POR: RAUL PACHECO BLANCO.
La legitimidad es una cosa y la legalidad es otra. La legitimidad tiene que ver con el grado de aceptación de un gobierno en un momento dado. En tanto que la legalidad tiene que ver con las formas que se han adoptado para llegar al poder, en armonía con la ley. Tanto lo uno como lo otro han sido observados por el nuevo gobierno, que limpiamente ganó la primera magistratura en las elecciones presidenciales. Juan Manuel Santos es el legítimo presidente de Colombia para el próximo periodo.
Pero cabe una digresión. ¿ De dónde viene ese grado de aceptación, que fue tan alto en las elecciones pasadas?. Es fruto de la sola voluntad y virtud de J:M:S o interviene algo externo que le da esa fuerza y suscita el fervor popular para crear un hecho político como el que acabamos de ver ¿ .No cabe duda de que sí existe un ingrediente y es el prestigio de Alvaro Uribe, quien lo ungió prácticamente como su heredero y lo hizo consagrar ante el electorado. Y tan fue así, que con elegancia que se le abona, el nuevo presidente lo acepta implícitamente y pidió a su gran elector lo acompañara a jurar ante el pueblo el dia de su posesión de la presidencia , con lo cual reafirma esa circunstancia de venir de ahí esa legitimidad.
¿ A partir de ahí no se podría derivar un derecho para recibir una amplia cuota de poder, así como se le ha reconocido a los demás¿ Claro está que este no es un derecho reconocido en la constitución y por lo tanto no es viable alegarlo. Pero en el plano jurídico si se podría contemplar, pues deja ahí un campo vacio en que un derecho no es garantizado y en este caso, el derecho que le asiste a esa fuente de legitimidad que ha dado su aporte para generar unos resultados electorales..
Aquí podíamos preguntarnos, la candidatura de JMS hubiera prosperado si Alvaro Uribe no le da su aval ¿. Yo creo que no. Por lo tanto, hay una fuente de legitimidad que suministra esa fuerza para movilizar al pueblo.
En la práctica esos derechos se garantizan, porque se le da cuota de poder al generador del poder y por eso a veces se alega que los nuevos funcionarios son simples delegatarios de otros con mayor fuerza que los han impuesto. De hecho JMS le ha dado esa garantía de su derecho al colocar en el gabinete a Rodrigo Rivera, que se considera una persona de la mayor confianza de Alvaro Uribe. ¿ Pero es suficiente esa cuota de poder¿, Si se fueran a analizar los guarismos electorales y se pudiera establecer hasta dónde llega el potencial electoral de Uribe y en donde empieza el de Santos, se podría milimetrar la cuota de poder que le correspondiera a cada quien . Estas son elucubraciones jurídicas , pero tendrían piso para darle un contenido ya legal que obedezca a patrones de legitimidad y no a la simple voluntad del nuevo titular del ejecutivo porque sabríamos a ciencia cierta de donde nace la legitimidad.
viernes, 13 de agosto de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario