Sábado, 29 de Enero de 2011 17:29
Editorial
El doctor Raúl Pacheco Blanco, formado en los mejores centros académicos del país, hazañoso líder del partido conservador, profesor universitario, ex parlamentario brillante y fogoso tribuno de la colectividad, ha dicho en su muy leída columna del diario Vanguardia Liberal, que se siente avergonzado por la crisis del conservatismo santandereano, atribuida según su pluma, al comportamiento de quienes lo representaron en el parlamento, a las medianías intelectuales de quienes lo manejan, al fracaso de una clase emergente que enterró su doctrina, que acabó con los ideales del pueblo y que está llamado a desaparecer, porque los viejos jefes – que eran irremplazables - se marcharon para la eternidad y no dejaron líderes que tuvieran el merecimiento de defender sus ideales.
En su agresiva nota de la víspera lanza guijarros contra todo el mundo; contra los parlamentarios que cayeron en desgracia, contra la inexistencia, - según sus palabras -, de una jerarquía que promueva su doctrina, que estimule el crecimiento de sus bancadas en los concejos municipales y en la asamblea del departamento, ignorando que su partido conservador controla casi la mitad de las alcaldías de Santander, aunque ese mismo resultado no se haya visto reflejado en la pasada elección de congresistas, porque otras fuerzas que actúan en el escenario regional, movieron grandes recursos económicos para obtener un mayor número de curules en el parlamento.
En el departamento de Santander el partido conservador colombiano tiene reconocido prestigio. Lo hacen unos peones de la política que recorren los pueblos organizando y asesorando sesenta y siete directorios municipales, elegidos mediante consulta popular, por el voto de los ciudadanos. En sus cuadros directivos tienen abundante participación los jóvenes y las mujeres, como corresponde a uno de los partidos políticos mas modernos del mundo.
No nos extrañan las críticas que el doctor Pacheco le hace al diario EL FRENTE, que en medio de la competencia desleal promovida por la prensa liberal para la cual escribe, ha logrado sobrevivir a todas las tormentas y ha conquistado un espacio nacional, que nunca antes había podido conseguir, muy a pesar de quienes se empeñan en mantener el monopolio de la comunicación impresa en Santander.
Es curioso que ciertas élites, que se ufanan de pertenecer al partido conservador, desdeñen de todos los valores que este partido político pueda tener en la nómina de parlamentarios, alcaldes, diputados y concejales. Por razones de conveniencia, el escritor se abstiene de reconocer que gran parte de sus correligionarios se prestaron durante el pasado debate electoral para venderle el alma al diablo, sufragando por candidatos al Senado de otros departamentos. Veinticinco mil conservadores santandereanos sufragaron por aspirantes de otras regiones de la patria, muchos de ellos porque sus jefes locales negociaron desvergonzadamente sus votos.
Es cierto que el partido conservador de Santander ha sufrido un serio revés con la pérdida de dos curules al senado y una curul a la Cámara de Representantes, como consecuencia de la compra de conciencias que se dio en el debate electoral de marzo. Pero hubo noventa mil votos al Senado y noventa y dos mil votos a la Cámara de Representantes. La chequera de los jefes de otras colectividades, que compraron la conciencia de muchos concejales en el departamento, provocó el desastre. Fue una especie de coluvión al interior del partido conservador, que comenzó con la tormenta de los antiguos usufructuarios de la Casa Conservadora, que debe ponerse al servicio de la colectividad.
Ojalá que el doctor Raúl Pacheco Blanco, en vez de descalificar a su partido y a quienes creemos en su doctrina – porque las ideas conservadoras gobiernan el mundo - , se ocupe de realizar el acompañamiento que como jefe natural de esta colectividad, estamos esperando. Para las elecciones regionales de octubre se verán sorpresas, producto del trabajo de esa clase dirigente menuda, que Pacheco Blanco ha descalificado injustamente en sus comentarios para la prensa liberal. ¿Qué dirán a todas estas los jóvenes de los directorios municipales que miran en el profesor de derecho, en el académico, en el prestigioso escritor, la oportunidad de encontrar una orientación y una luz en medio de las tinieblas?.
sábado, 12 de febrero de 2011
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