sábado, 9 de abril de 2011
ADIOS GAITAN .
POR: RAUL PACHECO BLANCO.
Tal vez nunca el país se había sentido tan lejos de Gaitán como en este nuevo aniversario de su muerte. Y a medida que el tiempo ha venido avanzando, es mayor la distancia, a tal punto que hoy ya no se notan sus huellas. Pero el liberalismo ganó muchas elecciones con su nombre. Fue el recurso en los debates parlamentarios, en los discursos de plaza pública, en los editoriales de los periódicos, en los comentarios de café. Todo eso se ha diluido en el tiempo, se lo ha tragado la historia. El último vestigio que se sintió fue en las tres últimas salidas de Horacio Serpa , que como el viejo caballero andante se echó a sus espaldas la ya diluida silueta del caudillo y quedó abatido en todas las campañas. Fue el verdadero entierro de Gaitán. Porque Gaitán no murió el 9 de abril de 1.948, sino en los comienzos del siglo XXI. Hasta ahí alcanzó el mito. Ya no cuenta con la fuerza suficiente como para seguir incidiendo en la historia. Esa carga emotiva hasta ahí llegó. ¿ Quien se atreve a salir a la palestra a imitarlo en sus gestos, en su vibrato en las plazas públicas o en su pensamiento político?. Ni siquiera Ernesto Samper se atreve ya, pues el nuevo mito para él es la socialdemocracia, que mutatis mutandis fue la plataforma ideológica que dejó Gaitán como testamento político. Pero lo uno tiene presentación todavía, pero lo otro no.
Y eso que la social democracia hoy es alineada en la derecha y no en la izquierda. Y precisamente el término de “mamerto” fue acuñado por los comunistas para referirse a los social demócratas que se acomodaban al capitalismo y tocaban a sus puertasl para que les abrieran el portón. Cómo pasan los ríos de la historia, Cuantas cosas se llevan en sus aguas para ir entrando al mar del olvido. ¡ Hoy Gaitán debe sentirse más solo que nunca.!
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