sábado, 25 de abril de 2009

DEL ELEFANTE AL CAMELLO:

POR: RAUL PACHECO BLANCO:

Si algo le hizo daño al partido liberal y al país en general, fue la presidencia de Ernesto Samper. Se relajaron sus resortes éticos y se proyectó una imagen hacia fuera que le valió un gran desprestigio internacional. El cardenal Rubiano hizo célebre por esos días la figura del elefante, para significar que cuando a uno se le entra a la casa un elefante, es imposible no verlo . Esto para referirse al expresidentes Samper, quien alegaba su inocencia y agregaba que en caso de haber ocurrido había sido a sus espaldas.
Los caricaturistas de la época se dieron gusto con la imagen del elefante, que por cierto tiene cierta prosapia, pues representa el símbolo del partido republicano en Estados Unidos, mientras que el burro es la insignia del partido demócrata. Ahora, en el gobierno de Uribe, lo que ocurre con la opinión publica es que le tocó arrastrar un camello . El animal que en épocas bien remotas era preferido por los comerciantes de incienso para llevar su mercancía por el desierto . Pero de muy difícil sostenimiento, pues come demasiado y excede su capacidad de consumo , a tal punto, que le sobra para almacenar existencias en la joroba doble que lo caracteriza. Precisamente en las malas épocas, echa mano de esas reservas para autoabastecerse, lo que le permite atravesar grandes distancias sin que se le tenga que alimentar, pues él dispone de lo almacenado en sus propias bodegas, . Entonces, la joroba se le convierte en una vejiga flácida que ya sin cuerpo, rueda por los lomos como si fuera un cordón umbilical sin cortar, pero que vuelve luego a encresparse, cuando la alimentación se normaliza.
Ese camello lo componen los siguientes hechos, que hay que cargar en las espaldas como un karma: 1 ). La cercanía de José Obdulio Gaviria, el ideólogo visible del uribismo con el capo de capos, Pablo Escobar Gaviria., por vínculos indestructibles de sangre y de comunicación. 2) El mal sabor que dejó el doctor Fernando Londoño Hoyos, como ministro de gobierno, cuando había defraudado a la nación, con una avivatada, haciéndose pasar como trabajador de una empresa, cuando no lo era, para poder adjudicarse unas acciones, que entre otras cosas no eran para él, sino para una empresa panameña. Lío del cual todavía no ha salido. Y en buena hora fue retirado de la nomina oficial, pero hizo el daño correspondiente. 3) La relación tan cercana del presidente Uribe y su familia, con los grupos paramilitares, a los cuales tuvo que poner en cintura cuando ya llegaron a excesos que no tienen nombre. 4 ) El caso de la Yidis política, que no tiene presentación alguna, porque eso sería como tratar de demostrar que el circulo es cuadrado. No se puede concebir un delito de cohecho , que esencialmente exige la presencia de dos partes, en que una resulte condenada y la otra absuelta , como fue el caso de los exministros Pretelt de la Vega y Palacio.
El argumento de la diferente cuerda judicial para adelantar los procesos, no sirve de excusa. 5 ) La presencia del ministro del interior Fabio Valencia Cossio en el gobierno, cuando a su hermano se le ha demostrado una participación delictiva que lo tiene bajo investigación y bajo rejas. 6) Las irregularidades que ha venido cometiendo el promotor del referendo, doctor Giraldo, al no poder explicar satisfactoriamente el origen de los dineros que se inyectaron a la campaña por la recolección de firmas del referendo. 7) La posible participación de David Murcia Guzmán en la financiación del referendo, con platas espúreas.
8) Los falsos positivos que hacen horrorizar a la comunidad internacional y que no tenía antecedentes. 9) Y ahora la rediviva imagen de los hijos del ejecutivo empañando la acción de gobierno, repitiendo las épocas de la operación Handel, la Trilladora Tolima , las fincas de los llanos, en las administraciones de los dos López. Así que todas estas cosas y hechos están almacenados en la joroba del camello y de ahí que se vea tan expedito para el transporte de personas y mercancías, pero tan cercano a épocas de escasez y de sequías.

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