miércoles, 6 de mayo de 2009

¿ QUIEN ES EL NUEVO ALBERTO LLERAS?

POR: RAUL PACHECO BLANCO.

La historia es cíclica y se repite con frecuencia. Desde que apareció la Decadencia de Occidente de Oswaldo Spengler, se empezó a creer que evidentemente había periodos que se repetían, casi monótonamente.
Y que la existencia de las culturas estaban guiadas por un tiempo casi medido por un reloj de arena. Debiendo pasar por periodos de nacimiento, crecimiento, esplendor y luego la decadencia, obedeciendo a criterios biológicos.
Con los gobiernos suele ocurrir lo mismo. Llegan en un momento dado, resultan imprescindibles para la coyuntura, se desarrollan, crecen y terminan languideciendo.
Eso le ha sucedido a Alvaro Uribe.
Como le sucedió en su época a Gustavo Rojas Pinilla. Recibido con alborozo en un l3 de junio, se fue desgastando a tal punto que entró en picada y cayó.
En esa época yo era estudiante de el Colegio Santander repitiendo sexto año, porque los jesuitas me habían rajado en religión con uno con tres, según las notas que aún conservo. El rector, don Héctor Santander, se había ido a la tienda más cercana a tomarse sus aguardientes antes de llegar al colegio. Con sus aguardientes encima se subió a la tribuna, que era el segundo piso del colegio y desde allí empezó a arengarnos , alegando que se había roto la legalidad, con un golpe de estado.
El pobre hombre estaba siendo leal con su jefe Laureano Gómez, que a esa hora estaba montado en un avión de Avianca, con rumbo a Madrid al lado del general Franco.
En Bogotá la gente corría en sus carros alborozada haciendo sonar las bocinas y se arremolinaba para darle la bienvenida al nuevo salvador de Colombia : el general Rojas Pinilla.
Por la noche, don Roberto García Peña le llevaría una serenata a su casa y allí entonaría boleros junto al balcón del general, mientras había una luna llena en esa Bogotá fría de la noche.
Los regalos para el general llovieron. Lo enriquecieron dándole tierras, ganado, vajillas de plata, y cuanta cosa se le ocurría a la gente . Luego los ingresos se enderezaron por el lado de la nena y de Moreno Díaz, quienes fueron los encargados de consolidar el patrimonio familiar que hoy les permite hacer política.
Pero esos buenos tiempos fueron pasando. Empezó estrecharse el circulo de poder, se agudizaron los conflictos y vinieron las primeras reacciones en su contra.
Los estudiante empezamos a levantarnos, Crispin Villazón de Armas en la Nacional al lado de Murgas, Jorge Uribe Botero en la Javeriana, Jorge Perico Cárdenas y yo en el Externado, Diego Uribe Vargas en el Rosario, el potecito Charry Samper y mucha gente más.
Vino la muerte de los estudiantes, cuando cayó mi primo Jaime Pacheco Mora y otros cuantos que se volvieron próceres .
Los curas se elevaron en sus púlpitos como un cura dominico, Fray Severo Velásquez, desde el templo de la Porciúncula, los industriales se levantaron mientras ya habían cerrado los diarios El Tiempo, El Espectador, El Siglo, y el diario oficial dirigido por Mosquera Garcés se le vendía a los empleados a juro, las víctimas aparecían hasta en la plaza de toros de la Santamaría, en fin.
En una madrugada de mayo la Junta Militar de gobierno se instalaba en el palacio, mientras Rojas Pinilla salía hacia el exilio. Igual al caso de Laureano Gómez.
Ahora Alvaro Uribe empieza a languidecer. Ya no con la arbitrariedad de Rojas Pinilla, porque a los grandes diarios no les ha tocado un pelo, pero si bajo una legalidad ilícita, impuesta con una burda habilidad con la Yidis política, una recolección de fondos para el referendo cuestionada, una venta de cargos públicos ofrecidos por los impulsadores de la campaña, ilícitos por aquí e ilícitos por allá. Siempre envueltos bajo el manto de la legalidad. Unos hijos del ejecutivo que al mejor estilo de los López se adueñaron de grandes extensiones de tierra para hacerlas valorizar, luego loteándolas, bajo el embrujo de una zona franca sacada adelante por Ministros acuciosos y un alcalde complaciente y negociante , que también estaba envuelto en los hechos.
Pero hace falta el nuevo Alberto Lleras que entre a encarnar la figura de relevo. Desgraciadamente no aparece. Pero tiene que aparecer.
Porque en la época del general, se iba perfilando como candidato presidencial Guillermo León Valencia, pero Laureano Gómez terció a favor de Alberto Lleras, quien había venido trabajando con él alrededor de los pactos de Benidorm y de Sitches y resultaba la persona indicada por su ascendiente sobre el partido liberal que en ese momento era el mayoritario.
Además se había ganado en limpia lid ser el vocero del movimiento, porque era uno de sus creadores.
¿Pero quien es el nuevo Lleras? . Su descendiente Vargas Lleras?. César Gaviria, Carlos Gaviria, Noemí Sanín, Juan Camilo Restrepo, Rafael Pardo?.
Eso merece un capitulo aparte para analizar las posibilidades de cada uno de ellos.

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