viernes, 23 de mayo de 2008

EL TERCER PERIODO DE URIBE

POR: RAUL PACHECO BLANCO

El eje central de la política actual está en la reelección. Para donde coja, la política se va hacia allá. Pero existe una gran paradoja: tanto uribístas como antiuribistas están de acuerdo en que Uribe se lanza al tercer periodo. Los unos porque así lo quieren y los otros por masoquistas. Sin embargo no creo que Uribe esté interesado en un tercer periodo. Hay pistas. Al presidente se le ve agotado, dando de sí todo lo que puede dar. No ha existido yo creo una persona que se haya entregado en la cancha en la forma en que lo ha hecho Uribe. De ahí que ese cansancio del metal se manifiesta en el aire pendenciero que maneja a nivel interior y a nivel exterior le quedan unos restos de ponderación y de juicio. Hasta ahora el uribismo se había batido en base a la persona del presidente, a sus arrestos para encarnar un movimiento típicamente caudillista. Pero ahora el Presidente ha encontrado una ideología, que es la de la seguridad democrática y, eso le permite lanzar un mensaje hacia adelante, en esa dirección, sin que implique necesariamente su participación directa en su realización. Allí ha encontrado la razón de ser del uribismo, que antes apenas se encontraba en sus condiciones de líder. De otra parte, Uribe no puede negar rotundamente que no aspira a otro periodo, porque inmediatamente se disuelven Cambio Radical y el partido de la U, para buscar cada quien su propia salida, es decir, se liquidaría el uribismo de viejo cuño y empezaría, quizá, el nuevo cuño. Tanto Juan Manuel Santos como Vargas Lleras, se olvidarían de su uribismo y buscarían en el pasado la proyección al futuro al futuro, tanto del santismo como del llerismo, que ya son las fuerzas tradicionales del liberalismo. Igual sucedería con el partido conservador, que al no estar de por medio Uribe, tendría amplias posibilidades con una candidata como Noemí Sanin. El Congreso por lo tanto se le volvería inmanejable al presidente, porque ya no existiría la disciplina de Palacio, sino la de cada grupo, y los proyectos de ley de ahí en adelante tendrían un precio altísimo para su aprobación, más de lo recibido por Yidis Medina y Teodolindo Avendaño, próceres que solo esperan al escultor de su bronce, como homenaje al clientelismo de río. Hay muchas razones para pensar en que Uribe no está interesado en un tercer periodo. Pero el uribismo es tozudo y hay mucha gente interesada en asegurar ministerios y embajadas tallándole a un 82 % de favorabilidad.

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