POR: RAUL PACHECO BLANCO:
El cargo de vicepresidente siempre ha sido crucial. Sobre todo en el siglo XIX se agudizó el problema, por cuanto casi siempre el vicepresidente iba tras de la presidencia en el primer recodo del camino. Dígalo sino Sanclemente cuando sufrió la arremetida constante de Marroquin, quien termino sacándolo de palacio por golpe de estado. De ahí que en siglo XX se hiciera borrón y cuenta nueva y se creara el Designado , que debía ser la expresión fiel del presidente, a quien no lo perturbara un mal pensamiento. Pero en la constitución del 91 se volvió a la institución. ¿ Ha sido buena?. Miremos : el primer vicepresidente fue Humberto de la Calle Lombana, quien desde un principio no fue bien visto por el presidente Samper y sobre todo, no había ninguna clase de empatía entre las señoras. De la Calle no conspiró, pero si tenía que taparse las narices cada vez que lo invitaban a reuniones heterodoxas. Hasta que se rompió el lazo y Samper prescindió de De la Calle y llamó a Carlos Lemos. Esa primera experiencia pues, fue traumática y era el debut. Luego vendría el costeño Gustavo Adolfo Bell en la presidencia de Pastrana y pasaría en la forma más discreta posible. Nunca se dijo nada de él. Ni en bien ni en mal. Y Pacho Santos a quien le admiraban su indiscreción de periodista, fue el más discreto funcionario y el más leal colaborador del presidente. Claro que tuvo sus escachadas, pero de ahí a que hubiera suscitado un conflicto internacional, como muchos lo pronosticaban, hay mucho trecho. Ahora viene Angelino Garzón y las cosas vuelven a ponerse color de hormiga. Es un vicepresidente deliberante, presente, atento. Metió baza en lo del salario mínimo abogando por la clase trabajadora, da declaraciones como si fuera la sucursal del gobierno. No sabemos si esto es calculado por el mismo presidente para que le mejore la imagen por los sectores de izquierda , o que se le está empezando a salir de las manos al presidente. Es tal la injerencia y tal el protagonismo, que ya algunos empiezan a creer que está tallando desde allí una candidatura presidencial. Tanto, que si antes la señal de predestinación para ser presidente la daba la embajada en Washington y luego la Alcaldía de Bogotá, ahora se vuelve a mirar hacia la vicepresidencia. ¿ Qué dirá Vargas Lleras?.
domingo, 13 de febrero de 2011
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