy a flor de piel y la mujer lo sabía. Ella ya era una mujer gastada, sin muchos encantos, pero de un carácter fuerte, tan fuerte, que en un momento dado lo llamó al orden y luego de hundirse en un mar de insultos y reclamos, la señora blandió el revólver y lo disparó contra Carlos que rodó por el suelo, como la mujer de Andrés Augusto. Ella entraba en un shok nervioso
La misma tragedia de Colombia de los años 60. Se repetía el hecho, pero al contrario : dos personajes de la vida nacional se veían envueltos en un caso de sangre que tocaba las fibras más íntimas de cada quien.
Cuando yo llegaba a la clínica de Marly para hacer el levantamiento del cadáver de la mujer del presidente del Consejo de estado, Andrés Augusto acababa de recibir la noticia de que su mujer había muerto y estaba allí, en una camilla, tapada apenas por una sábana blanca. El llegó como un loco, llorando, pidiéndole perdón a su mujer, a quien le decía : perdóname mi amor, pero yo no quería hacerte daño y se tiró sobre el cuerpo de la mujer mientras la camilla se tambaleaba.
A su vez, La señora de Soria cincuenta años más adelante, reconocía que ella había sido la autora de los disparos, pero que su intención no era matarlo y llore.
El destino se coló por la puerta de atrás de este par de parejas que saboreaban el placer de estar en familia en los días más significativos del año. Pero el absurdo de la vida se coló por el resquicio menos pensado e hirió en esa forma a los protagonistas, que bebieron ese trago amargo luego de las libaciones de la noche buena y el año nuevo.

lunes, 16 de enero de 2012

MANUEL FRAGA IRIBARNE.



POR: RAUL PACHECO BLANCO.

Cuando uno lee la novela El Gato Pardo de Giussepe Tomasi de Lampedusa, queda admirado de la capacidad del viejo aristócrata de acomodarse a los nuevos tiempos en que la burguesía entraba a mandar y a imponer lo que Ortega y Gasset llamaría la rebelión del hombre masa. Es decir, el aplebeyamiento de las costumbres, la pérdida de las buenas maneras, el cambio de estilo.
Lo mismo le ocurrió a Manuel Fraga, en cuanto al cambio de época, quien viniendo de una época muy diferente como la franquista, habiendo sido el ministro de turismo de España durante la misma, asimiló el cambio que se estaba operando en la sociedad española con ocasión de la muerte del Caudillo y se avino a aceptar la democracia en su plenitud, aceptando de buena gana el giro del talante : pasar de un régimen autoritario, en donde la democracia era escondida en los rincones a uno ya dominado por la opinión pública, pluralista, en que los partidos empezaban a competir entre ellos para la conquista el poder en las urnas y no en una guerra civil,, como ocurrió en el caso de Francisco Franco.
Y se hizo elegir como constituyente para representar a su partido, la Alanza Popular, que se aprestaba precisamente, a bajarse del franquismo para entrar de lleno a la democracia. Y en la constituyente brilló por sus talentos y por su sabiduría, conviviendo con Carrillo, el jefe comunista come curas, con los socialistas como Peces Barba y, en fin, toda esa vario pinta de políticos que estaban ahí, para tomarse el poder y en ese momento, las instituciones, modelándolas a su estilo.

Y en ese plan, fundó el partido que actualmente está en el poder, el partido Popular, que en un principio fue la Alianza Popular, como ya decíamos y, que luego se puso el nombre definitivo de Partido Popular. Pero le ocurrió lo de Alvaro Gómez en Colombia : a Fraga nunca le perdonaron el hecho de haber participado en el gobierno de Franco y le cerraron el paso hacia la presidencia. De ahí que el partido Popular tuvo que echar mano de jefes más jóvenes, sin pasado, como Hernández Mancha en un principio y luego José María Aznar. Fraga no tuvo más remedio que replegarse a la provincia, a su natal Galicia, para ser presidente de la autonomía gallega y por cierto le iría muy bien, porque repitió tres veces el cargo, hasta que ya la vejez se le vino encima y empezó a restarle condiciones.
Si a Alvaro Gómez no lo dejaron ser presidente de Colombia por ser el hijo de Laureano Gómez, a Manuel Fraga Iribarne no lo dejaron ser presidente de España por haber sido ministro de Franco.
Ahora muere a los 89 años, en medio del reconocimiento de todas las corrientes ideológicas y políticas, que siempre vieron en él a un adversario algunos y otros a un jefe con las condiciones suficientes para actuar en la primera fila .

domingo, 15 de enero de 2012

LA CATEDRAL DE SAL DE ZIPAQUIRÁ.




POR: RAUL PACHECO BLANCO.

La entrada es la común y corriente de una mina : un hueco profundo que no insinúa nada bueno, o la certidumbre de que se estará en la presencia de algo inigualable, de un tesoro escondido que se piensa rescatar a como dé.
La gente se aglomera para tomar el turno correspondiente y entran encaravanados a la mima. De pronto aparece el guía y hace toda clase de amonestaciones, que el terreno es resbaladizo, que existe un verdadero peligro de caídas, de lesiones y de algo más. Que dentro del precio que se pagó por la entrada, está contemplado el seguro de vida. Cada quien esconde por lo tanto su miedo, y se empieza a ver abismos de lado y lado, mientras el grupo trata de apretujarse. Algunos como que lo piensan dos veces y hacen las cuentas de si vale la pena entrar o no. ¿ Qué tal una caída ahí, dentro de un hueco oscuro, profundo, casi sin aire, propicio para la huida claustrofóbica?.¿ Qué tal? . Pero ya la suerte está echada y empieza la peregrinación hacia la catedral.
Primero, se pasa por las estaciones del rosario, en donde se esconden figuras abstractas que el guía trata de aclarar y empieza el regodeo del misterio. El espacio se prolonga, se mete a las entrañas de la tierra y clava una cruz y alrededor se hace el misterio. Todo indica que de allí puede salir una alucinación, o un milagro, o algo inesperado. Pero el guía vuelve a ponerlos en la realidad.
Y las estaciones, una a una se van contemplando, a lado y lado de la mina, por entre el piso empedrado, resbaloso y, mientras los que ya han visto la catedral regresan por el otro costado ya satisfechos de tanta curiosidad.
Las estaciones se interpretan como el abordaje latinoamericano hacia lo arcano, quitándole toda certidumbre, todo tinte racionalista, para abordar a Dios , a la divinidad desde el misterio, desde lo mágico. Por eso los mineros y constructores se dedicaron a abrir espacios, a jugar con la luz, con el espectro de las cruces, para que ello diera una vivencia de algo inasible, pero que se siente, que no se puede tocar ni ver, pero se vive. Cada quien siente como la tentación de irse tras el camino que señala cada apertura, de tratar de desentrañar algún misterio, de pronto encontrarse con Dios en algún vericueto, instalado allí, soberbio o amoroso.
Y al finalizar el periplo de las estaciones del rosario, con las explicaciones del guía, se llega por fin a la nave central.

Los peregrinos se van sobre el balcón que funge a manera de mirador y ven el espacio abierto de la nave central, de donde caen luces y sombras y como que empieza a sentirse el órgano de las grandes catedrales. Y de allí se baja por escaleras hacia donde están repartidas las bancas de la iglesia, presidida por un cristo que abre sus brazos de dolor y de martirio, pero también de fe.
Y cada quien siente la tentación de contemplarse allí, hundido en la tierra, metido en un hueco donde le proyectan una idea de algo que no puede definir y que siempre será el gran misterio para el hombre. Pero la naturaleza es complaciente y se presta para toda esta clase de elucubraciones que el hombre se hace en su infinito afán de desentrañar algo, de arañar el conocimiento de algo que lo desvela y lo ha desvelado siempre.
Y luego se paran frente a la piscina mágica, donde reverberan haces de luz que se destiñen, como al paso de las olas. Y refuerzan la idea de todo el conjunto de la catedral, que es la de rodear de misterio, de llevar a otro terreno a los peregrinos que se han decidido a entrar a las entrañas de la tierra, no obstante las tremendas advertencias del guía.
Luego se sale con una gran complacencia, como si se hubiera liberado de algún peso, como si se acabara de llevar a cabo una gran aventura : la aventura de lo inasible, de lo eterno, de lo otro que ya no somos nosotros.

viernes, 13 de enero de 2012

VILLA DE LEYVA.




POR: RAUL PACHECO BLANCO.

Villa de Leyva es una sorpresa. Al llegar, uno ve un pueblo como muerto, con una arquitectura colonial de dos pisos y balcones, pintada de blanco y con sus calles empedradas y se llena uno de una sensación de inmovilidad, como si el pueblo se recostara sobre la historia, al contemplar las casas echadas hacia atrás en medio de una laguna de piedra que es la plaza principal.
Quizá no haya una plaza igual a esta en el país, pues no existe un solo árbol, ni planta alguna , ni un gramo de cemento, ni candelabros para darle luz en las noches. Nada, apenas una fuente de agua que no funciona y en las esquinas una especie de bolardos donde está la iluminación. Así que se ilumina de abajo para arriba y no a base de luminarias verticales como en todos los parques de Colombia Pero apenas avanzando la mañana las calles se van llenando no de gente de la tierra, que parece esconderse, pero en realidad están trabajando, adentro en las casas y en los negocios, sino de toda clase de turistas, sobre todo extranjeros. El alemán se confunde con el francés y con el brasilero y con el habla cachaca de los bogotanos. Y empiezan los descubrimientos : hay almacenes con artículos de muy buena factura, de precios altos, atendidos por gente amable venida de otras partes, porque otra de las características de Villa de Leyva es la inmigración de extranjeros y de nacionales con sus propios negocios. Un mexicano, de mucho éxito, tiene tres restaurantes y todos se le llenan en la temporada de fin de año. Y al entrar a esas viejas casonas, se topa con el lleno completo, como en las plazas de toros. Y con muy buena comida, todo tipo de comida, internacional y nacional. Alrededor de ese marco impresionante de la plaza empedrada, la gente se sienta en lo que debieran ser las aceras, pero son apenas unas cuantas tablas colocadas allí a manera de asientos, que se llenan , mientras se come algo ligero, o se toma un jugo o una gaseosa de las tiendas vecinas. Entrar a la iglesia es devolverse un par de siglos hacia atrás, con esos altares enjoyados, cuyo amarillo quemado cunde y se adueña de todo el espacio .
Ya con la iglesia la plaza reafirma la identidad nacional, con esta joya arquitectónica y se olvida un tanto de la impiadosa piedra que solo permite ya no el paso de los casos de los caballos como antes, sino de zapatos de caucho que juegan con las rugosidades del piso y con lo quebrado del terreno donde la piedra gana todos los terrenos. Es un pueblo turístico a tal punto, que parece no haber casas de particulares, sino de puros hoteles, bares, restaurantes, almacenes. Caminar por sus calles, como si montara en un auto que se bambolea, es ver toda clase de rostros, blancos, morenos, de pelo amarillo y de vocablos surtidos.
Pero es el clásico refugio para calmar el estrés del año, para reposar en horas tranquilas cuando desde lo alto del hotel se ven las montañitas plácidas rasgando la altura y los árboles verdean al resplandor del día.
Es como una vuelta a uno mismo, quizá a lo mejor de uno mismo, cuando al paso de los días, se siente renovado y tranquilo. Con una felicidad que salta a los ojos.

lunes, 9 de enero de 2012

VISIÓN CRÍTICA. DE LOS COMUNEROS.

Más mito que historia.


La historia hay que estarla revisando. Por una parte, la imparcialidad no existe, las interpretaciones que se hacen son según el cristal con que se mire, bien las ideologías, las etnias, la religión, en fin. La realidad viene siendo múltiple. Pero además, a medida que el tiempo avanza, los pueblos van madurando y empiezan a manejar otros conceptos. . Antes se tomaba como historia los mitos y las leyendas, pues se trata de la etapa más embrionaria de cualquier pueblo. A su vez, esos mitos y leyendas van configurando una manera de pensar y de ser.
Nosotros nos acostumbramos a ver el cuento de los comuneros como una historia. Y hacia esa atractiva perspectiva llegaron toda clase de intérpretes. Bajo el punto de vista ideológico, la izquierda fue muy generosa y le regaló toda clase de hazañas : por ejemplo, haber sido socialistas antes de que se produjera la revolución bolchevique. Y si los campesinos no sabían leer ni escribir, sin embargo intuían que existía un mundo socialista y que hacia allá enderezaban tanto sus acciones como su espíritu.

LA VISION DE LOS SOCIALISTAS.

Los socialistas nos regalaron pues, una visión tan adelantada, que daba pasmo acercarse hacia semejante arcano de veneración por su lucidez, por su talento para descubrir el futuro, o por lo menos para trazar caminos que otros irían a continuar. Ese favor se lo debemos a la izquierda tradicional, que favoreció a los Comuneros con semejantes interpretaciones, en su lucha contra la fronda y el despeje de todo privilegio para que se impusiera el hombre del común.
Así que Galán , quien apenas sabia garrapatear su nombre y había adquirido su incipiente cultura en un cuartel en Cartagena, fue ascendido al papel de un Lenin, con pensamiento propio y casi con la ciencia de un Carlos Marx. Y si no pudo liberar a su pueblo del colonialismo español, se debió a circunstancias ajenas a su voluntad; nunca a su elemental visión de campesino analfabeta, de hombre primario que tan pronto se sintió con cierta influencia sobre el pueblo, se dedicó al saqueo y el robo y se demoró más de la cuenta en el encargo hecho por Berbeo de tomarse a Honda, para cortar la huida del Gutiérrez de Piñeres, la presa más apetecida de los rebeldes comuneros.
Y sin caer en la tentación de verlo como un traidor de la revolución al tratar de desnaturalizarla y de convertir un movimiento que era político, en un simple allanamiento, con saqueo incluido.
Galán pues, fue el héroe de la izquierda, del socialismo.
Berbeo a su vez fue exaltado como un pre libertador, que estaba muy lejos de tener ambiciones burocráticas y labrarse camino desde la alcaldía del Socorro, su máxima aspiración.

LA VISION DE GERMAN ARCINIEGAS.



Don German Arciniegas nos regaló páginas enteras dedicadas a la memoria de estos prohombres que buscaban la libertad de Colombia y que si no llegaron hasta Bogotá, fue por la astucia del arzobispo Caballero y Góngora, que los engañó con espejitos, como antes lo hacían los españoles con los indígenas.
Fue el arzobispo Caballero el que logró parar una revolución. Fue el hombre que le hizo falta a Luis XVI para que no hubiera caído del trono y entregado su gobierno a los burgueses. O a los zares rusos, para que hubiera detenido el brazo liberacionista de Lenin y el pensamiento iluminado de Carlos Marx.
Berbeo fue el pre-Bolívar que se adelantó al genio de América y que no faltó nada para que nos diera la libertad. Una libertad que si nos metemos en la época, para ellos era estar a las órdenes del monarca, sumergidos en su poder, bajo el aura real de Fernando VII.
Como no había pensamiento de por medio, concepción del estado como la tenía Bolívar, le arrancaron a la historia una frase que vuela por todos los caminos y que trata de identificar a todo un pueblo y que hasta políticos auspiciosos lo tomaron como su palabra de campaña : ni un paso atrás siempre adelante y lo que fuere menester, sea.
Que lo hubieran dicho o no Galán o Berbeo, no importa, lo que se debía tener en cuenta, era que apelaba a la sugestión y quedaba bonito aquello con esa frase de bachiller brillante.
Cuando no existe traidor más grande que Berbeo, quien engañó a todos, hasta que se encontró con el arzobispo y armonizaron en su audacia y pactaron el cuento con la alcaldía del Socorro para Berbeo.
El nunca quiso pertenecer a semejante movimiento : fue llevado a él por la fuerza, impulsado por un viento de ocasión y él, como cualquier oportunista, decidió allanarse para ver qué cosechaba para él, no para el pueblo, porque él no tenía ninguna concepción del pueblo, ni del estado, sino apenas de lindero municipal.
Por eso a pesar de las reticencias y de la sinceridad de don Salvador Plata, que por lo menos tuvo el coraje de decir no a la revuelta y negarse a ser capitán comunero, fue convencido por Berbeo, su familiar, para engrosar las filas, que se dejara de ser pendejo y entrara en el cuento y que por el camino se arreglaban las cargas.
Así que de libertador y de revolucionario no tiene un solo pelo el señor Berbeo y que la historia ha sido tan benévola con él, que reclaman su puesto al lado del libertador Simón Bolívar, o por lo menos de don Francisco de Miranda, el precursor venezolano, que sí aportó su granito , por cierto muy grande, de arena para la emancipación. Ese si es un héroe de carne y hueso.
No un Berbeo que fue un sancho Panza de la revuelta, o un Maquiavelo de fonda. Nadie sabía para dónde iba, a excepción de Berbeo, que si sabía y don Salvador Plata se fue cociendo en dos aguas, sin que se notara su exotismo, pues unas veces estaba con los revoltosos y otras veces con las autoridades españolas.

EL PUEBLO MONARQUISTA
Y para colmo de males, todos eran monarquistas. De ahí que su consigna siempre fue la de Viva el Rey y muera el mal gobierno.
El pueblo cuando intervino lo hizo en forma oportunista, cuando la región se encontraba desprotegida de la autoridad y el virrey se hallaba en Cartagena, decepcionado a su vez de que el Rey le parara más bolas al visitador Gutiérrez de Piñeres que a él y se fue a rumiar su descontento y su zozobra a Cartagena en medio del agitar de las olas.
Y tan oportunista fue, que cuando el arzobispo Caballero y Góngora negoció con Berbeo, todos se dedicaron a pedirle plata al arzobispo o lo que fuera para tratar de sacarle algún provecho a aquella orgía popular.
En cambio, cuando Galán se encontraba solo, defendiéndose como un foragido y considerado como tal por don Salvador Plata, quien financió, armó y equipó la búsqueda de Galán, no apareció el bravo pueblo comunero, para ahí sí, hacer la revolución.
Ahí el pueblo no fue superior a sus dirigentes, como dicen los marxistas, ni los dirigentes alcanzaron su altura , al no ser capaces de hacerle frente al ejército real que ya había vuelto de Cartagena y el virrey se apersonaba de la situación para defender la legalidad maltratada.
Los Comuneros por tanto , quedaron en su misma plata al término de las jornadas, pues sólo lograron transitorias ventajas, que luego fueron abolidas por el Rey.
Estos episodios no pueden ser manejados con criterio histórico, pues no resisten ni los hechos, ni los personajes ese escrutinio serio para derivar de ahí el papel que los pusieron a hacer tanto los marxistas como los liberales y poder sacar de allí consecuencias de validez histórica..
Todos nos dedicamos a ensalzarlos. Les hicimos monumentos, estatuas a todos ellos, libros, discursos académicos y no académicos. Yo inclusive escribí un ensayo para señalar que ellos habían utilizado por primera vez, el poder constituyente. Y que se habían valido del mismo poder del monarca, que era el titular del mismo, para convertir las capitulaciones en una verdadera carta constitucional. ¡ Qué bello propósito ¡
Pero resultaba imperioso sumarse al sahumerio regional y nacional e internacional, ante semejante despliegue de respaldo a los comuneros, ante tanto entusiasmo telúrico.

MITO Y LEYENDA.

Cuando la realidad es que solo pueden manejarse como mito, como leyenda de algo que ocurrió y, que adquirió perfiles de tal, pero nunca como un movimiento lo suficientemente estructurado y pensado, con una actuación consciente de lo que se estaba haciendo, sino como un impacto emocional que cundió de pronto al verse amenazado su bolsillo por los altos impuestos, pero sin miras mayores, ni de libertad y mucho menos de hacer una revolución socialista.
Debemos quedarnos pues, con unos comuneros que todavía no llegan a la historia, que no alcanzan esa dimensión, no obstante los esfuerzos de liberales y de marxistas para exaltarlos como paladines bajo las estrofas marciales de la marcha triunfal de Rubén Darío.
Pertenecen ellos al reino del mito y de la leyenda. Y en esa forma, se pueden modelar a su antojo. Pero seriamente, con criterio de historiador, de escrutar intenciones y de desentrañar pensamientos, no funciona. Es algo tan menor, que no araña la dura piel de la historia.
Ya las generaciones anteriores se dedicaron a exaltarlos, escribieron muchos libros para analizarlos bajo estos esquemas que ahora resultan obsoletos y sin validez y, ahora , hay que analizar ,mirar con ojo crítico para tratar de encontrar su verdadera dimensión. Los Comuneros son obra o producto pues, de la retórica y no de un serio balance de la obra realizada.

viernes, 6 de enero de 2012

EL GAITANISMO BOGOTANO.



Por: RAUL PACHECO BLANCO.

La izquierda no ha tenido arraigo en Colombia y concretamente el socialismo. El trabajo se lo han hecho otros partidos como el liberal, cuando Alfonso López con más audacia que honestidad le dio un vuelco a la constitución con normas que parecían socialistas, pero que en la práctica se desfiguraron y vinieron a convertirse en el mascarón de proa de la revolución. Y se regalaron el slogan de la revolución en marcha para darle alguna clase de título a la obra de López Pumarejo. El pueblo se comió el cuento y de ahí en adelante, trató de seguir esas banderas.
Pero lo que se llama una definición política o ideológica del pueblo con relación al socialismo, nunca se ha tomado. Por allá en los años 20 el socialismo llegó a sacar la cara, pero de una vez fue aplastado por la astucia de López Pumarejo, quien se adueñó de ese espacio.
Luego vino a irrumpir la verdadera fuerza de choque de ese anhelo popular encarnado en la figura de Jorge Eliécer Gaitán, quien en un principio enarboló la bandera del socialismo y como no prendiera, tuvo que volver al redil liberal, para desde ahí hacer la lucha de la izquierda, barnizada de liberalismo.
Y el gaitanismo prendió para no volver a desaparecer, pues si bien es cierto con la muerte del caudillo el 9 de abril las fuerzas se dispersaron, lo cierto es que ese sentimiento ha seguido latente en el corazón y en la mente de las gentes de abajo, a quienes acostumbró Gaitán a un lenguaje elemental, en donde se situaban las cosas en el nivel de ricos y pobres.
Así como Carl Schmitt situó las relaciones políticas entre amigo-enemigo, en la misma forma Gaitán la situó entre el pueblo y la oligarquía. Nunca antes se había producido una simbiosis como la que existió entre el pueblo bogotano y colombiano y su caudillo. Aquello de que Gaitán no era un hombre, sino un pueblo, caló tan profundo, que siempre en todas las épocas a partir de la muerte de Gaitán, ha tratado de expresarse el fenómeno bajo otros rostros y otros escenarios.
Si su muerte fue en el 48 del siglo pasado, ya en la siguiente década apareció el anapismo, que tenía una impronta gaitanista, solo que ahora en lugar del vestido civil de Gaitan, se encarnaba en la guerrera del general Gustavo Rojas Pinilla. El diseñó un movimiento y un partido, enclavado precisamente en los terrenos del gaitanismo.
En los 60 fue el MRL, el que se adueñó del espacio gaitanista, poniéndose en contra del Frente Nacional y diciendo que iba a hacer la revolución que Fidel Castro empezaba a imponer en Cuba. Ese reflejo del fenómeno gaitanista es lo que da vida y forma al MRL.Y López Michelsen llegaría la presidencia, como reacción contra el maridaje de los dos partidos tradicionales, quienes se repartieron la burocracia durante las épocas de vigencia del Frente Nacional.
Y en los años 80 la tendencia se vio representada en Belisario Betancur, quien desde el conservatismo trató de hacer gaitanismo, con la fortuna de llegar a la presidencia y tratar de imponer las casas sin cuota inicial y la universidad a distancia para el pueblo.
Luego, ése mismo gaitanismo volvió a aflorar cuando Ernesto Samper se casó con la idea social demócrata, que en definitiva, era la esencia del gaitanismo en lo ideológico, y le dio para llegar a la presidencia, pero ya desfigurado por un fenómeno nuevo, como lo fue la irrupción del narcotráfico, al financiar las elecciones.
Ya íbamos en los años 90 y para principios del dos mil, se iniciaron proyectos como el de Samuel Moreno en la alcaldía de Bogotá , como antesala de la presidencia. Ahí de nuevo ese gaitanismo salió a flote, siguiendo además, la línea que marcara el abuelo del nuevo alcalde. Pero Moreno desaprovecho su cuarto de hora histórico y se dedicó a hacer negocios y cayó., dejando en el suelo el prestigio de su partido, el Polo Democrático.
Más sin embargo, otro político marrullero y perspicaz como Gustavo Petro entró al ruedo, se nutrió de esas esencias gaitanistas y fue adueñándose de un espacio político que antes era de su partido y que ahora se lo llevaba para sus predios. O mejor, Petro se robó su partido y lo llevó a la alcaldía, que es la antesala de la presidencia, tanto, que el gabinete de Petro para la alcaldía, parece un gabinete ministerial , en donde está el curtido político Navarro Wolf y el ex gobernador del Tolima, Jaramillo.
Todo esto obedece a ese manantial gaitanista que se aposentó en Bogotá e irradia y sigue irradiando hacia el país.