viernes, 1 de junio de 2012

¿ QUÉ HACEMOS CON EL VICEPRESIDENTE?.

POR: RAUL PACHECO BLANCO. Esta pregunta se la debió hacer muchas veces el señor Sanclemente en el siglo XIX, lo mismo que Miguel Antonio Caro, luego de que éste escogiera al señor Marroquín para la vicepresidencia , con el objeto de conservar el poder por mano ajena, con la misma intención con que el presidente Uribe escogió a Juan Manuel Santos . Ahora Santos no sabe qué hacer con Angelino Garzón, quien no solamente tiene ambiciones personales, sino también de grupo, a juzgar por las ilusiones que se hacen los uribistas de que sea la formula presidencial de Uribe para llegar al poder por la puerta de al lado de la vicepresidencia. Y se pregunta uno, ¿ qué sentido tiene escoger un vicepresidente si éste no se va a conformar con el cargo, sino que apenas lo tiene como trampolín para llegar a una posición de nivel internacional o para seguir tallándole a la presidencia?. Tradicionalmente los presidentes al escoger vicepresidente, se echaban un enemigo al hombro, pues tarde o temprano llegaría la oportunidad para que sacara las uñas y se hiciera al cargo que el presidente desempeñaba. No obstante esta experiencia los constituyentes del 91 creyeron que eso se presentaba en el siglo XIX, pero que en el XX y en el XXI eso no se daría. Y fíjense lo que sucedió . Ernesto Samper pasó las verdes y las maduras con su vicepresidente De la Calle Lombana, quien siempre le amargó el rato, con el agravante de que la pelea de fondo se dio entre las señoras, pero que llegó en todo caso, a hacer inviable el binomio. De La Calle tuvo que salir y entró Carlos Lemos, a quien Samper le pagó el favor de haberle aceptado, con la “paloma” de una semana, para poder ajustar su pensión de jubilación. Así pues, Samper fue el creador del carrusel de las pensiones. Uribe si se curó en salud, porque escogió a alguien que no padecía de la goma del poder y lo podría contentar con ese solo caramelo. Ahora no hallan donde poner a Angelino Garzón, después de haber gastado un dineral para la campaña de la OIT. El presidente no le tiene ni cinco de confianza y el expresidente Uribe sueña con que le sirva de ariete contra las puertas duras de Palacio. Y si Angelino termina de candidato presidencial del uribismo, se encuentra con la prohibición constitucional de serlo , si el presidente Santos se lanza a la reelección. Y ya vimos que el hombre padece de una incontinencia verbal, matizada apenas ante la perspectiva de la OIT que lo hizo callar por estos meses de campaña. ¿ Cómo será de aquí en adelante?. Es un lio mayúsculo para el presidente, quien debe estar pensando en acordar la reforma de la constitución para acabar con la vicepresidencia, así sea como un mico dentro de la reforma de la justicia en que se liquida el Consejo Superior de la Judicatura. Mientras existió la figura del primer designado, nunca hubo problemas y los presidentes podían estar tranquilos. Ahora solo genera angustia. Otros comentarios: raulpachecoblanco.blogspot.com. .

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