jueves, 30 de noviembre de 2017

¿FIN DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS O CAMBIO DE ESQUEMA?



POR: RAUL PACHECO BLANCO.

 

La pregunta de fondo es: ¿se acaban los partidos políticos o simplemente se trata de la desaparición de los tradicionales en Colombia y su paso al esquema izquierda- derecha, que ha estado vigente en Europa? Como España: partido socialista obrero español y partido popular, o como en Inglaterra, laboristas y conservadores, o Francia, degaullismo y partido socialista; porque el caso de Norteamérica es otro cuento en donde los partidos son de derecha ambos. O en Latinoamérica: el peronismo y acción cívica radical, o en Brasil, las dictaduras de derecha y el partido obrero de Lula, o en México el partido Pan y el Pri, hoy derechizado, luego de haber producido la revolución agraria. En fin. La desaparición de hecho de los partidos vendría jalonada por las redes sociales. Antes el escenario natural eran la plaza pública, los cuerpos colegiados, la prensa, la radio, la televisión. Pero ahora la individualización de la información  ha hecho posible que la gente exprese sus ideas a través de internet, se comunique entre sí, dejando de paso la intermediación de los partidos, antes imprescindible. De otra parte también conspira contra los partidos la corrupción y el desgaste mismo de la maquinaria, que es la que opera en las elecciones, sobre todo en las pequeñas ciudades y campos. La falta de nueva ideología como en el siglo veinte cuando el juego político se realizaba alrededor del fascismo y el socialismo, es decir, los grandes metarrelatos.  La otra hipótesis es el paso  del esquema liberal- conservador, que viene desde el siglo XIX al esquema derecha, izquierda. Que desde luego fue vivido dentro de los partidos partidos. En el liberalismo a través del lopismo y el gaitanismo como expresión de la izquierda y, el santismo y el llerismo como expresión de la derecha; mientras el conservatismo era el fascismo o el socialcristianismo. Pero esas fuerzas no se atrevían a salir del esquema de los partidos tradicionales, porque los afectos arraigados producidos por una violencia política daban legitimidad a la causa. Ahora si se atreven a salir del closet ideológico y por eso vemos a Germán Vargas Lleras cada vez más hacia la derecha, tanto en lo político como en lo económico. Por eso el presidente Chávez vio muy claro el panorama y puso a sus muchachos a optar por la paz en Colombia, para que la tradición de izquierda no se perdiera y no dejara solo al samperismo haciendo el gasto o puyando el burro.

jueves, 23 de noviembre de 2017

4321



POR: RAUL PACHECO BLANCO

 
Cuando uno empieza a leer la novela de Paul Auster,4321, lo primero que hace es poner mojones para  tratar de encontrar la trampa que nos tiene preparada el autor. Como lo hacía Cortázar en algunas de sus novelas que lo hacía leer un capitulo y luego continuaba varios capítulos más adelante. La intriga sigue por el nombre que es un número:4321. Más, cuanto se topaba con que el capítulo dos de cada uno de ellos no escribía nada y solo presentaba el papel en blanco. Estas son las precisiones iniciales y a medida que va trascurriendo la lectura  Y a decir verdad, lo mantiene a uno tenso porque solo al final es que da las coordenadas para entender que la vida de Fergusson, el personaje central, va a vivir cuatro vidas separadas, pero con los mismos personajes de su entorno, para manejar posibilidades, como las que se le presentan a cualquiera en su vida al no saber qué camino tomar en determinado momento. Siempre uno tiene hipótesis de su vida posible y solo una de ellas es la que en verdad se realiza. Ferguson se dio el lujo de echar por la calle de en medio y se vivió cuatro. Pero esto no me parece lo mejor del libro, puede ser muy innovador en la parte técnica. Lo mejor está en las tres líneas narrativas que va tejiendo a medida que avanza la novela, en donde se va desenvolviendo por una parte el argumento, por otra el periodo histórico de la era kennedyana y, por último, el bosquejo de lo que es el hombre americano. De ahí que para mí, hay dos novelas, la una, formal, para dar cabida a la innovación de la vida plural de Fergusson y la otra, la que enfrenta las tres líneas narrativas. Ahí está la historia del hombre americano, que empieza con el inmigrante que llega de un país  desconocido para realizar el sueño americano y, como le indican desde un  principio, debe cambiar de nombre y apellido para irse pareciendo al país y de ahí que le convendría ponerse como apellido Rokefeller. Pero al expresarse en su idioma nativo le dio vida a un imaginario nombre que cogió al vuelo el empleado oficial, llevado por la fonética, para terminar en el apellido Ferguson. Y sus instituciones, la familia, la religión, el capitalismo, el deporte, esencialmente el futbol americano, el béisbol y el básquetbol. En cuanto al aspecto narrativo, le da a uno la impresión de que se le va la mano al narrador, al no dejar que los personajes obren por si mismos, les quita la voz y los somete a una disciplina implacable. Ese lenguaje, aunque permite una mayor fluidéz en la narración asfixia las posibilidades de los distintos personajes, al expresarse en diálogos, que brillan por su ausencia.

EL SACRIFICIO DEL SAMPERISMO



POR: RAÚL PACHECO BLANCO

 

El samperismo acaba de hacer una jugada de sacrificio para sacar adelante la candidatura liberal a la presidencia. Y Juan Fernando Cristo se prestó para tal faena, convencido desde luego, que  él sería el perdedor. Pero ahí precisamente estaba su mérito.¿ Cómo se podía pensar que Cristo sería el ganador si de paso se tiraba toda la estrategia que tiene montada la centro izquierda a partir de la candidatura de Humberto de la Calle?, gestor éste del proceso de paz, hombre decente, curtido en la política, pues había abrevado en las canteras del samperismo como solía decir Uribe Uribe, con mala fortuna desde luego, pero experiencia es experiencia. Luego Cristo sabía que lo iban a crucificar. Ahí no había Judas que valiera. Claro está que a Cristo se le fue la mano en votos, porque lo pactado exigía más discreción, pero en fin, la maquinaria es la maquinaria y la aprovechó Cristo .Pero la jugada de sacrificio fue la exigencia que hizo el expresidente Cesar Gaviria para aceptar al samperismo dentro de la política oficial del liberalismo para el próximo cuatrenio. Y asi fue. Hoy en dia tanto Samper, como Cristo y Horacio Serpa, son adalides de la candidatura presidencial de Humberto de la Calle. Pero ahora viene la jugada del samperismo para exigir que el candidato recién elegido sea al mismo tiempo candidato y jefe del partido, como la tradición liberal lo demuestra. Con esta jugada, aspiran a sacar del juego a Gaviria, quien definitivamente incomoda al samperismo. ¿Lo lograrán?. Quién sabe, pero lo intentarán. Pero ahora miremos del otro lado: desde el punto de vista de Humberto de la Calle, nada mejor que haberse sacado el clavo de la humillación que tuvo que pasar la pareja vicepresidencial durante el largo viacrucis del proceso ocho mil y por razones de protocolo ya que las dos señoras se detestaban. Ponerlos a trabajar, tanto a Samper como a Serpa y Cristo por la  candidatura De la Calle les sabrá como jugo de guanábana, luego de las humillaciones que tuvieron que pasar cuando fueron simplemente la pareja vicepresidencial. Ha pasado mucha agua bajo los puentes y la trayectoria de servicio del expresidente Samper, quien acaba de servirle al presidente Maduro como  secretario de Unasur, ahora entra a las grandes ligas de la candidatura de Humberto de la Calle, a la cual se unirán tarde o temprano, porque no tienen otra salida con algo de probabilidades, tanto Fajardo, como Claudia López y  el senador Robledo.

jueves, 16 de noviembre de 2017

EL INFORME MOLANO



POR: RAUL PACHECO BLANCO

 

“La lucha popular en Colombia se inició en los años cincuenta del siglo pasado, cuando las Farc  asumieron la defensa del pueblo liberal que caía, asesinado, por voluntad de la oligarquía conservadora. Estaba en el gobierno un político conservador reaccionario llamado Laureano Gómez, formado en la escuela del fascismo y, educado por los jesuitas para evitar precisamente la introducción de las ideas progresistas en un  país dominado por terratenientes y comerciantes de postín, como el viejo López, quien hizo una discreta reforma social de la constitución para enervar también a su manera la acción de las ideas de izquierda. Gómez pretendía elevar a cánones constitucionales todo el infundio del estado corporativo copiado de los modelos fascistas y falangistas, pero afortunadamente vino el golpe de estado que precipitó su caída. Dada la violencia desatada por el régimen contra el pueblo inerme, éste no tuvo más remedio que defenderse y quién asumió la lucha popular fue el dirigente campesino Manuel Marulanda Vélez, mal llamado por la oligarquía bogotana como TiroFijo. Si en un  principio las Farc se crearon para defender al pueblo liberal de la arremetida de las fuerzas de la reacción conservadora, sin embargo la clarividencia de un personaje como Marulanda supo interpretar el querer de las masas campesinas que lo seguían con verdadero delirio, transformó la lucha política en una lucha social, para reivindicar al pueblo raso, en su lucha contra las estructuras del viejo capitalismo enquistado en nuestras instituciones.  Afortunadamente fue apoyado por regímenes progresistas como la Unión Soviética, la revolución cubana de  Fidel Castro, la de  Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Con estos apoyos e instrumentos de lucha Marulanda se dedicó a dotar de infraestructura vial a territorios abandonados por el estado, a atender una justicia confiable por parte de sus tropas y a la implantación de una tributación adecuada a los capitales de los terratenientes. Para eso tuvo que apelar a la voladura de las redes del petróleo, contribuyendo así a que el petróleo se resembrara en las laderas olvidadas de nuestras regiones más apartadas. A esto se dedicaban  las Farc, cuando Juan Manuel Santos, un burgués progresista, intuyó que el país estaba ya en la fase dialéctica del paso del capitalismo al socialismo, siguiendo el ejemplo de Lula, Kitchner, Morales, Correa, Chávez y  Ortega. Santos quería adelantarse a la historia y dominar la coyuntura con una inserción de la guerrilla al orden establecido y ganarse el mérito histórico de ser el presidente de la paz.” Es fiel copia.

viernes, 10 de noviembre de 2017

LO MISMO DA



POR: RAUL PACHECO BLANCO.

 

Fue tanto el énfasis del presidente Santos en que el tribunal de paz haría justicia y repararía a las víctimas, que la opinión pública empezó a tragarse el cuento. Por eso, cuando las Farc se constituyeron en partido político y se  lanzaron nombres para el Congreso y candidato presidencial, la opinión pública puso el grito en el cielo. No podía ser posible que los guerrilleros sin tribunal a la vista, ni jueces para juzgarlos, se lanzaran a los cargos públicos. ¿En dónde quedaba el juicio, la absolución o la condena, el resarcimiento de los perjuicios? Pues viéndolo bien da lo mismo que se lancen ahora o dentro de cuatro años cuando hayan sido juzgados y absueltos por la justicia especial para la paz. El tribunal no es un tribunal para juzgar delitos y condenar, sino para absolver. Los guerrilleros culpables de delitos políticos según los pactos serán amnistiados, per se, sin  necesidad de pasar por jueces y tribunales y los demás, los que están sindicados de delitos de lesa humanidad y de guerra, irán a juicio con el tribunal. Pero se sabe de antemano que ni siquiera los guerrilleros que hayan cometido éstos delitos, serán privados de su libertad y deberán pagar una condena. Para estos, si confiesan, ¿quién no lo haría a semejante precio de ganga?, se les condenará. Parece excesiva la palabra, a penas, igualmente excesiva la palabra, a  realizar obras sociales: desyerbar una calle y no purgarán ni un  minuto de privación de la libertad. Y además, podrán adelantar sus campañas para los cuerpos colegiados, sin inhabilidad alguna, no obstante sus antecedentes. Da lo mismo pues, que se lancen ahora, cuando no existe tribunal ni jueces, que cuando el Congreso haya aprobado la constitución del tribunal y éste empiece a laborar, ante la admiración de la opinión pública mundial, y ante la conciencia jurídica de la  Corte Penal Internacional que no sabrá qué hacer en ese momento, si alabar semejante astucia o ponerle freno a tanta impunidad. Luego en medio de todo está muy bien que esto hubiera pasado para que la opinión pública se diera cuenta, ahí sí, de que los guerrilleros no pagarán un  solo día de cárcel ni por los delitos más graves que hayan cometido. Así que la candidatura presidencial de Timochenko es un hecho, lo mismo que las de Iván Márquez y el resto de miembros del secretariado,  como si fuese un milagro de José Gregorio Hernández, el santo venezolano, no el jurista  colombiano.