jueves, 25 de mayo de 2017

LA SENTENCIA DE LA CORTE.



POR: RAÚL PACHECO BLANCO.

 

Con la sentencia de la Corte queda una vez más al desnudo la contradicción inicial que existe entre las posiciones jurídicas de la guerrilla y del gobierno. La guerrilla cree que los acuerdos deben interpretarse a nivel de tratado internacional y por lo tanto, deben pasar automáticamente al bloque de constitucionalidad, llevados por el pensamiento del abogado español Santiago. Y el Gobierno, o por lo menos eso creemos la gente del común, que los acuerdos deben hacer el transito formal de cualquier ley o acto legislativo, pues se trata de un acuerdo entre el gobierno y una fuerza insurgente, todo dentro del esquema de un  país. Nada de forzar las cosas y tratar de meterlos al ámbito del derecho internacional, dándole status de país a la guerrilla. Luego nada más lógica que la sentencia de la Corte al poner las cosas, dentro del espacio de nuestra constitución. Así que el Congreso no puede perder su calidad de legislador, con criterio propio y no para darle transito legislativo a un acuerdo o una orden del ejecutivo. Seria vulnerar de entrada la organización democrática dentro de la cual estamos asentados. Yo creo que esta experiencia se puede aprovechar para consensuar los acuerdos con el criterio de las mayorías que se impusieron con el no, que va mucho más allá del simple uribismo, para empatar la brecha que se abrió  y seguir adelante. Y vuelven a tener vigencia algunos temas como el de sancionar, pero de veras, los delitos de lesa humanidad y los falsos positivos, que no pueden ser objeto de absolución o de penas menores, sin privación de libertad. Además, la garantía económica de las Farc para indemnizar a las víctimas, cosa que se ha venido dilatando hasta que la guerrilla se insolvente como cualquier parroquiano en peligro de perder su fortuna mal habida. El caso de leyes como el plan de desarrollo y el presupuesto es distinto, porque se trata de leyes eminentemente técnicas y llevan su propia legitimidad pues el pueblo las votó al escoger el programa del candidato vencedor  y vienen a tomar cuerpo en el plan de desarrollo. Y el presupuesto es una emanación del plan. En los tratados internacionales es cierto que para su aprobación no son objeto de debate, porque ya están convertidos en ley y han sido sometidos a control constitucional, para surtir por último el canje de ratificaciones para convertirse en tratado. Un tratado es fruto de una deliberación previa que no necesita debate.

jueves, 18 de mayo de 2017

EL CENTRO DEMOCRATICO.


POR: RAUL PACHECO BLANCO.

 
¿El Centro  democrático es de derecha  o en realidad de verdad es de centro?. Para Fernando Londoño es la derecha pura. Para Duque al contrario es el centro.

Macron, el electo presidente de Francia señala que la nueva división política que se presenta es la de los progresistas y los conservadores. Y arrasa con todo lo que antes teníamos como la atmósfera, el clima o la circunstancia de la política. Debe referirse a que estamos en una etapa postideológica en donde tanto la izquierda como la derecha ya no son las dominantes, porque el fascismo murió después de la segunda guerra mundial el comunismo en el 89, cuando hizo implosión la Unión Soviética. Por lo tanto, los partidos se quedaron sin ideología. Por eso Bauman señalaba que los partidos ahora eran líquidos, porque se amoldaban a los estantes a donde fueran llevados. Ya un estado omnipotente, que no proteja los derechos humanos, niegue el juego político mediante el corporativismo, como lo establecía el fascismo, no tiene cabida en el mundo actual. Ya su vez, la liquidación de la propiedad privada y la colectivización  de la vida de los ciudadanos también sufrió su derrumbe. Además, tanto una como otra ideología, representaban la acción del estado, bien sea del lado del fascismo, como del lado del comunismo. Así que en esta época post, para Macron los progresistas son los desheredados  tanto del comunismo como del fascismo y buscan alternativas hacia adelante, en tanto que los conservadores son los que siguen siendo fascistas, con su apego al estado, lo mismo que los comunistas que siguen pensando en su sociedad sin propiedad privada, sin derechos de libertad  Y los de centro, liberales. Para Duque el Centro Democrático es de centro, porque permite todos los matices, pero atenuados, y sujetos desde luego a la disciplina partidista y al caudillismo de Uribe, que impone tanto la orientación ideológica como las órdenes de organización, y para Londoño  es de derecha porque disfruta del autoritarismo de Uribe y es la expresión del capitalismo. Ahora, para entender el impacto político que conlleva el triunfo de Macron en Francia podríamos tomar el Centro Democrático como escenario de ese cambio en la hipótesis de que el expresidente Uribe perdiera las elecciones a manos de Paloma Valencia, quien se lanzaría como candidata presidencial independiente, dando lugar a que el “palomismo” barriera en las elecciones del 18 como lo acaba de hacer Macron en Francia con su nuevo partido En Marcha y liquidara el uribismo.

CARLOS RESTREPO PIEDRAHITA.



POR: RAÚL PACHECO BLANCO.

 
El Externado de Colombia tenía muy buenos profesores: Darío Echandía, Antonio Rocha, Hernán Salamanca, Vargas Rubiano, Aurelio Camacho, Hernando Morales, el “sapo” Gómez, Agustín Gómez Prada, Flinkestein, entre otros, y Carlos Restrepo Piedrahita. Era una nómina de lujo. En la vieja sede de la 24 uno veía llegar a Restrepo, con esa figura de palma de cera del Quindío, sus pasos largos y un corbatín permanente, heredado de la época de oro del liberalismo, cuando Alfonso López los lucia luego de cortas temporadas en Londres y lo imitaba Julio Cesar Turbay. Ya había estudiado en Alemania y se contaba entre los constitucionalistas más destacados del país, por eso fue ministro, embajador y consejero permanente en temas constitucionales de sucesivos gobiernos. Pero no se salía de la cátedra, Era austero como el que más, después de clases lo veía uno paseando por la séptima y entrando al Monte Blanco de la Jiménez o en la veintidós, bien sea almorzando o tomándose unas medias nueves o unas onces. Y siempre solo. Sus clases eran magistrales y no obstante su lejanía y su distancia, siempre era respetuoso y cortés, comunicativo dentro de su mutismo.  Por eso al paso de los años y, cuando vino el cambio de sede y yo llegué por los años 90 al Externado, a devolver algo de lo que me dieron, allí estaba como un roble el viejo maestro, convertido en símbolo del Externado, con  su oficina de vicerrector, cuando su joven amigo Fernando Hinestrosa había heredado de su padre la rectoría. Y había un centro de estudios constitucionales que llevaba su nombre y se había lanzado su libro sobre las constituciones de Colombia en edición de lujo, al mismo tiempo que mantenía su catedra en los post-grados, con la plena aceptación de sus alumnos. En las horas del almuerzo llegaba al restaurante de la Universidad, con una espléndida vista sobre los tejados de la Candelaria, acompañado de una señora ya de edad, en la primavera de su vejez, con  esa belleza tardía que se queda en ciertas mujeres para siempre. O de lo contrario, solo. Lo visité por última vez cuando llegaba a los noventa años y me fui hasta su oficina para saludarlo y estaba allí, como cualquier profesor primíparo preparando su hora de clase. Y me dijo, no lo puedo atender más porque ahora entro en catedra. Es decir, como un  sacerdote que se prepara para consagrar el cuerpo de Cristo. Y llegó a los ciento un años, lúcido.

jueves, 11 de mayo de 2017

EL ABORTADO REFERENDO DE VIVIANE MORALES-


POR: RAUL PACHECO BLANCO.

 

En cuanto a temas como el aborto, la eutanasia, la adopción en parejas homoparentales, el matrimonio homosexual, es cierto que hay un vacío constitucional.. Que la Corte le dio un ultimátum al Congreso para legislar sobre estos temas y no lo hizo, presentándose entonces este vacío que la Corte ha querido aprovechar para legislar en contravía, cuando sus funciones solamente son judiciales y de control de constitucionalidad. Pero a su vez no parece aconsejable que por referendo se tomen decisiones de este tipo, y sobre todo, referidos a un  solo caso, tanto por la desproporción en el gasto como que no soluciona el problema de fondo, porque solo solucionaría el problema de la adopción por parejas del mismo sexo quedando por fuera los demás. De ahí que partiendo de la base de que tenemos un sistema presidencial, el Ejecutivo es el llamado a zanjar el dilema y dedicarse a presentar los proyectos tanto de actos legislativos, como de leyes, para obligar al Congreso a que legisle. El ejecutivo es el llamado a tomar una decisión y no el judicial, por tratarse de la legitimidad en juego. No es posible que un organismo no elegido popularmente, sin ningún baño de legitimidad venga a cumplir la tarea que debe cumplir el legislativo que está hecho para esas cosas y que tiene la legitimidad suficiente para embancarse en la empresa. No es posible que sigamos con esa sangría constitucional en donde el art 42 de la constitución diga que la familia la compone un hombre y una mujer y que la Corte diga otra cosa totalmente diferente para darle vía a la adopción homoparental. Sea que se imponga una u otra tesis, lo cierto es que la constitución debe respetarse y no jugar a las escondidas con ella. Si estamos en un estado de derecho, la carta guía es la constitución y no las sentencias de la Corte. ¿Para qué el estado de derecho?. Así que el ejecutivo lo que debe es afrontar el problema y hacerse cargo de una agenda legislativa enderezada a que el Congreso enfrente el problema, que por lo visto tiene muchas riesgos electorales que los congresistas no han querido asumir por miedo a perder su electorado. Mas, cuando en materia ideológica estos temas son los que están diferenciando a mucha gente como es el caso de la senadora Viviane Morales, quien siendo liberal igualmente  es cristiana, poniendo en aprietos a sus dos hemisferios cerebrales, pues viene a dividirlos.

jueves, 4 de mayo de 2017

EL MONARCA DE LAS SOMBRAS.


 
POR: RAUL PACHECO BLANCO.

 

En la novela de Javier Cercas hay que analizar dos aspectos: el político y el literario. En el político Cercas, quien pertenece a una generación de izquierda, no obstante su ascendencia franquista, se ve comprometido sobre todo ante sus compañeros de generación y novelistas, pues su siente “sucio” por haber tenido un héroe franquista en la familia.

 De ahí que para hacer actos de contrición  y expiar ese pecado de familia se dedica a buscarle la comba al palo para lograr por lo menos una explicación, que no una justificación de esos ancestros pueblerinos, que le hacen quedar mal ante ese nuevo mundo, cuando sale de Ebernando, un pueblo perdido y sin  historia, una especie de Macondo español y se va para Barcelona en donde ya queda mal ante una ciudad de otro aire más moderno, en donde el franquismo es visto como algo tocado por el demonio y sobre todo, pasado de moda

Y Cercas pertenece a una generación de escritores neo-republicanos que no perdonan el haber perdido la guerra civil y quieren ganarla de nuevo en los escritorios, y no cuando se jugó el partido.

De ahí que en ese tránsito que viven las sociedades, en la fuga masiva del campo a la ciudad, viene el cambio de ideas y el que es conservador se civiliza, según ellos, y se vuelve o liberal o socialista, para poder enfrentar ese reto nuevo que le impone la ciudad.

Así que Cercas se dedica a investigar y sobre todo, a deconstruír la historia de sus antepasados para ver si logra disminuir en algo la deshonra de haber tenido una familia franquista, que era la que dominaba en el pueblo.

Y lo logra trayendo a cuento las teorías de Darwin sobre la evolución de las especies y en este caso, del homo sapiens, para concluir en que uno no es responsable de sus genes y que en la sangre vienen  inoculadas las sustancias de las cuales se nutre el sujeto que las padece o las maneja.

Así que él no puede responder por el algoritmo de sus genes, que dan tanto para unos genes buenos, que son los de izquierda y para unos genes malos que son los de derecha. Esto en cuanto a lo político.

Porque en cuanto a lo literario Cercas se afirma en su estilo que descarta la ficción, para tener que habérselas únicamente con la realidad. De ahí  que para hacer una novela tenga que apoyarse en lo real, en lo que existió  y que el camino consiste en deconstruirlo, como decíamos atrás, contando con la colaboración tanto de los actores de la novela, que son los mismos que contribuyen  a su elaboración con los datos que suministran, como los lectores que al mismo tiempo van viendo el alumbramiento de la novela, pasando por todos los momentos de deconstrucción.

Ahí es donde está  la magia del escritor, pues esas costuras que unen el pasado con el presente son manejados con tal habilidad, que tienen su suspenso y su misterio.

 Ahí es donde Cercas se vuelve denso y crea su propia realidad. Utiliza la misma técnica de El Impostor, donde la investigación se impone sobre toda otra consideración, dejando de lado la ficción. Es una especie de postnovela.

Cercas tiene casada su pelea con la ficción, a la cual no apela ni en los momentos  más difíciles.

INTRIGA EN LA TREINTA Y TRES.



POR: RAUL PACHECO BLANCO.

 

El hombre quedó intrigado cuando  se le acercó alguien con acento extranjero que luego se identificaría como acabado de llegar de Puelto Lico, con ese acento perdido entre el lenguaje gringo y puertorriqueño. Le preguntó dónde quedaban los centros comerciales porque un taxista lo había dejado en la carrera treinta y tres, luego de recogerlo en el hotel Chicamocha. Entonces le contestó que efectivamente  estaban cerca los centros comerciales de Cabecera, pero que además podía encontrar otros en Floridablanca. Fue entonces cuando sacó un fajo de dólares y se los mostró, agregando que el chofer le había cobrado veinte dólares por traerlo del Chicamocha hasta allí. ¿Le parece exagerado?. Si.¿ Usted conoce Miami? ¿Cuánto hace que no va, por qué no ha vuelto?. Y fue atropellando con preguntas así, sueltas, mientras volvía a meter en el  bolsillo del pantalón el abultado paquete de dólares. Pero el hombre se sorprendió  al ver que el puertoriqueño no avanzaba en su objetivo y se quedaba en medio camino y, de pronto, se despidió y se fue.  A los pocos meses se volvió a encontrar no con el mismo hombre, pero con el mismo cuento: el lugar, el mismo, la carrera treinta y tres. Y sí, se acababa de bajar de un  taxi que lo había traído del hotel Chicamocha hasta la carrera treinta y tres y que le había  cobrado veinte dólares. Además, le preguntó que aquí en Bucaramanga cómo hacían para diferenciar entre las carreras y las avenidas, porque en Puelto Lico las avenidas eran avenidas. Yo vengo de Orlando, ¿usted conoce?, si le contestó el hombre, y cuanto hace que no va?, cómo seis años, y ¿eso por qué no ha vuelto?, no hay plata.   Luego el puertoriqueño sacó un fajo de billetes y se los mostró al  cliente sin saber éste si iría a conocer el final del cuento, para descubrir si era tan guevón como se creía. Pero no, el puertorriqueño metió  en el fondo del bolsillo de donde los había sacado, el fajo de dólares. Y añadió: ¿le parece ajustada la tarifa que me cobró el taxista?. No. ¿Y cuánto vale una carrera como la que acabo de hacer?. Por ahí menos de dos dólares. Y se repitió la misma escena del caso anterior, el puertoriqueño se despidió y se fue, quedando el pobre hombre frustrado porque no había logrado saber el objetivo que buscaba el puertorriqueño en su recorrido desde el Chicamocha hasta la treinta y tres.