sábado, 30 de agosto de 2008

REQUIEM POR EL SELLO NEGRO.



Por: Raúl Pacheco Blanco.

Antes, cuando uno no sabía que era hipertenso, le caía muy bien el aguardiente.
Sobre todo cuando llovía, pues el ruido del agua al caer sobre los tejados, o la tela de lluvia que se desprendía al frente de la ventana, lo incitaban a iniciar la fiesta del aguacero, con ese sabor a anís, acompañado de un pringue que le cuarteaba a uno la lengua y se ponía como un caballo desbocado.
Entonces llegó la hipertensión y adiós el aguardiente que venía muy bien, entre otras cosas, con la comida pesada que abordábamos.
Y viene el periodo del whisky porque ayudaba a bajar la tensión, era por lo menos la excusa, y además por ese sabor añejo, a cava, a bodega que se alimenta por años del tiempo necesario para convertirse en una agua de vida.
Primero el whisky de varias maltas, de acuerdo con la estación del bolsillo, bien fuera los de combate como el Johnny Walker sello rojo, el Blank and White, el Ballantines, o el Usher que envasaba Puyana y por cierto en alguna ocasión me resultó premiado, porque venía un zancudo que nadaba como pez en el agua, en la botella verde.
O los mejores de varias maltas como el Sello Negro, el Chivas, el Buchanans, el Old Par, entre los cuales mi preferido era el Sello Negro, precisamente por ese sabor a madera, rotundo, evocador, profundo.
Qué grato era destapar un sello negro, acercar primero la nariz a esa energía guardada, que la cava encierra por años y dejar fluir su cálido mosto nariz arriba , mientras las pupilas se alistaban para profanar ese néctar de dioses.
Luego los whiskys de una sola malta enviados desde Boca Ratón por un concuñado amable y generoso, el Balvenie 2l años, los Glen de l8, que uno no sabe si se trata de un cogñac o de un vino de mucha solera.
Ahí sí la nariz y la lengua estallan en la improvisada orgía del sabor que se sube luego a la cabeza y le diseña el paraíso tal cual es, porque pasa bien pegado a las estrellas .
Pero a pesar de todo, por aquello de la estación del bolsillo, mi preferido seguía siendo el Sello Negro, tanto puro como en las rocas, o aún agregándole agua, porque el sabor si bien es cierto se diluye un tanto, no se perdía.
En tanto que un whisky de malta se estropea con el hielo y todavía más con el agua.
Es para tomarlo al estilo inglés, puro.
Sin embargo el último Sello Negro que compré en el supermercado, me supo a perfume, como los pachulies que producía las Rentas de Santander hace unos años, y se evaporó aquel sabor a madera, a tiempo, que el sol había cuajado allí convertido en agua de vida.
No fui capaz de seguir tomando de esa botella y la archivé como un recuerdo, como un viejo amor, lleno de nostalgia.
Y me valí de un modesto Black and White para pasar la noche, pero con el dolor del Sello Negro en el alma.

viernes, 29 de agosto de 2008

CARTAGENA



El encanto de Cartagena es especial. Y aguanta para todas las edades, porque cuando a uno lo llevaban por el Magdalena, desde Puerto Wilches, viajando en la Naviera Colombiana en el David Arango, o en la Marvásquez, el embrujo empezaba desde allí y no se agotaba porque ahí estaban las garzas en los amaneceres, desperezándose en la playa, como las adolescentes, hasta llegar a las murallas de piedra y caer bajo el agobio de tanto embrujo.
O llegar en avión a Crespo cuando el mar está ahí, respirando como una diosa que se acerca a lamer sus orillas y regresar convertida en espuma.
O volver por tierra, cuando la brisa se riega sobre la carretera y se va sobre la cara para tratar de ahogarnos en su plenitud y sentir que los pulmones se hinchan de tanto aire que se despliega. Luego caminar por sus calles llenas de balcones de madera donde acosa la historia y sale a las ventanas a tratar de volcar el pasado sobre el presente.
O recorrerla en las noches cuando el casco del caballo golpea sobre las baldosas, mientras arriba la luna corteja a la pareja que nos acompaña en el coche, como una compañía de eternidad que nunca se esfuma, porque ya es como parte de uno, como una arteria más o un corazón más que late al mismo ritmo del nuestro





Y el mismo encanto tiene Cartagena que de niños visitábamos en Marbella, en un modesto hotel que hoy es una cabaña olvidada, o al modesto hotel Playa de la avenida San Martín, que le voltea la espalda al mar, o al Hotel Caribe, que es una réplica de la Cartagena amable que le sonríe a uno, como si quisiera conquistarlo para dejarlo allí, admirando la playa como una estatua de sal! Pasar las mañanas enteras recogiendo conchas en el mar, mientras la espalda ardía al sol de un medio dia efusivo, cuando niño, o abriendo el apetito de todos los sentidos, bebiendo bajo la carpa el aniz o el rubio cuerpo de la cerveza y el whisky, cuando adulto, o ya viejo, tratando de cazar el espacio que le va a corresponder en ese tiempo sideral de los misterios.
O probar los buenos platos de una cocina que acogió en alguna época al Virrey Florez, cuando curaba sus dolores y fatigas en el siglo XVIII, esperando los piratas mientras los comuneros se levantaban en el Socorro y Charalá.
O le preparaba la cena a Rafael Núñez, en su casa, junto al mar, mientras nacionalistas y radicales se daban la pela en la fría Santafe de Bogotá.
O en el Capilla del Mar o en el Club de Pesca ahora, cuando la noche se cuela con toda la nostalgia encendida en el vuelo de las luciérnagas que bracean para verse en el mar. La Cartagena del tuerto López, de los Lemaitre, de las reinas y del mar que murió en una riña con la luna.

viernes, 22 de agosto de 2008

YA EN LAS LIBRERIAS

¿ EL POLO SE LIBERALIZA?.

Por: RAUL PACHECO BLANCO.

El liberalismo ha tenido una gran capacidad de “absorción “. En el siglo XIX absorbió a los artesanos y se creó el grupo de los draconianos, quienes se hicieron fuertes con el general Obando y luego con el general Melo. Los jesuitas intentaron acercarlos a los conservadores, pero éstos se negaron a recibirlos, Ante esa negativa, terminaron en el liberalismo como el ala de izquierda del mismo. Ya en el siglo XX el socialismo llegó a prender de tal forma, que se convirtió en el partido mayoritario, pero nuevamente el liberalismo vino a absorberlo Y López Pumarejo se encargó luego de encauzar todas esas fuerzas nuevas de carácter socialista , hasta absorberlas, quitándole así el aliento revolucionario que tenían para convertirlas en reformismo. Visto desde éste ángulo, el liberalismo ha detenido las experiencias de cambio radical, domesticando las propuestas,, a tal punto, que se ha convertido en la gran fuerza conservadora que hoy mantiene a Colombia a la derecha, cuando el resto de Latinoamérica, con escasas excepciones, se va hacia la izquierda. Y se produce ese cambio tan marcado que se está experimentando, con la quiebra de los partidos tradicionales y la aparición de outsiders( Mainwaring, Bejarano, Pizarro, “La crisis de la representación Democrática”, Norma 2.008 ), que demuestra la gran penetración democrática que se ha vivido, donde indígenas, obreros, gentes de estratos bajos, llegan al poder por la vía electoral, desplazando a una clase dirigente que en los siglos anteriores venía de las clases altas y medias. Aquí el Polo Democrático ha surgido como la nueva fuerza de izquierda, limitada si, por dos grandes enemigos: la guerrilla y ahora, el liberalismo. Precisamente el liberalismo, con su capacidad de absorción tradicional ha empezado a tallarle al desmonte del Polo Democrático. Por una parte César Gaviria atrae a Lucho Garzón hacia el liberalismo, con el señuelo de una coalición y lo tiene a tiro de rovirense y, por la otra, Piedad Córdoba está empeñada en llevarse para el liberalismo a Carlos Gaviria y a Petro, cuando todo pintaba para que aquella terminara en el Polo, dadas las divergencias y casi la expulsión del liberalismo por sus andanzas chavistas.
Así que el liberalismo quiere barrer hacia adentro, como decía un político veleño.
Tal como van las cosas, el Polo Democrático tenderá a desaparecer, si no se sacude, por la acción de la guerrilla, el gran escollo que no lo deja avanzar como fuerza electoral, y por la voluntad del liberalismo, que como decía López Michelsen, quiere montar en la grupa de su caballo a la moza garrida del Polo Democrático, que está en una adolescencia provocadora.

sábado, 16 de agosto de 2008

“VIDA Y DESTINO” DE VASILI GROSSMAN.














Por. Raúl Pacheco Blanco.


1- Advertencias.


Hay que tener en cuenta primero, que los escenarios van a ser muchos y por lo tanto bueno es echarle un vistazo a la parte final del libro, donde expresamente vienen los bloques de personajes junto con los sitios, que generalmente son los campos de concentración alemanes, los equipos de investigadores científicos, una familia en pleno y, así sucesivamente, para evitar la dispersión inicial que se siente y que puede llevar a desistir de seguir adelante, por esa variedad de escenarios que rompen la continuidad que uno busca tanto en lugares, como en personajes.
Igualmente con la cantidad de personas que aparecen y desaparecen, porque los centrales son pocos y de ahí que se pierda el contacto con personas que uno acaba de conocer.
Grossman salta bruscamente de un bando a otro: bien puede estar con los alemanes o bien con los rusos, asi la diferencia de apellidos los identifique de nacionalidad.
En cuanto a los nombres mismos, un personaje bien puede ser llamado de diferentes maneras, por el apellido, por el nombre o por los apelativos domésticos.

2 – La Historia.

La historia no es la de la guerra, concretamente de la segunda guerra mundial, con la secuencia identificable de hechos históricos, que mucho se han analizado desde diversos ángulos, sino de la vida en la guerra, con sus escenas desgarradoras, el acontecer diario de personas de carne y hueso que enfrentan semejantes circunstancias, el clima, el aire que se respira, el sudor de las almas que se desnudan.
Ese clima de la guerra empieza a manifestarse bien pronto:” Ahora creía haber comprendido la diferencia entre vida y existencia. Su vida se había apagado, interrumpido, pero la existencia seguía, se prolongaba. Y aunque aquella existencia era miserable, el pensamiento de una muerte cercana le colmaba el corazón de terror”.
Sofía Ossipona se hacía estas consideraciones, ya dentro de la atmósfera que se respiraba en la guerra recíen iniciada.
Observa el autor que en los totalitarismos la violencia se transforma en algo místico, de exaltación religiosa, a tal punto que algunos intelectuales judios, juzgaban necesario el asesinato de judíos para la felicidad de la humanidad, llevando sus hijos hasta el matadero para la felicidad de la patria, como lo había hecho Abraham en su tiempo.
De ahí que en los campos de concentración se peleaban la cola para entrar a los hornos, mientras escuchaban palabras de aliento como éstas: “ judíos, no tengáis miedo. No es nada terrible. Cinco minutos y todo habrá terminado”. (pag 263 ).
Keize, un ladrón de Hamburgo ahora hecho en la guerra como verdugo se “paseaba con su cara arrugada, color azafrán, los ojos marrones como de plástico, aquella noche expresaba bondad. Su mano regordeta, blanca como la nieve, sin un solo pelo, cuyos dedos eran capaces de eliminar un caballo, daba golpecitos en la espalda y en los hombros de los detenidos. Para él era tan sencillo matar como poner una zancadilla a modo de broma. Siempre mantenía un punto de excitación después de un asesinato, como un gato que ha estado jugando con un abejorro”. ( pags 388, 389

Pero también aparecen hechos de tal bondad, no obstante semejantes circunstancias, como el caso de los alemanes que llegan a un pueblo ruso y se lo quedan para vengar el asesinato de dos soldados.
Entraron a una casa campesina y se la pusieron de ruana, mientras su dueña, una anciana, no pudo dormir esa noche, en tanto que ellos, se comieron los huevos, la miel, y se hicieron tortillas y se tomaron el vodka, cantaban al ritmo de una armónica y la abuela ahí, ignorada.
Al amanecer, les dio por probar sus armas y una se disparó e hirió en el estómago a uno de ellos.
Ahí fue Troya , armaron la grande pero no hallaban qué hacer.
La anciana estuvo al frente atendiendo al herido, quien con ojos de cordero ahorcado le dijo a la anciana : “ madre, agua “.
Esto la conmovió en tal forma, que pudiéndolo estrangular le dio de beber, al quedarse sola con el herido mientras los otros salian buscando auxilio.
Eso da pie para que Grossman aborde el tema de la bondad y escriba : “ Esta bondad es muda y sin sentido. Es instintiva, es ciega. Cuando la cristiandad le dio forma en el seno de las enseñanzas de los padres de la iglesia , comenzó a oscurecerse; su semblante se convirtió en cáscara . Es fuerte mientras es muda, inconsciente y sin sentido, mientras vive en la oscuridad viva del corazón humano, mientras no se convierte en instrumento y mercancía en manos de predicadores, mientras que su oro bruto no se acuña en moneda de santidad” ( pag 5l9).
La historia de la guerra, los detalles de los grandes combates que se conocen de sobra en los libros y las enciclopedias, aquí solo aparecen como marco de referencia, pues esa no es la intención del novelista, que busca todo aquello que refleje la vida, esas experiencias abrumadoras, tal como lo pedía Kundera para la esencia de una novela

3 – La Tesis.

La tesis central de la novela es el choque entre dos totalitarismos, como fuerzas iguales que se repelen, no siendo por lo tanto una novela de sabor nacionalista en donde se imponga el patron buenos-malos, pretendiendo exaltar la epopeya de un pueblo en combate. Se trata del combate entre el mal, ahí entre casa.
Es la recriminación y condena de las dos partes. que entrañan idénticos propósitos.
En la segunda parte, capítulo l5, Grossman nos acerca a la personalidad del oficial nazi Liss, representante de la Gestapo en la administración del campo de concentración, en donde se encuentra Mostovskoi, viejo bolchevique y uno de los fundadores del partido y los pone a hablar para que desnuden sus almas.
Liss le dice al ruso una vez siente el rechazo de éste por llevarlo allí , probablemente a interrogarlo, pues de qué otra cosa podían hablar ; “ Todo lo que ves es mi uniforme; pero no nací dentro de él. El Fuhrer, el Partido disponen y nosotros los soldados del Partido, obedecemos”.
Más adelante le dice: “ Cuando nos miramos el uno al otro, no solo vemos un rostro que odiamos, contemplamos un espejo. Esa es la tragedia de nuestra época. ¿ Acaso no se reconocen a ustedes mismos , su voluntad, en nosotros?. Acaso para ustedes el mundo no es su voluntad?... Ustedes creen que nos odian, pero es solo una apariencia: se odian ustedes mismos en nosotros”…
Y le cita un párrafo de Spengler sobre la tragedia de Napoléon, que expresaba el alma de Inglaterra y precisamente en Inglaterra tenía a su enemigo mortal.” Palabra de honor de un oficial de la Gestapo, me atormentan las mismas cosas que a usted.”

Y le remata con este párrafo : “ No existen abismos entre nosotros. ¡ Los han inventado ¡. Somos formas diferentes de una misma esencia: el estado de Partido”. ( Pags 500 y siguientes ).
En ese afán de mostrar la identidad de los dos totalitarismos, dice : “ Stalin no construye lo que la gente necesita : construye lo que necesita el Estado” ( pag 35l ), que es la misma tesis de Liss el jefe de la Gestapo.

4– Los personajes.

No obstante la proliferación de personajes, que no alcanzan muchos a tener vida propia, sin embargo hay algunos de rasgos característicos y que dibujan su propia sombra.
Shtrum o Víctor Pávlovich, un científico que sufre en carne propia las garras del Estado, que lo acecha y lo invade hasta la propia conciencia, se le presentan hechos como el de tener que arrepentirse de errores, que no lo son a la luz de su conciencia, pero que a la luz del Estado sí lo son.
Y le dicen a Shtrum: “ Que más da, lo hace todo el mundo: escritores, científicos, dirigentes del Partido; incluso nuestro querido músico Shostakóvich reconoce sus errores, escribe cartas de arrepentimiento y, después, continúa trabajando como si nada”.
Y él contesta : “ Pero de qué debo arrepentirme?.¿ Ante quien?. Escriba al comité central. No importa, a cualquier parte. Lo principal es que se arrepienta. Algo así como : “ Reconozco mi culpa, he tergiversado ciertas cosas, soy plenamente consciente y prometo enmendarme”. ( pag 855 ).
Pero a su vez una llamada del mismo Stalin lo transporta a la gloria, como que se siente autorizado a vivir, como que le perdonan la vida y así lo siente toda su familia y sus amigos.
Estar a la sombra de Stalin era como el salvo conducto para poder vivir.
Otro personaje interesante es Kaltluft, jefe del Sonderkomando, a quien le fastidiaba el desorden hasta los tuétanos, y era un enfermo del trabajo, no jugaba a las cartas, no asistía a la proyección de películas, trabajar y trabajar era su norte y, hasta en la noche de navidad se le veían las huellas de tinta fresca, señal de que también había trabajado en la noche de navidad.
“ Si Kaltluft hubiera tenido que responder ante un tribunal divino, habría justificado su alma contando de manera sincera que solo el destino lo había empujado a ser un verdugo, el asesino de quinientas noventa mil personas”. ( pags 682, 683 ).
Y el triste final de Sofía Osipovna, quien entró al horno crematorio y allí con el niño David en los brazos, pensaba en su destino de madre y se aferraba al niño: “ Sofía Osipovna sintió el cuerpo del niño derrumbarse en sus brazos. Luego volvió a separarse de él . En las mina, cuando el aire se intoxica, son siempre las pequeñas criaturas, los pájaros y los ratones, los que se mueren primero, y el niño con su cuerpecito de pájaro se había ido antes que ella… Sofía sintió náuseas. Presionó a David contra sí, ahora un muñeco, y murió, también muñeca “. ( pag 707 ).

5- La novela nuclear.

La novela de Grossman tiene una estructura nuclear, se compone de pequeñas historias, de pequeños hechos , que tienen vida propia y se enlazan entre sí para crear un tejido que conforma el todo sombrio y lacerante de la guerra.
Al no existir un argumento que se desarrolle a través de la novela, se fracciona en multitud de espasmos, de agobios y de sufrimientos que evidentemente son desgarradores, por lo vivos, por lo reales.
Cada quien recibe su parcela de dolor y de sufrimiento y los vive intensamente.
Alli no se crea la imagen de alguien en particular para imponer un estereotipo, como ocurre en Madame Bovary de Flaubert o en Ana Karenina de Tolstoi, sino una multitud de gente que sufre y que si se identifica es a través de su propio dolor y su propia tragedia, como el de los científicos, obligados a doblegarse a la voluntad del estado.
Grossman fue más allá de Dante, quien creó su propio infierno para llevar a sus enemigos, para vengarse de ellos, pues no tiene que apelar a la imaginación, sino dejar apenas que su memoria rastrée lo que ya había vivido: la guerra en carne propia.

viernes, 15 de agosto de 2008

LA JEFATURA DE PASTRANA.

Por Raul Pacheco Blanco.


El conservatismo no tiene otra salida que la jefatura de Andrés Pastrana, Un partido tan jerarquizado como lo ha sido y sobre todo con una tendencia monárquica dentro de sus costumbres, no ha podido hasta ahora cuajar otra alternativa que pueda hacerle frente a una jefatura eventual del expresidentes El “ hecho presidencial” prácticamente es fundante, adquiere tal nivel de autoridad que se convierte en la amalgama necesaria para unir y fortalecer una fuerza política en países como el nuestro de raigambre presidencialista Ese mismo papel lo desempeñó su padre, no obstante haber encontrado un contrahombre que le hacía sombra, como era el caso de Alvaro Gómez Hurtado.
Ahora Andrés no tiene ese contra-hombre, pues no lo ha producido, no obstante haber asomado nuevas caras como es el caso de Carlos Holguin, Alfredo Ramos, Fernando Londoño, Nohemi Sanín y el mismo Valencia Cossio. El conservatismo no produce la variedad de dirigentes que produce el liberalismo, porque tiene menos matices que éste, y esos matices son los que han enriquecido tanto la doctrina, como el numero de sus adherentes y el arraigo de sus dirigentes. Actualmente el conservatismo se encuentra sin brújula, al vaivén de las circunstancias, uncido a una tarea de colaboración, que si bien puede ser patriótica, le quita esa individualidad de partido.La única persona que le puede dar de nuevo identidad y convocarlo como fuerza independiente, es el expresidente Pastrana. El lo aglutina y lo puede orientar porque la coyuntura de Uribe no irá a alumbrar permanentemente el camino de partido.
Pero asi como puede desempeñar un papel importante en la logística de recuperación y adelantamiento de una politica con alguna perspectiva electoral, no puede caer en la tentación de una nueva candidatura presidencial. Entre los últimos expresidentes, él es quien menos acogida tiene a nivel nacional, hecho reiterado a través de diferentes encuestas de opinión, lo que limita ese radio de acción que puede estar despejado para otras figuras. Aquí jugaría un papel importante como jefe del partido, para lo cual cuenta con una aceptación casi unánime, pero no así como carta a jugar en las elecciones presidenciales Existe una fórmula que ha abierto muchas puertas y despejado muchos panoramas en diversas épocas de la politica nacional y es el reparto que se hace entre la jefatura de un partido y la candidatura presidencial Aquí podría pactarse esa llave maestra que abriría muchas esperanzas: la jefatura de Pastrana como base y la escogencia concertada de un candidato presidencial. Esto hablando en la hipótesis de que Alvaro Uribe no se lance nuevamente, porque en esta circunstancia ya no tendría vigencia dado el arraigo del presidente dentro del conservatismo, que ha visto en él al nuevo Nuñez que le abra el camino del poder.

sábado, 9 de agosto de 2008

LA CRUELDAD DEL LIBERTADOR.

Por .RAUL PACHECO BLANCO.


Si uno trata de idealizar a Bolívar en tal forma que lo pueda presentar como un dechado de virtudes, sería darle una identidad de santo que indudablemente no tiene.
Tanto como sostener que llevó una vida muy arreglada, austera y conventual, lejos de tanto lío de faldas que se le atribuyen.
Cuando bien sabemos que repartió muy bien su tiempo entre el vino, la mujer, el combate y el estado.
En esa tentación debió caer Pablo Victoria, formado en esa vieja escuela laureanista, que le buscaba pelos al gato, untados de hispanismo hasta los tuétanos y moralista a morir.
Porque esa es otra de las tentaciones en que pudo caer Victoria: ver a Bolivar desde la óptica española, con fuentes españolas.
Bolivar no fue una mansa paloma ni mucho menos, tal como nos lo presentaron los profesores de primaria, sino un hombre de carne y hueso, que puede llegar hasta la crueldad en un ambiente caldeado por las pasiones y que no se paraba en pelillos para mandar a fusilar a cuanto español se le pusiera por delante, lo mismo que hacía Santander, el hombre de las leyes.
En articulo dominical de El Tiempo ( 3-VII-08 ) Victoria cita varios ejemplos para demostrar la crueldad de Bolivar: después de la batalla campal de Tinaquillo, ejecutó a todos los europeos que se colocaron en su punto de mira, para enseñarlos a obedecer.
En Acarigua bajaba de los árboles a los españoles que trataban de protegerse y de alli caían como cocos al impacto de las balas.
Parecido destino alcanzaban los españoles, que en número de l.200 se encontraban en las masmorras de Caracas, Valencia y la Guaira, quienes fueron pasados por las armas sin fórmula de juicio, allá por l.8l4 y no obstante los ruegos del arzobispo Croll y Prat para desistir de su empeño.
Y que los “ antropófagos de Venezuela “ nos enseñaron a los colombianos la violencia y el asesinato, lo que Bolívar practicaba como deporte, solazándose en sus ratos de ocio, como cuando capturó un barco repleto de españoles y se distrajo apuntándole a esos blancos indefensos y desnudos, mientras él reía a carcajadas.
En primer lugar, las fuentes obtenidas por Victoria en su mayoría son españolas y por lo tanto parcializadas, como pueden serlo las colombianas hablando de don Pablo Morillo.
Ahora, estos hechos desde luego repudiables no venían de una sola parte, sino que entraban dentro de la dialéctica diabólica de la guerra, y si Bolívar no tuvo conocimiento de lo que le pasó a los Comuneros en l.78l, al menos la historia lo registra y a él se lo debió contar el general Santander, cuyo padre habia sido capitán comunero.
Luego esa crueldad era manifiesta en los dos ejércitos enfrentados.
Bolívar era un guerrero y estaba comprometido hasta los tuétanos, así como tambien era licencioso en su conducta y no dejaba títere con cabeza en materia de mujeres.
Pero a los héroes hay que mirarlos bajo el punto de vista humano y no desde la perspectiva de las virtudes, que es lo que le sucede a Victoria.
Y lo más irónico del caso es que como contrapartida de bondad y de generosidad Victoria nos presenta al pacificador don Pablo Morillo , valiéndose del testimonio del mismo actor, quien no es parco en alabarse asi mismo.
Luego Victoria falla por las fuentes.

“LA INGRATITUD DE SERPA”.

Por: Raúl Pacheco Blanco

Cuando se dice algo tan exagerado, pero tan exagerado que salta a la vista, entramos en un terreno diferente de lo verosímil y abordamos otros espacios, como por ejemplo, el de la ironía.
Que a Serpa lo eligió Hugo Serrano Gómez y no los santandereanos todos, sin distingos de partidos o grupos, no pasa de ser producto del delirio o de la alucinación.
Se trata de un hecho que no puede ser desvirtuado porque está ahí, latente, tan claro como la luz del día.
¿A quien se le ocurre que Horacio Serpa fue elegido por Hugo Serrano Gómez?.
Solo al honorable senador.
La capacidad electoral del senador no le alcanzaba para llegar a esas cifras finales, luego no hay necesidad ni de hacer cuentas.
Fue el mismo senador quien dijo que el liberalismo había recobrado la gobernación de Santander, y que prácticamente él lo había conseguido. Las cosas se pueden decir en forma explícita, pero también en forma implícita. Y en esa oportunidad el mensaje que transmitió fue ése.
A Serpa lo hicimos gobernador los santandereanos, por su trayectoria, que en muchos aspectos no estamos de acuerdo, pero salta a la vista que se trata de una persona honesta y pulcra, y del santandereano más destacado de las últimas generaciones políticas. Un rasgo muy destacado de la personalidad del santandereano es la paranoia, no en el sentido de considerarse un perseguido, sino en la autoestima que se espuma como una cerveza y que va mucho más allá de la real significación de la persona, a tal punto de entrar en delirio, en el terreno de la enfermedad del yo que se atribuye autorías que están muy lejos de la realidad.
Y si algo dignifica a Serpa en este tramo de su actividad política es haberse sustraído de esa política clientelista que lo estaba anulando, para adquirir la verdadera estatura del estadista, que es lo que se le pide a un gobernante.
Resulta muy aburridor explicar un artículo, pero dados los mensajes que recibí, de serpistas y serranistas, no hay más remedio que barajar un poco sobre el exacto sentido de mi artículo. Allí no me refería propiamente a la ingratitud de Serpa, sino al delirio del honorable senador y, precisamente para no caer en un terreno tan crudo y propicio para los agravios y, dadas las calidades del senador, darle un giro más presentable y elegante. Pero por lo visto la ironía ya no tiene vigencia en un ambiente tan caldeado, en que no hay matices, porque o todo es blanco o todo es negro. La ironía ha muerto, según el decir de Juan Gabriel Vásquez. A mi solo me queda gritar como los viejos monarquistas: ¡ La ironía ha muerto!. ¡ Viva la ironía!

domingo, 3 de agosto de 2008

LA IGLESIAS DENTRO DE LA IGLESIA CATÓLICA.

Por. RAUL PACHECO BLANCO.


Dentro de la iglesia católica conviven varias iglesias, de acuerdo con el modelo elaborado para cada una de las grandes épocas en que se divide la historia de la humanidad: la antigua, la medieval, la moderna y la postmoderna .
La moderna se expresa en dos alas casi irreconciliables: la liberal o ilustrada y la marxista.

La Iglesia Antigua.


La primera se alimenta de Jesús, de su ejemplo de vida más que de un cuerpo de doctrina, de los apóstoles y sus costumbres austeras, conviventes y humildes.
Se nutre luego de los evangelios para elaborar un modelo de esa iglesia primitiva, fundadora y pionera.

La Iglesia Medieval.


La iglesia medieval viene luego a mundanizarse hasta cierto punto, cuando se incorpora como parte instrumental de ese imperio que antes la acosaba y perseguía. Se le da una estructura burocrática, se crea el papado y se organiza de tal forma, que logra expandirse por el mundo y se integra en los ejes de poder. Se convierte en una fuerza con poder tanto espiritual, como material.
Se llena de doctrinas, crea dogmas, globaliza la religión, establece la inquisición desatando una persecución parecida a la que sufrieron los primeros cristianos, pero más refinada.
Se ha operado la transición de una época de cristianismo esencial, elemental, a uno lleno de pompas y vanidades, inflada de poder y sobre todo, de soberbia.
Cada una de ellas va dejando su huella y se producen tradiciones encontradas.
Es tal la fuerza de la iglesia en esa época medieval, que parece constituirse en la verdadera imagen de la iglesia católica.
La religión entra en todos los ámbitos del mundo de la vida: en el individuo, en la familia, en las costumbres, en el estado.

La Iglesia Ilustrada.


De ahí que venga la reacción por una parte de Lutero, en cuanto a la licencia de las costumbres del papado, de las concepciones renacentistas y, sobre todo, por la Ilustración que crea un gran mito, que si bien es cierto fue un innegable aporte en su época, vino a convertirse en un lastre al tratar de ir más allá de sus límites y posibilidades: la razón.
Se abren unas grandes posibilidades al mejoramiento de la calidad de la vida, olvidando la teología para darle curso e impulso a la ciencia.
Ya estamos en la modernidad que desacraliza el papel de la iglesia y lo reduce al ámbito privado, creando un estado laico, como consecuencia de las doctrinas liberales de la libertad de pensamiento y de un humanismo radical.
Esa influencia se nota en la creación de una auténtica iglesia ilustrada, que echa al suelo concepciones consideradas obsoletas, como la divinidad de Jesús, la virginidad de María, el infierno y todo aquello que pueda ser entendido por la razón, porque trasciende el ámbito de lo humano , de lo puramente humano.
Una modernidad en donde “todo lo sólido se desvanece en el aire”, según el titulo de la obra de Marshall Berman ( Siglo XXI, l.998 , o como dice Habermas en “ que la razón había de hacerse cargo de la función socio-integradora ejercida antes por la razón” ( El Discurso Filosófico de la Modernidad, Taurus, l.993, pag 44l ).
La modernidad no solamente manda al cuarto de san Alejo a la iglesia, sino que la persigue en un principio y se desata una lucha feroz contra el clero, ya cuando recibe el aliento de la revolución francesa, cuyas ideas se irán a expandir por todo el mundo hasta lograr un equilibrio cuando las dos potestades deciden convivir.

La Iglesia Marxista.


Pero la modernidad no se queda solamente en el liberalismo, sino que aparece el marxismo para penetrar el pensamiento social y económico, bastante vulnerable en la iglesia.
Con base en ese esquema creado por la iglesia ilustrada, se construye una nueva estructura con puntadas marxistas, que son recogidas por la teología de la liberación, que si bien fue bastante fuerte a través del clero secular, los sacerdotes obreros, los obispos brasileños, pasó la ola, pero se quedó la semilla que ha venido penetrando a una iglesia marxista, al considerar la economía como el motor de la historia y el factor determinante en las relaciones humanas, tratando de aislar el marxismo del stalinismo, para rescatar la teoría económica y social de la impregnación del totalitarismo de estado, que hizo crisis tanto en el comunismo, como en el fascismo.
Esos dos discursos, el ilustrado y el marxista han construido una teoría compacta que trata de incorporar esos dos pensamientos en el bagaje de la iglesia, desechando sus lastres y dejando aquello que puede producir efectos hacia el futuro.

La Iglesia Postmoderna.


Y al agotarse la modernidad, de acuerdo con los filósofos franceses, alemanes e italianos, aparece una nueva época, la postmoderna, que le da juego de nuevo a las religiones al imponerse un paradigma espiritual, sin que eso implique un retorno a la Edad Media, imponiéndose además un criterio ecléctico que no se casa con un solo discurso, como la iglesia antigua, la medieval y la moderna, sino tomando elementos de esas iglesias que hoy conviven dentro de una hipotética unidad de doctrina con la cual comulga la jerarquía católica.
Es el ámbito de la iglesia post-moderna.

viernes, 1 de agosto de 2008

LA MUERTE DE LA IRONIA

POR: RAUL PACHECO BLANCO

Escribía Juan Gabriel Vásquez un artículo sobre la “muerte de la ironía”; en el Espectador. (25-VII-08), trayendo a cuento el caso de Mauricio Pombo, quien en El Tiempo hablaba sobre la “farsa del domingo”, para referirse a la manifestación del 20 de Julio, en los peores epítetos como que el imperialismo y la oligarquía colombiana habían manipulado la manifestación, que los colombianos se veían ridículos vestidos de blanco ese días y cosas por el estilo.
Es decir, se exageraba en tal forma que iba contra la realidad de las cosas cuando la gente salió a la calle porque le dio la gana.
Y luego agrega textualmente Gabriel Vásquez: “ Al parecer no solo varios lectores creyeron que Pombo hablaba en serio, sino que algunos escribieron airados cartas de protesta contra la columna, el columnista y el periódico”. No les sirvió de pista ni siquiera la última frase de la columna: Nota: Escrito por encargo de Anacol, es decir , el blog de la guerrilla.
Y mucha gente mordió el anzuelo.
Vásquez termina su artículo señalando: “ Me dirán que exagero, pero cuando uno piensa en los otros ámbitos de la vida donde la ironía no tiene cabida, se encuentra con ejemplos más bien inquietantes: la iglesia o las dictaduras. Ni en la una ni en la otra se permite el humor; en ambas se tiene una interpretación literal de las cosas. Una sociedad que no percibe una ironía tan flagrante como la de Pombo, es una sociedad que ha comenzado volverse ciega, a ver solo lo que quiere ver, a dejar de cuestionar lo visto y lo leído. Es una sociedad que ha comenzado a pensar en blanco y negro. Es una sociedad en regresión."
Pues esto me ha pasado a mi con muchos artículos sobre los cuales me han llegado cartas y hasta obsequios, por aplaudir o censurar lo que no dije.
Cuando una cosa es demasiado obvia se puede ironizar sobre ella porque su mismo peso lo permite.
Además, la ironía misma tiene sus puntos de apoyo que fácilmente se detectan. Si se trata de personajes comarcanos es tan obvio que se imponga el de mayor ascendencia, el de mayor figuración, el más conocido, así se diga lo contrario literalmente.
Y como lo dice el mismo Vásquez, resulta tan triste explicar un chiste, que es mejor pasar así.
Lo que no tiene duda es que la ironía ha muerto. Paz en su tumba.
Se acabaron los matices, solo queda lo plano, lo textual, lo molido.