jueves, 26 de abril de 2018

LA LUCHA DENTRO DE LA DERECHA


POR: RAUL PACHECO BLANCO
Como si hiciera falta una prueba de las mayorías de la derecha en Colombia, ahora se ha entablado la lucha entre dos grandes mayorías, el sector de Uribe, Pastrana, Marta Lucía Ramírez y el sector de Vargas Lleras, el partido de la U y el conservatismo oficial.
 Empieza a ceder un tanto la lucha contra Petro, pues representa el modelo del populismo que ahora está satanizado y  tiene espantados a los europeos, los norteamericanos y a los latinoamericanos.
Pues lo cierto es que Petro no es de izquierda, sino fruto de una amalgama de cosas que privilegian la acción del estado por encima de la iniciativa privada. Es otro camino distinto al de Maduro, quien representa el rescoldo de la revolución comunista, pero que igualmente viene a conspirar contra la democracia.
No sé hasta dónde llegará el combate de insultos entre los grupos de derecha, pero lo cierto es que el enemigo a la izquierda seguirá trabajando para encontrar una salida que ahora no encuentra, pero si se cometen errores de estrategia y de táctica en las filas de la derecha, puede meterse por cualquier resquicio que se deje libre para pase una solución estatista.
Porque podemos mirar el caso de México que marca la disputa del poder entre el Pan y el Pri. El Pri ha descrito un radio de acción que va desde la revolución agraria hasta la actual situación que deriva más bien hacia el neoliberalismo.
Pero se han producido escisiones para construir partidos nuevos, como el Morena, donde Andrés Manuel López Obrador porfía desde hace tiempo por llegar al gobierno, montado sobre el discurso contra la corrupción, pero dentro de un esquema  de izquierda.
Y han pasado gobiernos del Pan y del Pri, repartiéndose el poder, hasta llegar a un punto como el actual en donde encabeza las encuestas el partido Morena de López Obrador.
Ese caso nos debe abrir los ojos, pues si bien es cierto que el socialismo está sepultado, el populismo se ha encargado substituir el modelo y hacer una combinación de autoritarismo con asistencia social.
Los demás grupos y partidos en la coyuntura actual colombiana ya jugaron sus cartas y se ve que el caso de Humberto de la Calle es perdido, pues si su máximo auspiciador, como era el gobierno, la acción del expresidente Gaviria ha permitido que  el gobierno se desplace hacia Vargas Lleras, cosa impensable hace unos meses.
Estamos pues en el pulso entre las maquinarias y no en el pulso de opinión  pública. La maquinaria del gobierno y de los partidos Cambio Radical, de la U y el oficialismo conservador, contra la maquinaria del uribismo, el pastranismo y otros sectores conservadores.

LA CRISIS DE LOS DIARIOS


POR: RAUL PACHECO BLANCO

La crisis de los periódicos está cantada desde hace rato, la tecnología lo invadió todo y en materia de información se imponen los medios virtuales como el internet que ha acabado con la soberanía de los países y de paso con los diarios en papel. Afortunadamente ya se han dado pasos importantes como el que dio El New York Times, que cobra por la lectura de su edición virtual, como ya lo está haciendo la revista Semana, que tiene con candado su material de lectura y solo lo permite a  sus nuevos suscriptores.

Uno se da cuenta de diarios como el Tiempo de Bogotá, que unos años atrás se daba el lujo de rechazar publicidad, sencillamente porque no tenía más espacio, ahora sus páginas parecen un desierto donde de pronto aparece un aviso, y pare de contar.

Ya se habla de inmensas pérdidas, sin que se vean respuestas positivas que enderece el mercado. Eso fue previsto en forma muy sabia por la familia Santos, que se apresuró a vender cundo se venían los primeros coletazos. A esto le podemos agregar, la huida de los eternos suscriptores por el cambio de dueño y de orientación política.

Son  explicables las reacciones  de personas como Abdón Espinosa, acostumbrado a su viejo periódico liberal, al tomarlo en sus manos en la nueva diagramación con el nombre en color azul, como si se tratara de El Siglo. Esto es muy duro.

El caso de El Espectador también es diciente. De ahí que en su edición del domingo se desquite, cobrando por ejemplar más que el Tiempo y además, dedicar medio periódico a la publicidad más barata.

 Menos mal que los dos periódicos pertenecen a los empresarios más ricos de este país y pueden darse el lujo de absorber pérdidas cuantiosas.

Ahora, si miramos a los diarios de provincia podemos decir lo mismo. Hay que ver el caso de El Colombiano que se embarcó todavía peor, pues se pasó de un formato universal a uno más pequeño que viene a minimizar la estampa del periódico.

Así podríamos hacer un recorrido por todo el país para encontrarnos con la misma realidad.  En el caso de El Tiempo es importante resaltar el cambio de diagramación  último, en donde la sangría vuelve a ocupar su lugar y permite la respiración del periódico. Trae muy buena información, como textos largos, de muy buena factura. Pero se echa de menos la publicidad que es la que sostiene el negocio.

jueves, 19 de abril de 2018

LAS DIVERSAS CARAS DEL CONFLICTO


POR: RAUL PACHECO BLANCO

 Si algo quedó claro del caso Santrich es la calidad de narcotraficantes de las Farc.

Ese debate lo hubo en las conversaciones de la Habana y si en un  principio los guerrilleros se negaron a aceptar que traficaban con droga, terminaron aceptando. Lo cual nos dice también que los negociadores del gobierno se dejaron meter otro gol, de media cancha, para sacar ilesa la tesis de que el delito principal, la rebelión, absorbía el narcotráfico y,  terminaban las Farc siendo juzgadas por la Jep.  Así que un delito de tanta entidad como el narcotráfico, queda inmerso en el concepto de delito político, accediendo a él y convirtiéndose en mascaron de proa de una justicia que no se ve por parte alguna.  Por eso los gringos se la jugaron toda en esta investigación y en este montaje, para que quedara como hecho patente, el narcotráfico de las Farc.

Y queda claro, una vez más, que la justicia nos llega de Estados Unidos, que la nuestra es apenas para mostrar pero no opera.

De ahí que hay necesidad de realizar ajustes a lo pactado en la Habana, porque tanta impunidad no le cabe en la cabeza a nadie. Otra cosa que también ha quedado clara, a raíz de los últimos acontecimientos, como el conflicto en la frontera en donde ha salido perjudicado el Ecuador, es el hecho de haber dejado en manos de la disidencia de la guerrilla y de la delincuencia, los antiguos espacios que cubrían las Farc. Si ya habíamos llegado a la conclusión que el conflicto guerrillero ha sido suscitado más que todo por la falta de presencia del estado en los territorios más alejados de los centros, y se llegaba por lo tanto el momento de enmendar semejante ausencia, pues el estado no aprovechó esa circunstancia, no obstante los requerimientos permanentes del gobernador de Nariño, quien se hacía cruces por esa defección y, sin embargo, pasó el tiempo y el estado no cubrió esos espacios que ahora son la zona de conflicto de moda. No sirvieron para nada las conclusiones, los aportes de personas como Claudia López quien se escribió un libro en donde deja bien especificadas las medidas que se debían optar para cubrir esos espacios, llevando educación, salud, tributación  y seguridad, es decir, la presencia del estado. Se ve que con la solución del conflicto solo se buscaba el premio nobel de la paz y lo demás, que se lo coma el tigre.

viernes, 13 de abril de 2018

“LA LLAMADA DE LA TRIBU” DE VARGAS LLOSA

POR: RAUL PACHECO BLANCO.

La primera impresión, al empezar a leerlo, fue de decepción, pues esperaba un trabajo más articulado, como un estudio comparado de las ideas de los pensadores  que más habían influido en él, bajo el punto de vista filosófico  y político y en cambio escogió el camino más fácil que fue el de hacer una pequeña biografía de cada uno de ellos y a continuación destacar las ideas más relevantes.  Y también se tropieza con la forma como enfoca a Ortega y Gasset, que también fue mi maestro, sobre todo en la concepción de una fenómeno tan importante en el siglo XX como la irrupción  de las masas.

 Ahí Ortega se escachó y pecó de simplista al enfocar esa aparición de las masas, cuando el fenómeno desbordaba esa apreciación, pues nada más y nada menos se estaba llevando una revolución por cuenta de esas masas que no pedían representar una actitud aristocrática, como la enfocaba Ortega, sino vital, porque tenía que ver con su subsistencia y su papel en la historia.

Por eso a Ortega lo toman los alemanes más como sociólogo  que  como  filósofo. En cambio, deja por fuera el pensamiento ahí si filosófico cuando habla de la razón para la vida, que si vivimos una etapa para la razón, esta debe ser para encausarla y llevarla como guía en la interpretación o representación de la vida o de la circunstancia.

Me gustaron los capítulos sobre von Hayek y Popper, pues en dos patadas se va sobre el cuesco del pensamiento de uno y otro. Y quedo con la duda que principios como el de la moral y la tradición sean de estirpe liberal, cuando son más de estirpe conservadora, lo mismo que la religiosidad.

 Claro está que la diferencia esencial la tenemos  en la libertad de un  lado y en la autoridad, o más que la autoridad, el orden, del lado  conservador.

En lo demás, se pisan las mangueras, porque en el siglo XX con la aparición del socialismo, éste se adueñó  de la izquierda y para la derecha cogieron los partidos liberal-conservadores.

 Es una buena lectura en todo caso, para repasar cuestiones ideológicas y descansar en el caso de Vargas Llosa, de tanta literatura.

LA UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA

POR: RAUL PACHECO BLANCO

 Da la impresión que el ex Fiscal  Montealegre no haya pasado por el Externado de Colombia, a juzgar por los últimos sucesos que tienen que ver con la elección de nuevo rector, en cabeza del doctor Henao.

Y quien haya estado y estudiado en esa Universidad, se da cuenta de “estar” en una  monarquía muy bien plantada, ejercida por la  familia Hinestrosa. Y que al frente de tal obra se hallaba en primer lugar Ricardo Hinestrosa, un ilustre jurista liberal, que había llegado allí para continuar la obra de los fundadores. Y luego como heredero de la misión, Fernando, su hijo, quien la hizo grande, visible, importante.

 Y todo dentro de un  estilo mesurado, de una honestidad a toda prueba, en donde nadie se sintió perseguido, ni los rectores andaban detrás de las alumnas para mejorarles las notas, ni viajes planificados al exterior con motivos que no tuvieran que ver con la universidad, ni se subían los sueldos por encima de lo justo, ni echaban mano de los fondos de la Universidad.

 Allí pues, hay una línea dinástica de muy buena hondura, que trató de combatir el doctor Montealegre con un estilo demasiado jacobino. Ya se había establecido una tradición que mostraba su estilo y se posicionaba. No había para qué interrumpir en forma por demás abrupta este trabajo de muchas generaciones que fue acumulando su prestigio.

Fernando Hinestrosa la llevó a una nueva sede, con todas las comodidades de la educación moderna, se rodeó de un cuerpo de profesores de primer orden, formó juristas, no abogados.

El doctor Montealegre ha dado la impresión de un Robespierre fuera de época, tratando de guillotinar una tradición de siglos.

Allí en el Externado siempre ha imperado el orden, la moral, la jerarquía, la decencia, la honestidad. Es un  auténtico centro de estudios donde sus alumnos van a aprender, no a pasar el tiempo armando motines, ni echando piedra, ni faltándole al respeto a los profesores, ni introduciendo ideas malsanas, simplemente estudiando, como en la Edad Media cuando se fundaron las universidades.

 Ahora, que el doctor Henao haya dado malos pasos en la constitución de un orden para reinsertar a la guerrilla, acompañado del abogado español Santiago, no desdice de la seriedad con que es tratado el derecho, quizá con cierta tolerancia que muchos no entiendemos o quizá con la ingenuidad de un paisa de arriería pero con ideas bien puestas, organizadas, propias para enderezar situaciones que vienen de tiempos muy  antiguos.

Dejemos que ese espacio para la ciencia y la inteligencia siga dentro de ese orden monárquico que le imprimieron los segundos fundadores de la Universidad.

miércoles, 11 de abril de 2018

CON ESOS AMIGOS…

POR: RAUL PACHECO BLANCO

 Nunca habíamos presenciado un caso igual al que soporta actualmente Humberto de la Calle en su campaña presidencial, cuando su patrocinador y jefe de debate, el expresidente César Gaviria, no expresa ningún tipo de entusiasmo con esa candidatura. Es así, que se declara vencido de antemano y solo caben las alianzas que se puedan hacer en el futuro con el candidato vencedor de mayo. Para eso se necesita que él continué de director del partido liberal, para que negocie y se quede con la cuota que le corresponda en el nuevo gobierno. Cuando se le pregunta sobre el origen de la candidatura De la calle se hace a un lado y dice que no la patrocinó, que fue el partido liberal el que lo escogió. Y que hay que reconocer que no ha habido química alguna entre el pueblo liberal y esa candidatura, es decir, que la candidatura de De la Calle no pegó. Y no es el momento de hacer alianzas, porque cuando hubo acercamientos con Fajardo, éste se negó a trabajar con el partido liberal, cosa que fue desmentida por el mismo Fajardo, quien señaló que el enemigo de esa alianza era el mismo Gaviria, porque para esa época ya estaba en conversaciones para el reparto de poder, con Duque. Así pues, para Gaviria la candidatura de la Calle es una bobada y solo se justifica para que él, como jefe del partido, pueda negociar con el nuevo gobierno. Por eso el afán de Cristo, cuando clamaba en el Sinaí, que había necesidad de destituir a Gaviria de la jefatura del partido, para llevar a alguien que verdaderamente quisiera trabajar para esa candidatura, con alma, vida y sombrero y no con el desgano mostrado por el expresidente. Y si De la calle hubiera quedado en manos de Juan Fernando Cristo, es decir, el samperismo redivivo, le hubiera pasado lo mismo. Luego tanto Cristo como Gaviria están de acuerdo en que quieren la jefatura del liberalismo, que es la que da dividendos y no la irrisoria candidatura De la calle que no la  salva nadie, y no pasará ni a la segunda vuelta. De la Calle es pues, una especie de Prometeo encadenado, que no tiene otra alternativa que dejarse cocinar a fuego lento hasta que lleguen las elecciones y pueda el partido liberal exigir su cuota de gobierno. Con esa clase de amigos, para qué enemigos, dice el proverbio popular.

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jueves, 5 de abril de 2018


CHAVEZ ERA UN DICTADOR LEGITIMO


POR: RAUL PACHECO BLANCO

 A Gustavo Petro le preguntaron si él consideraba que Hugo Chávez había sido un dictador y contestó que no. Que, en cambio, Maduro si lo era. Pero el caso es que Petro confunde la legitimidad con  la legalidad y son dos cosas muy distintas. La legalidad tiene que ver con el apego a la ley, a un  poder despersonalizado. En cambio que la legitimidad tiene que ver con la aceptación y la voluntad que tiene la gente con respecto al poder al cual se somete. En el caso de Maduro no tiene lo uno ni lo otro. No existe apego a la ley porque desde hace rato se le hizo a un lado, por una parte no rige la separación de poderes y, por lo tanto, lo que diga Maduro es la ley. Los jueces están sometidos a su voluntad y cualquier declaración pública sobre cualquier tema en donde esté involucrada la pena, la voluntad de Maduro es la que se impone. Y en el legislativo era lo mismo, hasta que en las urnas perdió la mayoría de bancada que lo acompañaba y entonces tuvo que apelar al expediente de la constituyente, para fungir este de poder legislativo, mientras el legítimo, elegido por el pueblo, no era reconocido por el ejecutivo. Y por otra parte no existe legitimidad porque las elecciones son amañadas, porque la gente se está saliendo del país  en vista de que no hay ni con qué comer. Así que no tiene el respaldo de las mayorías venezolanas. Por lo tanto, carece de legitimidad. Chávez por su parte, tenía legitimidad pero en cambio no legalidad. Su legitimidad era indiscutible: fue elegido por el pueblo en una mayoría que se expresó libremente en las urnas y siguió acompañándolo en las buenas y en las malas. Pero en cambio, no existía separación de poderes: la palabra de Chávez estaba por encima de la ley, los jueces le funcionaban a él, lo mismo que los legisladores. Se guardaban las apariencias es cierto, se hacía un remedo de régimen democrático, cuando en realidad no existía como tal, sino una democracia amañada, falseada, con  el mero cascaron para tratar de engañar a la opinión pública internacional. Es más, cuando se pudo dar el lujo que marcharan al mismo nivel, constitución y voluntad popular, todo era miel sobre hojuelas, pero cuando fue desbordado por esa voluntad popular que impidió el cambio de constitución para llegar al socialismo y al comunismo, entonces hizo a un lado la constitución y siguió mandando por fuera de la constitución, a base de puro poder personal. Chávez era un  dictador legítimo. Pero dictador al fin de cuentas e ilegal, o alegal.