viernes, 23 de noviembre de 2012

LA DEBILIDAD DEL GOBIERNO

POR: RAUL PACHECO BLANCO

Si faltaban pruebas sobre la debilidad de este gobierno y sobre todo su inseguridad al tomar decisiones, el manejo que le ha dado al fallo de la Corte de la Haya y la pérdida del mar territorial por parte de Colombia, lo acaban de confirmar.  Cuando las dos partes estaban de acuerdo en dejar en manos de la Corte la solución del conflicto, estaban comprometidas a  aceptar a su vez el fallo que se produjera.  De no ser así, Colombia ha debido no hacerse parte en el juicio, desconocer previamente la competencia de la Corte para conocer el caso y descalificar cualquier decisión que tomara.  Pero no entrar a descalificar a la Corte cuando el fallo le ha resultado adverso.  El gobierno sintió miedo ante la opinión publica al ver que en parte la sentencia era desfavorable y corrió   a refugiarse en el criterio guerrerista del  expresidente Uribe, quien para todo se reduce a tomar decisiones  de fuerza.  ¿Cómo desconocer un fallo de estos cuando la comunidad internacional ha depositado su confianza en un organismo como la Corte de la Haya?   ¿Qué otra salida habría al rechazar el fallo que la declaratoria de guerra a Nicaragua o la defensa de la soberanía territorial?

Mucho se habla de la  solidaridad latinoamericana, las constituciones de todos los países del área claman por la unidad, por la hermandad y cuando se trata de aceptar un  fallo de un tribunal internacional , se rasgan las vestiduras y todos aquellos ideales de fraternidad se van al suelo   Lo que vale ahora es tender puentes con el gobierno de Nicaragua para garantizarle la pesca a los pescadores colombianos, que por cierto se quejaban de que los Nicaraguenses no les dejaban pescar en esas áreas cuando eran colombianas.   Y zanjar definitivamente ese pleito y hacer  olvidar  para siempre  que San Andrés y Providencia, Santa Catalina, Roncador y Quitasueño son nicaragüenses y que reconozcan que le legítimamente le corresponden a Colombia, no solamente por el uti possidetis  iure, sino por sucesivos fallos de Cortes internacionales.  Es más importante esto, que pretender avivar un conflicto luego de un fallo desfavorable pero previamente aceptado por las partes  en contienda   Un gobierno fuerte, que no violento,  se atiene a las consecuencias de un desenlace de ese tipo que tiene como base el derecho y,  que por lo tanto,  se le debe respeto y acatamiento, puesto que no se ven irregularidades que vengan a descalificarlo.   Si se le reconoce respetabilidad a la Corte, si previamente se sometía a su jurisdicción no cabe duda alguna que se debe acatar la decisión que toma así sea desfavorable.

 

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