lunes, 23 de mayo de 2011

LA RAZON PURA DE STRAUSS –KAHN .

POR: RAUL PACHECO BLANCO.

Descartes debe estar bravísimo con Dominique Strauss-Kan. Dónde quedó la razón pura, se preguntará el maestro. Tenía en sus manos la suerte de los países más pobres de la tierra, imponiéndoles teorías que a ellos en nada los beneficia y en cambio al Fondo sí. Tenía en sus manos la próxima candidatura presidencial por el socialismo, lo cual quiere decir, que estaba a las puertas de la presidencia imperial de Francia. Y una camarera morena se le apareció para desbaratarle todos los planes. Ahora no se le apareció Descartes, sino Hobbes, cuando dijo que el hombre era lobo para el hombre. Y se quería comer a la pobre camarera, como si fuera una caperucita Roja , para terminar contentándose con actos menores, al ver que ella oponía resistencia. ¿ Qué se hizo la razón, ya no pura sino instrumental, que no pudo valorar los efectos de su impulso adolescente, confinado en el cuerpo de un hombre de sesenta años?.
Y además, esto en un francés no cabe o cae mal. ¿ Cómo es posible que los grandes seductores que posaban en las pantallas de los teatros como los máximos exponentes del amor, hubiera podido tirar por la borda todo ese bagaje histórico de conquista de que está llena la historia de Francia, para cometer un vulgar atropello contra una modesta camarera de hotel? El prestigio de la seducción rodó por el suelo y quedó mancillado. Talvez tenía prisa, porque la conquista se toma su tiempo, su paciencia, su voluntad y tantas otras cosas. O quizá se le subió el poder a la cabeza y decidió utilizar a la camarera como las toallas del baño, o que dados los mil dólares de la pieza se tuviera derecho a ese valor agregado, que con una sola propina se salía del paso. Pienso luego existo.
Aquí se trastocaron los valores y solamente la existencia se llenó de contenidos, mientras el pensamiento fue tirado a la basura. Que esto lo hubiera hecho un africano, africana era la víctima, talvéz se explicaría, pero un “ ente de razón” , como dicen los filósofos y presumen los franceses, no podía asolar en semejante forma mínimas normas de civilización. Y Strauss se devolvió en el tiempo, renegó de la ilustración, de la revolución francesa, para llegar de nuevo al antiguo régimen, en donde existía el derecho de pernada para los monarcas. Y como era el monarca del Fondo Monetario internacional y posible monarca de Francia pasó por encima de la pobre negra africana.

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