domingo, 10 de mayo de 2009

TIMIDA DEFENSA DE BERLUSCONI















POR . RAUL PACHECO BLANCO.

El ministro Berlusconi no es santo de mi devoción. Me parece un tanto frívolo y además no tiene la formación ideológica necesaria, ni la cultura suficiente como para convertirse en artífice de un partido o movimiento político.
Llegó a la política porque aprovechó su cuarto de hora histórico, cuando todos los partidos italianos entraron en crisis. Desde la democracia Cristiana, con un papel trascendental en la historia de la Italia de posguerra, hasta el socialismo.
Todo ese andamiaje político se vino al suelo por la corrupción y se presentó un vacío político que fue llenado precisamente por Berlusconi, quien tuvo los medios financieros, mediáticos, publicitarios, para hacer carrera política en medio del desastre de los partidos.
Es el hombre más rico de Italia y por lo tanto le quedaba bien fácil entrar por la puerta grande. Desde luego todos los magnates no tienen las habilidades de él para hacer esta clase de juegos, pero Berlusconi si las tiene, basado en su simpatía personal, en su atracción de galán y desde luego en su condición de potentado, de triunfador.
Pero no tiene la dimensión de un De Gasperi, que sacó a Italia del desastre de la guerra y le hizo propuestas valederas, que hoy y ayer sirvieron de guía a los partidos europeos, basadas fundamentalmente en la creación del estado social de derecho.
Ni la de Amintore Fanfani , gran pensador e ideólogo afortunado también de la Democracia Cristiana en Italia. O el mismo Andreotti, que por ultimo cayó en desgracia y se vino al suelo con los escándalos de corrupción. Pero reivindicado luego.
Berlusconi se ha batido como un tigre con las condiciones ya anotadas, hasta convertirse en un lider con alta popularidad, como quiera su prestigio bordea las encuestas con porcentajes del 70% o más.
Se parece mucho por cierto a Sarkosy, el presidente francés. Parecen almas gemelas, ya que ambos se mueven en un ambiente publicitario muy bien administrado y tienen el gusto por las bellas mujeres. Hoy está casado con la cantante Carla Bruni, quien se pasea por los escenarios más complicados, impactando con su silueta bien delineada y su encanto de mujer romana, por cierto paisana de Berlusconi.
Ahora se le vino el mundo encima Berlusconi por su ya desmedido placer por las mujeres bellas, pues su alter ego , Sarkosy, al menos paró en sus conquistas con Carla Bruni, pero Berlusconi siguió en las suyas. Ya que puso en escenario tanto a su mujer, Verónica Lario, una bella mujer, con el encanto de la madurez , la ministra María Castagna, además de Valentina Giola, Angela Sozia, Bárbara Matera y últimamente una rubia de dieciocho años, a quien le regaló de cumpleaños un collar de oro con remate de diamantes.





Pero no obstante ser valederas las criticas por su frivolidad , por sus aventuras de play boy, bien vale la pena defenderlo , aunque sea tímidamente, para decir que por lo menos no le está buscando camorra a Francia, ni a España, ni a países más pequeños, como lo hacía su compatriota Mussolini. No ha desatado la madeja de los conflictos para llevar de nuevo a Europa a la guerra, como ha sido tradicional en los estadistas europeos.
Preferible que Berlusconi se entretenga con mujeres bellas y no con arsenales atómicos o misiles de largo alcance como lo hace Irán hoy en día.
Preferible que haga el amor y no que haga la guerra. Además, su frivolidad le hace menos daño que las bombas a una Europa en busca de la consolidación de su unión como el país de las patrias, como la llamaba de Gaulle.

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