viernes, 12 de junio de 2009
Berlusconi rompe el esquema del “ Mamasanto”.
Por: Raul Pacheco Blanco. (raulpachecoblanco.blogspot.com)
Los columnistas y periodistas de izquierda se han solazado con el plato que les ha servido, con muchas generosidad, Berlusconi. El estereotipo, hasta ahora, señalaba en la gente de izquierda el gusto por exhibir sus conquistas sin pudor alguno , alegando que ese era el sagrado derecho a la intimidad. En cambio al hombre de derecha, o conservador , lo consideraban un hombre austero , casero, de grandes virtudes familiares, de misa y comunión, y colaborador de asociaciones religiosas : pero eso si, mal patrón, tacaño con sus empleados, y por debajo de cuerda moza, bien tenida, o caza clandestina de colegialas y universitarias. Era el típico “mamasanto”, que pasaba como esposo ejemplar, padre cariñoso como el que más, pero con una capacidad de esconder sus conquistas, como para que no se note, para que pueda pasar desapercibido . Berlusconi rompe el esquema , se deja tomar fotografías con muchachas menores de edad, en reuniones familiares, como en el caso de la “Velina”Noemí Letizia. Aunque nos resulta muy difícil definir a los políticos colombianos como de izquierda, porque casi todos son de derecha, sí dentro de nuestra terminología nacional, los situamos como conservadores y liberales, para encontrarles alguna diferencia. Por ejemplo, a López Michelsen acostumbramos a situarlo en la izquierda, siendo apenas un liberal progresista. Pero bueno. Era fama que durante su presidencia lo recogía el presidente Torrijos en un avión panameño y lo llevaba hasta la ciudad de Panamá, en donde se distendían de su stress diario, en trajines parecidos a los de Berlusconi. Y ya de viejo, cuando nadie corría peligro, sentaba en sus piernas a señoras y señoritas, seducidas por su halo personal y la fragancia de sus colonias inglesas. En cambio Laureano Gómez era prenda de recato, iba a burdeles, pero pisando pasito y eso si, de carácter muy reservado, para preservar la moral de Alvaro y de Enrique, que se encontraban pequeños, inocentes y puros. Y Eduardo Santos, en alguna ocasión, se llevó equivocadamente el abrigo de Laureano y en él encontró una cartica dirigida a una mesera, llena de candor y de amor. En tanto que Arango Vélez, el abuelo de Andrés Pastrana, se embriagaba en el prostíbulo, hacía alarde de su sexualidad y se exhibía por los pasillos, empeloto y envuelto en los pliegues de la bandera nacional. A Julio César Turbay tuvo que tirarle las orejas el obispo de Cúcuta de esa época, por los célebres “ cucutazos”, bailando el “polvorete” y exhibiendo sus tragos. Ahora Belusconi rompe el esquema conservador y se volvió de izquierda para hacer alarde de sus conquistas. Por eso están tan bravos los periodistas de izquierda, porque les usurpó su “ideología.”
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