sábado, 2 de abril de 2011

DE HEYNE MOGOLLON A BOCANEGRA.

POR: RAUL PACHECO BLANCO.

Heyne Mogollón pasó a la historia . De eso no cabe duda . ¿ Pero cómo pasó?. De la peor manera. Es decir, entró por la puerta de atrás a la historia, que es para los que no saben entrar por la puerta grande, la de adelante. Le correspondió un caso que había podido convertirlo en un personaje fuerte. O para un liderazgo de significación. Pero no existía sujeto. Tan es así , que pasado el escándalo, se retiró y se fue a vivir al ostracismo, rodeado de una culpa que lo escuece como a los personajes trágicos de Dostowiesky. Se hundió en el olvido. De ahí no lo saca nadie. Y desempeñó su papel como si el personaje que se iba a crear, ya estuviera hecho. Existía el modelo preciso. Como ese otro personaje de Dostowiesky, el eterno marido, a quien le cayó en suerte ser un marido irrelevante, gris, que no hallaba su individualidad sino en el status de marido. Pero ese eterno marido ya latía en el alma del personaje, solo faltaba que ocurriera el hecho que lo sacara a flote y empezara a actuar, de acuerdo ya con roles preestablecidos. En el caso de Heyne Mogollón , no pudo haberse escogido mejor ente , como dicen los filósofos, que él. En primer lugar le colocaron unas gafas oscuras que no le permitían ver las líneas maestras de los hechos ocurridos. Luego lo rodearon de auxilios para su región, que por más casta que fuera no se atrevió a rechazar. Los medios de comunicación entraron a colocarlo en los altares a donde solo llegan los escogidos. Si hubiera habido un título nobiliario el presidente Ernesto Samper se lo hubiera dado y tendríamos un nuevo Lord . Para esos años no había en bodega más ejemplares de la Cruz de Boyacá y por ´eso no se la dieron. De lo contrario estaría su pecho blasonado por semejante presea. Ahora la historia vuelve a repetirse, pero con distintos personajes. Ya no es el ex presidente Samper, sino el ex presidente Uribe, el que está en la comisión de acusaciones de la Cámara, para responder por las “chuzadas”. Y no es Heyne Mogollón, sino Alfredo Bocanegra, un tolimense de racamandaca, según él, que no le tiembla la voz ni el pulso para enfrentarse a Alvaro Uribe como su juez. Uribe ya no le puede ofrecer auxilios, porque ya no está en el poder. Los medios están detrás de Bocanegra, pero no como el personaje que fue Mogollón, sino con un celo implacable para cobrarle todos los desaciertos. El país ya ha hecho ese curso y mira escéptico y vigilante lo que pueda ocurrir. Pero espera que ojalá ahora sí se haga justicia y quiere brindarle una oportunidad al parlamentario, para que éste sí entre a la historia, pero por la puerta grande. Y no por la de atrás, como Heyne Mogollón.P.D. Me uno a las felicitaciones de los doctores Alberto Franco Silva. Antonio Báez y Raymond Saibi por la distinción de que han sido objeto.

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