sábado, 26 de mayo de 2012

EL BOLIVAR BRASILEÑO.

POR: RAUL PACHECO BLANCO. Ahorrarle a un país una guerra de independencia, ya es mucho decir. Y esto sucedió con Pedro I de Brasil, quien llegó de nueve años a Rio de Janeiro, cuando su padre Juan VI de Portugal se embarcó con sus naves desde Lisboa para sacarle el cuerpo a la invasión napoleónica. Prácticamente acorralado por el destino se batió como un tigre cuando llegó ha convertirse en el emperador, pasando por diferentes fases, pues la primera fue dentro del esquema absolutista y luego, haciendo alarde de sus ideas liberales, al aceptar el constitucionalismo inscribió a Brasil como uno de los países monárquicos, pero de democracia constitucional. Cuando Bolívar y San Martin se batían con sus ejércitos para lograr la independencia, Pedro lo hizo dentro de la casa, sin el enfrentamiento entre portugueses y brasileños, como en el caso de España con sus colonias. Y se dejó llevar del pueblo por el cauce de la historia , destronando los poderes absolutos e instaurando un régimen constitucional. Se dio el lujo pues, de interpretar el deseo de su gente, cosa que no supo interpretar del lado español Fernando VII y de ahí que el imperio se le saliera de las manos, cuando Pedro lograba que el imperio portugués se conservara a través de la monarquía constitucional. Y también se dio el lujo de organizar un país, le hizo la constitución, así como Bolívar, sacando de la manga unas instituciones que no tenían el cultivo de Bolívar que fue un estudioso, pero sí el pragmatismo de Pedro para darse poder.. Logró institucionalizar el país y darle unas bases firmes. Preparó a su hijo Pedro II, quien se mantuvo luego durante más de cincuenta años en el trono, para tener el tiempo suficiente de sacar a Brasil adelante. Esas pueden ser una de las razones por las cuales Brasil se ha convertido en la primera potencia de latinoamérica y uno de los países emergentes a nivel mundial, dentro del nuevo esquema de poder.
Todo esto se desenvuelve en la novela de Javier Moro, el novelista español, titulada “El Imperio eres Tu” . Se trata pues, de una novela histórica, cuyos personajes son la historia misma y el mérito del novelista consiste en lograr el “tempo” histórico, recrear los personajes y darnos una visión muy totalizada de los hechos. Su narración es lineal, sin tecnicismos literarios, tratando de llevar la narración , como si se tratara de un texto de historia, pero con la libertad suficiente para meterse dentro de los personajes y lograr un dibujo muy completo de su personalidad. Así que Pedro I queda allí de cuerpo entero, con su libido desbordante, tanto la sexual, como la del poder, que abarcara el universo femenino en toda clase de matices, lo mismo que el universo de dos países en momentos cruciales de su historia. Moro le dio plena validez a la trama histórica y no se mete con la ficción, ni tampoco se va de paseo, sino que se va al fondo en la recreación de esa historia, en este caso, de la independencia de Brasil y de la tarea, también histórica de Pedro I. La narración es cautivante y adquiere todo los perfiles de la novela, con su suspenso, con la aparición de los personajes, con los trazos del mundo de la época, en fin. Se lee con deleite y sobre todo con provecho, porque se termina aprendiendo historia y sobre todo, conociendo cómo fue el inicio de ese Brasil que ahora es un país de mostrar.

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