lunes, 3 de noviembre de 2014

PRESIDENCIALISMO MIXTO O DE DOBLE ELECCION


POR: RAÚL  PACHECO  BLANCO.

 

Un gobierno siempre busca, por encima de todo, una legitimidad. Por eso el sistema parlamentario pone en práctica una legitimidad al minuto con la moción  de censura, por medio de la cual puede derribar al primer ministro, cuando pierda el apoyo del parlamento y desde luego, cuando la opinión pública se manifieste de alguna forma . El sistema presidencial en cambio, maneja una legitimidad extendida, como un  chicle, pues no contempla la moción de censura y así, por más de que pierda favorabilidad y su prestigio se encuentre en cero, no puede ser derribado por el parlamento. Pero eso le da un margen de permanencia que le garantiza ponerse al día en  su obra de gobierno. Cuando existe vicepresidente, el presidente se da el lujo de escogerlo y le impone prácticamente al electorado su candidato, que así  salga de una convención o de una consulta popular, generalmente la decisión es tomada de antemano por él, pues es el jefe del partido y por lo tanto con capacidad de mando para tomar una decisión como ésta.

De ahí que la propuesta consista en darle una mayor legitimidad al presidente para que nombre como vicepresidente al candidato que obtuviere la segunda mejor votación, pero no al vicepresidente de la dupla, sino al que figura como candidato a presidente. En esta forma, entra al gobierno el partido o movimientos que obtengan la mejor votación luego de la ganadora. Aquí sería el pueblo el que directamente escogería a su vicepresidente, sin que exista la imposición de un  vicepresidente por parte de quien lo haya propuesto, promovido y sacado adelante, bien sea en la convención de su partido o por consulta popular. Ahora, si por algún motivo el candidato que saca la segunda votación no quiere incorporarse al gobierno, bien puede dejar el campo libre para el siguiente candidato que le siguiere en votos e  irse a la oposición.

La fórmula presidencial compuesta se prestaba para articular  el bipartidismo, pero vemos que hoy en día el bipartidismo no se da y, antes por  el contrario, se impone una amplia gama de partidos y de movimientos políticos. Luego para esta nueva sociedad política le va mejor este modelo, pues en el primero el que ganara se iba al gobierno y el que perdiera se iba a la oposición. Ahora se imponen las coaliciones y de ahí que este nuevo sistema de presidencialismo de doble elección, para llamarlo de alguna manera, refleja mejor la realidad política que vivimos. Miremos no más el mapa colombiano en sus últimos gobiernos y los diferentes partidos no quieren irse a la oposición, sino quedar dentro del gobierno. Este es el caso del actual gobierno del presidente Santos.

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