sábado, 16 de junio de 2012

HOLLANDE Y SUS DOS MUJERES.

POR : RAUL PACHECO BLANCO. Para algunos periodistas a Francois Hollande le cambió la vida cuando se ennovió con Valerie Trierweiler , pues hasta ese momento no había pasado de ser un simple secretario del socialismo, ayudante si de los grandes como Mitterand, pero sin el carisma suficiente como para brillar por luz propia. Al entrar en escena Valerie, le cambió la vida. Esta lo encausó, lo encuadró de tal manera, que sus resultados se vinieron a dar en muy corto tiempo. Por una parte le dijo que dejara la pendejada de sus chistes a todas horas, que cogiera juicio y tomara la prestancia de un estadista, que cambiara de anteojos y se colocara unos más modernos. En fin, lo modelo o remodeló. Y para colmo de la suerte y por el hecho de estar en la mira de los dioses, apareció Nafissatou Diallo, la africana que le hizo sudar sábanas a Srtrauss Kanh, el seguro candidato del socialismo a la presidencia de Francia, alborotando el cotarro ante la descripción descarnada de aquella , quien insistía en la violación y no en una relación consentida. Lo cierto fue que la candidatura a la presidencia, lo mismo que la carrera política de Strauss Kanh se vinieron al suelo. Y quien estaba en la fila, en un puesto emergente, se vio metido dentro de las cámaras y la luz lo hizo aparecer como el grande del socialismo para acceder al poder. Y Valerie ya lo tenía , por otra parte, reacomodado en una personalidad más atrayente, simulando el carisma, dispuesto a conquistar al electorado. Y lo logró. Hollande fue elegido presidente. Pero no todo fue felicidad y gloria, porque el pasado no perdona y un conflicto amoroso , que parece no definirse aún, lo tiene amarrado de por vida a Segolén Royal, la antigua candidata socialista derrotada por Sarkosy y de la cual se divorció. Pero quedaron los hijos de ambos y eso amarra de por vida. Al no tener más alternativa para seguir viva en la política, Segolén Royal decidió lanzarse al Congreso por el socialismo, ya que no le funcionó la primera candidatura y ni siquiera llegó a la segunda, cuando fue escogido Hollande. Y Valerie ni corta ni perezosa aprovechó la primera oportunidad que tuvo para hacerse sentir en política, escribiendo un twid en internet para apoyar al candidato socialista que le disputaba la curul a Segolene, la antigua mujer de Hollande. Y se armó la grande. Porque a su vez, Hollande le había dado todo su apoyo a Segolene , lo cual indicaba una división en el propio palacio presidencial. El presidente iba por un lado y la primera dama por otro. Algo parecido a lo sucedido en Colombia, cuando el presidente va por un lado y, ya no la primera dama, sino el vicepresidente, va por la otra. El cotarro político en Francia está alborotado, los de derecha están felices con el impasse y los de izquierda se muestran fastidiados por la falta de cordura de la primera dama,. Lo grave es que solo esto es el comienzo, porque Valerie se las trae : es una mujer bella, inteligente, de mucha personalidad, periodista además, con vasta audiencia . Por lo tanto, al calor de estos acontecimientos irá a surgir el gusto o regusto por la política, que ya se insinuaba cuando se acercó , por lo menos sentimentalmente a Hollande y por su profesión de periodista.

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