domingo, 1 de julio de 2012

EL FUTBOL MILITAR DE LA SELECCIÓN ALEMANA.

POR: RAUL PACHECO BLANCO. Los alemanes juegan un futbol marcial . En primer lugar, da la impresión de que estuvieran en traje de parada; cuando caminan, marchan, cuando corren, lo hacen como al paso de ganso de los ejércitos hitlerianos. El juego de cintura en ellos no existe, pues tienen la rigidez propia de los soldados cuando están firmes. Ellos juegan como si tuvieran una estructura de cartón. De ahí que el cuerpo no sufre ninguna clase de distorsiones, no quiebran la cintura, no doblan el cuerpo, como si lo hacen los italianos y los españoles. No son elásticos como éstos, sino plásticos. Sus pases son como cañonazos. No tienen ni la estética de los españoles, ni el giro sesgado de los brasileños. Son bombazos que casi se escuchan en el estadio. Cuando caen en la cancha, no lo hacen como los jugadores latinos , haciendo cabriolas, ni descomponiéndose en el aire como si se fueran a quebrar y no dan volteretas . Ellos se caen, como se caería una estantería de libros, o unos modelos de yeso para exhibir ropa masculina. Su entrenador debe ser un militar, para el cual la disciplina está por encima de todo. La elasticidad no cuenta, allí no hay juego de danza, ni de arte, sino marcialidad. Así que su fútbol es toda una alegoría del yeso. Todos los jugadores parecen tener esa misma pasta y por eso existe la sensación de que se van a partir a media nada. Por eso es tan difícil para ellos hacer una chilena o una media chalaca, pues no tienen la suficiente agilidad para hacerlo. Su fútbol es lineal. No tiene sorpresas, no tiene la habilidad del jugador suramericano que hace fintas , cabriolas, que se engolosina con la pelota. Para ellos la pelota es un cañón que debe dispararse. Que quema y lo mejor es desembarazarse de él en el menor tiempo posible. Por lo tanto, no existe posibilidad de amarrar la bola a los guayos y salir driblando a cuanto jugador se le ponga por delante, con el mismo afán con que lo hacía Maradona y ahora Messi. Ellos no saben hacerlo, no tienen el dominio de balón suficiente para exponerse. Pero en cambio, sí tienen un juego de conjunto que va y viene por toda la cancha. Los pases son generalmente largos y se desplazan separadamente, en forma diferente a los españoles que se juntan más bien para llevarse la pelota, hasta que ven el ángulo apropiado para entrar y disparar de mediana y corta distancia.. Los alemanes disparan desde cualquier distancia, con cañonazos secos, directos, sin el efecto que le ponen los brasileños a la pelota y que hacen que cambie de dirección el balón. En todo caso, el equipo alemán más parece un escuadrón de infantería jugando futbol, que civiles en pantaloneta tratando de hacer malabares en la cancha. Ellos llevan en la sangre esa rigidez que los hace tan propicios para las faenas de cuartel, para el polígono, para el trabajo en pelotón. Y las piernas las manejan como si fueran armas de largo alcance, como misiles que van hacia el blanco para el cual fueron disparados

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