viernes, 8 de junio de 2012

DE MAL EN PEOR.

POR: RAUL PACHECO BLANCO. En el gobierno de Horacio Serpa Uribe el conservatismo estaba mal. Ahora con el gobernador Aguilar está peor. En esa primera administración , el gobernador se dedicó a construir su propio pedestal, buscando premios por aquí y por allá sobre las bellezas que estaban ocurriendo, las cuales tarde o temprano se verían. Hasta el momento, no las hemos visto y todo parece indicar que solo eran humo y paja. ¿ Qué carretera, qué monumento u obra que fomentara el empleo y que le diera aliento al turismo, por ejemplo, se ha visto?. Y de otra parte en materia política se dedicó a gobernar para su propio partido, con su propia gente, con sus amigos de siempre. Y quiso sacar adelante la candidatura de su pupilo , cometido que no pudo cumplir no obstante la enorme experiencia acumulada durante su larga vida política. El conservatismo de Santander fue algo extraño para él. No le dio ni un vaso de agua, o con agua. Ni una secretaría , ni una gerencia. Y le ganó la partida el coronel Aguilar desde la cárcel e impuso a su hijo en la gobernación. Tenemos por lo tanto, un gobierno nacido en la Picota . El pobre partido conservador que vino a dividirse se fue con el actual gobernador en su gran minoría y la mayoría con Fernando Cote. Ganó la minoría y sobre todo, Jairo Jaimes, quien era el director del partido en Santander , mientras que el nuevo directorio nombrado por las directivas nacionales, perdía con Cote. Eso dio pie para que el doctor Aguilar le diera como cuota de gobierno al partido conservador, el modesto cargo de secretario general de la gobernación, precisamente a quien se había sacrificado en aras de su candidatura cuando las elecciones. Y ahí paró la cosa. Por tanto, el partido conservador no forma parte del actual gobierno y la administración avanza bajo la égida de esa fuerza del coronel Aguilar que se incrustó en el electorado de provincia y que le ha dado buenos resultados. En esas condiciones, al conservatismo no le queda otro remedio que irse a la oposición . ¿ Qué se hizo la Asamblea Departamental, se pregunta también uno, cuando no escucha ni un suave murmullo sobre las labores que desempeña, cuando no realiza una tarea de fiscalización, ni jalona las cosas, ni tira al gobierno? Nada. Por eso los diputados y concejales conservadores deben estar en la oposición, porque esa es la dinámica de la política, porque es un imperativo de las circunstancias y sobre todo, en un juego de los partidos. Se nos olvida que estamos en una democracia y que si un partido está en el gobierno, el otro o los otros deben estar en la oposición. Una cosa es la política nacional y otra la política de provincia, sujeta esta a sus propias motivaciones. Si la política nacional se desenvuelve en un plano de coaliciones, en la departamental no ocurre lo propio. Aquí en Santander está en el gobierno el Pin, o sea el partido del coronel Aguilar y del senador Gil, quien acaba de salir de la cárcel y aquel en cambio, acaba de entrar. Luego la política en Santander se maneja por la luz entrecortada que dan las varillas de hierro de la cárcel.

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