POR: RAUL PACHECO BLANCO.
Ya se está completando la baraja para el juego de la gobernación. Faltaba el uribismo y ya ha jugado sus cartas : Fernando Marín para la gobernación y Marta Pinto de De Hart, para la alcaldía. Esta tendencia empezaba a cuajar cuando el ex presidente se hizo presente en Bucaramanga, para realizar uno de sus talleres democráticos. Ahí demostró que mantiene a su alrededor a sus ministros, quienes no se han ido para otras toldas y que ya sin gobierno, se comportan con Uribe como si todavía fuera presidente. Eso dice bien de la ascendencia de Uribe como jefe de su partido, Generalmente cuando un presidente sale de Palacio , sus ministros empiezan a buscar destino en otra parte . Esto no se ha dado aquí. ¿ Qué juego tienen los candidatos escogidos? . Mucho : Marín, aunque no despierta mayor entusiasmo, sin embargo es bien recibido, cuenta con la aureola del industrial exitoso y con los votos que deja el coronel Aguilar y el de los conservadores, que eso ya es bastante. En esa forma, se equilibran las cargas con el candidato de Serpa, Moreno Galvis o Cote Peña, dos buenos candidatos. El prestigio del coronel en la provincia, si se produce con éxito el endoso del electorado, sumado a los votos de la clase dirigente santandereana, sobre todo del sector económico, le dan una solvencia económica y política de mucha relevancia. Pero desde luego el gobernador lleva la ventaja pues cuenta con un equipo de alcaldes, que si bien son elegidos popularmente, cuando llegan a sus cargos se dan cuenta de que sin el gobernador no se pueden mover y echan mano de él. Así que entre ellos se establece una colaboración que termina en seguimiento. La fuerza del liberalismo por otra parte es innegable y lo demostró con la elección de Serpa. La lucha pues, enfrenta la maquinaria gubernamental y el prestigio de Serpa contra una clase dirigente empresarial y dos partidos apoyándolo, el uribismo de la U y el conservatismo. En la alcaldía si es carta segura de triunfo la propuesta alrededor de Marta Pinto de De Hart, pues su calidad de ex ministra y de alta funcionaria del estado, es garantía de una buena administración. También cuenta con apoyo corporativo de los empresarios y del partido uribista, sumado al conservatismo. Es una carta ganadora, pero como todo, necesita ser bien manejada para limar algunas asperezas con las clases populares. Sería una alcaldía de lujo y barrería a los actuales aspirantes a la alcaldía. Esto desde luego, visto sobre el papel.
viernes, 25 de febrero de 2011
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