viernes, 26 de noviembre de 2010

PRECISIONES IDEOLOGICAS.

POR: RAUL PACHECO BLANCO:

Un partido político no es una reunión de personas que profesan idénticas ideas, como si se tratara de fotocopiar el pensamiento, pues para eso se requeriría que cada quien fuera un partido político. Es decir, partidos políticos personales, cosa que es imposible en una sociedad de masas. Y quizá tampoco en la incipiente democracia griega, cuando la sociedad era pequeña. Un partido político es la reunión de personas que tienen un denominador común, es decir, que se acercan en una forma genérica y no específica en cuanto a su manera de pensar y de sentir, de concebir la sociedad y su organización política. Se ha dicho que el partido liberal es un partido de matices. Y es cierto. Allí podemos ver como se alinean los neoliberales, los socialistas, los socialdemócratas , los abortistas y los no abortistas , los partidarios del matrimonio homosexual y también los enemigos, en fin. Pero los identifica el apego a ese concepto de la libertad, que también tiene sus matices, o es absoluta o es limitada. Esa es la idea dura que los une. De ahí para allá viene el juego de matices. Lo mismo sucede en el conservatismo. También hay matices . Se reúnen socialcristianos, neoliberales, católicos y protestantes, fascistas, antiabortistas cerrados y antiabortistas que aceptan el aborto en casos excepcionales como los tres contemplados por la Corte Constitucional. Pero hay un denominador común que es el apego al orden y la autoridad, lo mismo que el apego a valores tradicionales. Así que cuando el Procurador y el presidente nuevo del directorio conservador sostienen unas ideas basadas únicamente en concepciones de la iglesia católica , no están hablando ex cátedra . Un partido político no es una iglesia. Tanto el Procurador como el presidente del directorio están en todo su derecho de manifestar sus preferencias en determinadas materias, pero eso no quiere decir que todos los adherentes al partido conservador piensen lo mismo. Hay temas culturales que no forman parte del cuerpo de doctrina de un partido y que pertenecen al fuero interno de las personas , como por ejemplo el aborto : no todos los conservadores piensan que el aborto debe ser prohibido para todos los casos, pues esto denotaría una deshumanización total de hechos tan relevantes como este .¿ Cómo se trae al mundo una persona con malformaciones, para que durante toda una vida sufra , sufran sus padres, sufran sus familias y la sociedad lo que hace es rechazarla en lugar de aceptarla tal como es ?. Eso no es derecho a la vida, sino derecho a una existencia tan precaria que no puede ser vida . Y la constitución lo que protege es el derecho a la vida que es otra cosa, esto es, el derecho a poder disfrutar de la vida en condiciones naturales y no sometidos de por vida a unas malformaciones que lo van a privar de vivir su vida . Y en el caso de la violación, ¿ cómo se permite que a una persona se le arrebate el derecho de traer al mundo a un ser querido, pero querido de verdad y con una persona con la cual se quiere y no de un rufián que se aprovecha de la desprotección para asaltar una niña y dejarla embarazada?. Y ¿ cómo se permite que muera una madre de familia, cuando sus condiciones son precarias para llevar adelante y rematar un embarazo, con el nacimiento de una criatura?. Si el partido conservador no se corre hacia el centro, aceptando estos hechos sociales, no tiene nada que hacer dentro del contexto de la sociedad colombiana. Ese viejo esquema del conservatismo laureanista en que la iglesia es la que lleva la batuta de la política, ya no tiene cabída. El poder electoral que antes se tenía en base a los curas, ya no existe. Ahora los curas son comunistas, socialistas, liberales, pero conservadores no. Luego ni siquiera por razones de estrategia política vale una concepción de ese tipo.

sábado, 20 de noviembre de 2010

EL SUEÑO DEL CELTA


















POR: RAUL PACHECO BLANCO:

La historia se está convirtiendo en el santuario de los novelistas. Y se está olvidando la ficción para dejarla en un segundo plano. Esa tentación la ha sentido Vagas Llosa, luego de medírsele a la ficción en la mayoría de sus novelas, sin abandonar desde luego, la historia personal, que esa si nutre a todos los novelistas. Porque las arterias y la sangre de una novela, no se pueden extraer sino desde una experiencia personal.
Aquí Vargas Llosa reconstruye la vida de Roger Cassement, un irlandés que se la juega por los derechos humanos, como diríamos hoy, cuando denunció las atrocidades que pasaban en esa colonia inglesa, el Congo, y por su propio país, luchando por su independencia, luego de una vida dedicada al servicio diplomático de Inglaterra.
La novela se desenvuelve en tres lugares diferentes : El Congo, luego en la Amazonia peruana y por último en Irlanda.
El mérito está en la investigación hecha para armar la vida de Cassement y en la forma de ir narrando paso a paso todas las actividades del irlandés.
El personaje es fascinante, por cuanto demuestra la doble condición del hombre, que es una mezcla de antítesis , donde lo malo y lo corrupto se junta con la nobleza y lo bueno de una condición.
Cassement como hombre dedicado a la diplomacia, realiza una labor de mérito ante el gobierno inglés, lucha contra las injusticias que se cometen en el Congo, lo mismo que las que se comenten en el Perú , cuando la compañía de Arana Cruz, se salía de madre en la forma de tratar a los indígenas, explotándolos sin misericordia.. El pone el dedo en la llaga.
Y luego inicia la lucha por la independencia de Irlanda, pero con tan mala fortuna, que terminó siendo juzgado por traidor por las autoridades inglesas y condenado a la pena de muerte, cuando él trataba de disuadir a sus compatriotas para que no realizaran una lucha tan desorganizada.
Pero de otro lado, era una persona libertina, llena de lacras morales y de aberraciones sexuales, sobre las cuales Vargas Llosa tuvo el suficiente pudor para no meterse en ese lodazal y sacarle partido a lo mejor de la naturaleza de Cassement,
Porque el camino de sus aberraciones resulta escabroso y daña la imagen de semejante luchador por la justicia y los derechos humanos, que había en él.
Viéndolo bien, se trata de una biografía novelada, con más proyección de novela que aquella puesta en práctica por Emil Ludwing, Stefan Sweig y otros, en el siglo pasado.
La novela es muy bien llevada y se lee con gran facilidad, pues el talento narrativo de Vargas Llosa, una vez se pone allí en tensión.
Creemos que es una de las grandes obras de Vargas Llosa, a la altura de Conversación en la Catedral y de la Fiesta del Chivo.

viernes, 19 de noviembre de 2010

SOCIEDAD DE PAREJA

POR: RAUL PACHECO BLANCO:

¿ Qué podemos entender por una sociedad de pareja? La formada por personas del mismo sexo que se unen para ayudarse mutuamente, para quererse y respetarse, para auxiliarse y para tener el derecho de heredar los bienes a la muerte de uno de ellos. Como se trata de un contrato de naturaleza civil se realizaría como cualquier acto protocolizado en notaria. La constitución lo garantiza en su art 38 que precisamente protege el derecho a la libre asociación para el desarrollo de las distintas actividades que las personas realizan en sociedad. Entre esas actividades puede estar el de las relaciones de pareja que pertenecen al mismo sexo. Allí es donde debe figurar la unión de pareja entre personas del mismo sexo, pues el art 42 de la misma constitución si es más exigente en cuanto a las calidades para formar familia y contraer matrimonio, ya que exige que los contrayentes solo pueden ser un hombre y una mujer, dejando por fuera la opción de parejas del mismo sexo.
Así que el matrimonio es el camino para llegar a constituir una familia. Y la familia no se puede constituir sino mediante ese matrimonio entre un hombre y una mujer. La Corte Constitucional no puede reformar el código civil en ese aspecto, porque allí simplemente se transcribe la norma constitucional. Luego si la Corte deroga esa disposición, estaría llevándose de calle el artículo 42 de la constitución actual, para lo cual no tiene competencia. Para ello se necesitaría de un acto legislativo que solamente puede tramitar el Congreso. Se nos está olvidando que el órgano legislativo es el Congreso y no la Corte Constitucional. Para llegar a admitir el matrimonio homosexual se requiere por lo tanto, de un consenso nacional para entrar a derogar la disposición constitucional. O por lo menos un referendo para llegar allá, pero tratar de sacar de taquito una disposición de corte constitucional mediante una demanda contra el código civil si es pedirle peras al olmo, porque este no las da y todavía peor : no las puede dar. Quienes abogan por la imposición del matrimonio gay deben por lo tanto transitar una vía mucho más dilatada que tiene tanto de carácter político, como jurídico. Primero deben ambientar más la idea y luego si hallar la forma del consenso. La vía de la Corte Constitucional está agotada, máxime cuando ya se ha abusado de la capacidad para declarar la inconstitucionalidad de una norma, que es el papel que debe cumplir la Corte y no el de crearla, que es solo potestativo del pueblo mismo, mediante referendo o por la vía legislativa que es como se hacen las leyes. Se nos está olvidando, repito, que las leyes se hacen en el Congreso y no en la Corte Constitucional, en donde solo se revisan.

viernes, 12 de noviembre de 2010

LA LEGITIMIDAD EN EL PRESIDENCIALISMO NORTEAMERICANO

POR: RAUL PACHECO BLANCO.

¿ Qué sentido tiene darle legitimidad a un gobierno para cuatro años, por medio de las elecciones presidenciales , si a los dos años del periodo se la van a quitar?
Porque a un presidente que se le confiere un mandato de cuatro años para realizar una tarea específica , no se le puede llevar a unas elecciones parlamentarias dentro de otro juego diferente.
Esto es lo que ocurre en los Estados Unidos con el presidente de turno, el cual se elige por un periodo de cuatro años, para que empiece a desarrollar su programa de gobierno, cuando ya se han concretado los objetivos y arrancado el periodo en busca de esas metas. Pero llegados los dos primeros años, se viene una elección parlamentaria y si el presidente corre con mala fortuna, se le vienen al suelo los planes y tiene que someterse a un arreglo con el grupo, partido o partidos que han obtenido ahora mayoría.
¿ En qué queda ese mandato de cuatro años que se le dio al presidente mediante la elección?.
Eso le acaba de suceder a Barak Obama en Estados Unidos.
Aquí en Colombia esto no ocurre, pues el periodo de parlamentarios y de presidente es el mismo. De tal manera, que el presidente corre parejo con el parlamento elegido y dentro de ese clima político realiza las reformas que estime convenientes.
Durante el periodo de cuatro años, tanto parlamento como gobierno trabajan sobre las mismas bases de legitimidad, sin que se interfiera ese aire o esa energía democrática que en las elecciones se manifestó.
Se alega que se puede marchitar esa legitimidad y hay necesidad de refrescarla, por eso es conveniente que a mitad de periodo se realice un balance. Eso suena bien, pero en la práctica se pierde tiempo y energías y se deja sin base jurídica al presidente para sacar adelante lo que él prometió en su campaña.
Esto juega para todas las tendencias, no solamente para el caso de Obama, que es apenas un ejemplo de lo que suele ocurrir. Así que los argumentos no son de tipo político, sino jurídico hasta cierto punto, pues el mandato explicitado en unas elecciones se trunca y no se le da oportunidad al presidente para desarrollar un programa, para el cual fue elegido. Porque los votos que se dieron en las elecciones y que le dieron legitimidad, precisamente se basan en los objetivos de campaña que se trazó el candidato y que pretende realizar en la presidencia.
Entendemos que se trata de preservar una legitimidad lo más fresca posible, realizando las elecciones a los dos años del periodo, pero se atenta en forma grave contra esa voluntad expresada por el pueblo que no llega a tener continuidad y menos conclusión alguna.
Obama tiene que echar atrás sus planes de gobierno y consensuar todo de aquí en adelante, como si se tratara de un régimen parlamentario.
Más parece pues, un elemento del régimen o sistema parlamentario, que del presidencial. Por eso esa disposición atenta contra el presidencialismo que busca por encima de todo, convertir al presidente en el auténtico líder de la nación y portador de un mandato a realizar. Y no una interferencia del parlamento en pleno periodo presidencial.

EL HOLOCAUSTO DEL PALACIO DE JUSTICIA

POR: RAUL PACHECO BLANCO:

Un veterano periodista e investigador de nombre Alberto Donadío, acaba de publicar un interesante libro sobre lo que fue la toma del palacio de justicia por la guerrilla y la consiguiente reacción del gobierno de turno. El libro es un homenaje a Alfonso Reyes Echandía, sacrificado en el Palacio, por cuenta de la guerrilla. Divide muy bien el trabajo periodístico presentando primero los argumentos que se han alegado para justificar la acción del gobierno de Belisario Betancur, para entrar luego a rebatirlos, con los argumentos de la parte contraria. Además, presenta una visión de lo que fue el jurista inmolado, visto por sus hijos y por otras personas. Y viene su publicación en buena oportunidad para continuar el debate en torno a semejante hecho, que polariza la opinión pública. El atentado al palacio de justicia y el sacrificio de parte de la Corte, tiene dos etapas bien delimitadas : la primera, tiene que ver con la toma del palacio por parte del M19 y la consiguiente reacción del ejercito contra el acto que se estaba realizando. Y la otra, cuando ya estaban en pleno combate y el ejército logró sacar vivas a unas cuantas personas, cosa que se pudo ver en los videos de la época. Y esas personas que se lograron rescatar, luego no aparecieron. Son dos hechos por lo tanto, con su propia identidad penal. En cuanto al primero, bien se pudo ver que el M19 quería hacerle un juicio al presidente Betancur, ahí y ahora, en el palacio de justicia, contando con la colaboración de la Corte, para que fuera ella la encargada de dar el veredicto. Cuando Alfonso Reyes llamaba por teléfono para que cesara el fuego, a él lo tenía encañonado la guerrilla y le exigían que pidiera el cese al fuego. En ese momento, la Corte, por más Corte que fuera, se encontraba desarmada e inerme ante los guerrilleros armados hasta la coronilla. Ese era el marco dentro del cual , el presidente debía atravesar la plaza de Bolívar y ponerse a órdenes de la justicia para su juzgamiento. ¿ Qué solución conforme a derecho podría salir de allí?. ¿ Que libertad tenia la Corte para decidir? ¿ Qué tal un juicio hecho por la Corte ahí con la espada de Damocles de la guerrilla?. El Presidente tenía el deber de velar por la recuperación del palacio de justicia. Y lo hizo a sangre y fuego, porque ese era el reto. Lo contrario, habría sido una claudicación, como lo fue la de Alfonso Reyes, cuando ha debido asumir una actitud esa si enmarcada dentro del derecho : exigir respeto a la guerrilla para la juridicidad, pasara lo que pasara. ¿ Porqué no lo hizo?. Esa es la pregunta inquietante que queda flotando en el aire como un inri sobre su memoria. En cuanto a la segunda parte, la orden que daba el presidente era la recuperación del palacio, pero no la desaparición de personas. Luego si hubo desaparecidos, los militares son los responsables, como en el caso ya juzgado del coronel. Plazas .El libro de Donadío en todo caso, es un buen aporte a la discusión de un tema tan neurálgico y de tanta actualidad. como este del holocausto del Palacio de Justicia.

viernes, 5 de noviembre de 2010

EL LEGADO DE ALVARO GOMEZ.










Alvaro Gómez tuvo dos etapas : la laureanista y la alvarista.
En la primera se vinculó a un proyecto falangista, acompañando a su padre a la creación de nuevas instituciones, tratando de devolver el tiempo hacia el estado corporativo que Franco y Oliveira Salazar habían llevado a cabo en España y Portugal.
A esa etapa corresponde también la de su intolerancia en el Congreso, cuando importó pitos para sabotear las sesiones , a la mejor manera de los anarquistas.
Dejó un gran recuerdo si, en la época del gobierno de Laureano, cuando importó maquinaria para El Siglo y produjo un lujo de ediciones, tanto por el contenido, como por la presentación. Cómo le hubiera gustado ver la nueva diagramación de El Tiempo., que en mucho nos hace recordar lo que fue ese periodo., en que el Alvaro Gómez periodista la metió toda.
Pero ya quemada esa etapa falangista y laureanista, incursionó en su propia visión del estado, se liberó de las influencias paternas y se acercó al pluralismo de la sociedad actual.
Entró, digamos, a una modernidad conservadora. Se abrió políticamente. Aceptó el pluralismo, cosa que él veía como nihilismo, como escapes anarquistas, pues un orden implacable lo guiaba todo.
Esa amplitud se concretó en un proyecto político, que fue el Movimiento de Salvación Nacional, a donde llegaron liberales de tanta tradición y arraigo, como Carlos Lleras de la Fuente. Y en calidad precisamente de jefe de ese movimiento, llegó a la Constituyente en donde adelantó un papel trascendental .
Llegó a tal punto su tolerancia, que estuvo al lado de Navarro Wolf en la presidencia de la Constituyente, cuando el M 19 lo había secuestrado en años anteriores.
Y presentó sus propuestas, con la conciencia tranquila de que debía aceptar las ideas de los demás, en aras de lograr un consenso, como en realidad ocurrió. La Constitución del 9l ha sido el único consenso que se ha logrado en materia institucional a través de toda nuestra historia.
Aportó la idea de la elección popular de alcaldes, cosa que también conspiraba contra su antigua concepción centralista del poder, con un presidente lleno de toda clase de poderes.
Esa categoría intelectual que el país le reconocía, se impuso en la constituyente, en medio del respeto de todas las tendencias manifestadas allí.
Inclusive, llegó a plantear algo que en esa época resultaba casi un exabrupto : la legalización de las drogas, para acabar con el imperio de los narcotraficantes y que hoy se considera como la única salida para semejante problema tanto en Colombia, como el latinoamérica.
De López Michelsen se decía que ponía a pensar al país, pero lo cierto es que Alvaro Gómez no solamente lo ponía a pensar, sino que lo sacudía.
Cuando vieron que se estaba convirtiendo en un líder nacional, como la salida natural a tantos males acumulados, le dieron el golpe de gracia. Pero alcanzó a sortear ese paso que muy pocas figuras políticas hacen en Colombia : superar los linderos de partido, para convertirse en lideres nacionales.

DOS GOLPES DE ESTADO Y UN SOLO MUERTO VERDADERO

POR: RAUL PACHECO BLANCO.

Había dos frentes de conspiración : uno compuesto por políticos retirados y otro por una mezcla impotable de paramilitares, guerrilleros y políticos activos y actuantes.
En el primero estaban Víctor Mosquera Chaux, ex presidente de la república, Alvaro Uribe Rueda, el eminente profesor de derecho constitucional Luis Carlos Sáchica, Bejarano, en ese entonces profesor del Externado, el presidente del Centro de estudios colombianos Marino Jaramillo Echeverri, entre otros, además de Emilio Barco, amigo personal del coordinador y quien lo cargaba para todas partes. El coordinador era Hugo Mantilla Correa. Este grupo como podemos verlo, era de lo mas inofensivo del mundo, pero se le hacía creer que podía llegar al poder por acción de los militares , empeñados en darle un golpe de estado a Ernesto Samper. La cabeza del golpe, según la mente calenturienta de Hugo Mantilla, era el general Zúñiga, un experto militar en inteligencia, de muy limitadas capacidades, que no sería capaz de dar un golpe de estado ni porque se le inyectara sangre napoleónica. Era de esos oficiales paloma y no halcón. Y para colmo de males, casi se les olvida a los conspiradores contarle al general Zúñiga, que ellos estaban esperando a que diera el golpe de estado. Cuando se lo contaron, por boca de Hugo Mantilla, al general casi le da un soponcio y lo que trató de hacer de ahí en adelante, fue tapar lo que los conspiradores trataban dizque hacer con él. Mantilla no pasaba de ser un informante del ejercito a quien le pagaban por eso. De ahí que el general Zúñiga nunca le creyó que se estuviera gestando un golpe de estado con opinión suficiente para que ello ocurriera. También contaban con el general Urbina, ese si con mas vena para un golpe de fuerza, pero sin respaldo en la tropa. Ah, y se me olvidaba : el candidato para llevar a la presidencia mediante el golpe, era nada menos que Alvaro Gómez. Pero él no lo sabía y nunca nadie se atrevió a proponérselo. Murió completamente inocente de esa proposición. Aquello no pasaba de ser una masturbación en lugares públicos de políticos en uso de buen retiro.. Ese era un frente. El otro, estaba auspiciado por el hoy presidente Juan Manuel Santos, quien viajaba a entrevistarse tanto con los jefes guerrilleros, como con Carlos Castaño, jefe paramilitar. Y algo se alcanzó a hablar. Carlos Castaño en su libro trató el tema pero nos se extendió mucho en él. ¿ Se imagina ustedes que algo hubiera salido de semejante mezcla de puntillas y de clavos para un sancocho de gallina?. En cambio el gobierno , perdiendo legitimidad, se sintió en peligro. Y como mecanismo de defensa le dijo a los narcotraficantes : o ustedes sacan del juego a Alvaro Gómez o a ustedes los extraditan. Y quién dijo miedo. Se le decretó la muerte a Älvaro Gómez. Se realizó ahí si, todo el chorizado del “ iter criminis “ : ideación, preparación, ejecución y consumación. Los golpes en cambio, se quedaron en la preparación.. He ahí una de las diferencias. Había una mayor diligencia en el gobierno, que en la oposición. Eso hace ya quince años. Así que de los dos golpes de estado falsos, solo resultó un muerto positivo. Esos eran los falsos positivos del gobierno de Ernesto Samper.

lunes, 1 de noviembre de 2010

KITCHNER.


















POR: RAUL PACHECO BLANCO:

Hay políticos biológicos y políticos cerebrales. Los primeros están condicionados por un organismo hecho para mandar, con una gran capacidad para las duras faenas, para el trabajo extenuante, para el desvelo, con una digestión a toda prueba, que aguante tres almuerzos y dos comidas y tres desayunos. Y demás, trago. Que tenga un ojo clínico, que conozca a la gente por su nombre y apellido, que se entregue a la gente, que todo lo vea claro.
En cambio el político cerebral de pronto no tiene buena digestión, es insociable, inabordable, sin reflejos mecánicos, enfermizo, flojo para el trabajo de laboratorio, pero mira la política como un juego de inteligencia, de movimiento de fichas. Como un maestro de tablero y tiza, elabora las jugadas a realizar. Se plantea objetivos concretos. Conoce a la gente pero genéricamente, no específicamente. Es un estratega y un táctico. Crea un cuerpo de doctrina, moviliza ideas, hace propuestas.
A ese primer género pertenecía Kitchner. Era un hombre grande, fornido, con unos ojos que se le salían de las órbitas, que en su adolescencia y juventud estarían llenos de lujuria y en su madurez de ambición y de poder. En todo caso, abarcaba mucho espacio. Y con ese organismo disparado hacia el poder, no conocía tregua, desconocía el cansancio, todos los actos que realizaban eran dirigidos a ese talismán que es la adquisición y la conservación del poder.
En el momento de su muerte, estaba dedicado precisamente a lo segundo, que es lo más difícil : la conservación del poder. Ya lo había logrado, primero con su presidencia y luego con la de su esposa, pero ahora debía coronar su faena con otra etapa que era pasar de una presidencia, a una dinastía. Una dinastía de familia. Como la que creó Napoleón, como la que creó Perón.
Y ahí el organismo le jugó una mala pasada : le falló en el momento en que el torero ejecuta la faena de su arte y de su vida : matar al toro. Y se quedó en el vacio, en la condición de ser humano que de ahí en adelante no da más. Se le nublaron los ojos, se le fueron las luces y cayó extenuado, rendido de cansancio, pero no derrotado. Pero ya para qué.
En todo caso, empieza a trabajar con elementos inéditos en la política argentina : jugársela con Perón. Enfrentársele , ya en el campo de los inmortales Empezar a disputarle un puesto en la historia.¿ De tu a tu? . Eso lo dirá la historia. Lo cierto es que el reinado de Perón empieza a tambalear, cosa que hasta el momento nadie había logrado hacerlo. Ese es el gran mérito de Kichner : moverle la silla a Perón.