POR: RAUL PACHECO
BLANCO.
Lo primero que llama la atención en Patric Modiano, premio
Nobel 2014 es su originalidad. Para
contarnos lo sucedido en la Francia ocupada
por los alemanes en la segunda guerra mundial, lo hace desde adentro, metiéndose en el pellejo de los mismos protagonistas, tratando
de hallar la verdad novelística, aquella que tiene que ver con las fibras
humanas, con la experiencia en profundidad . Y deja de lado la descripción. Al
paso de las páginas no queda nada de los lugares, de los sitios en donde se
realiza la acción. Eso permite que el tiempo se acorte, que se aligeren los
sucesos. Allí no se encuentra bala
perdida. Todo apunta a un objetivo concreto. Por eso los personajes son como sombras que deambularan
y que de pronto intervienen y luego desaparecen. Es decir, no existe continuidad en la acción.
La narración de tipo cinematográfico no
se da, pues el cuadro que pinta Modiano lo hace a la manera de los impresionistas,
con pinceladas discontinuas, creando una nueva realidad en donde entra la atmósfera a formar parte del paisaje. Otra de las
características de Modiano es la prescindencia de las escenas. La escena, que
fue el gran descubrimiento de la novela del siglo XX, en donde se tiene
oportunidad de captar una realidad fotográfica, por medio de la creación de
elementos, paisaje, personajes y diálogos, no se da. El espacio-tiempo se
achica.
Modiano prescinde del marco histórico en que se desenvuelve
la novela, para concretarse en el impacto en la vida cotidiana de los
personajes que vivieron por esa época, sobre todo, en cuanto al problema judío
que desató toda una hecatombe durante el gobernó del nazismo y en la ocupación
de Francia . Y desde luego, Modiano desnuda muchas de sus experiencias y de
su vida íntima cuando las escribe, que fue a la edad de los veinte años,
en decir, en plena juventud . Y lo hace con gracia cuando nos cuenta de la venta de libros viejos con dedicatorias
de los autores que el personaje falsificaba. Y la figura del padre, quien aparece
intermitentemente, como en hallazgo y en fuga y hasta lo pone a intentar un
filicidio. Lo cierto es que uno se va adelante, embobado en la magia de la
narración, hasta que termina la novela, en este caso, las tres novelas de la
ocupación.
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