domingo, 1 de abril de 2012

EL LIBRO DE KISSINGER SOBRE CHINA.













POR: RAUL PACHECO BLANCO.
Cuando se produce la revolución francesa en el siglo XVIII, China era una monarquía lo suficientemente organizada, un solo país, con un cuerpo de empleados los suficientemente adiestrados en sus cargos, mientras que Europa era una amalgama de países que destruía el viejo orden monárquico y en su lugar surgía la democracia. Esto unido a su cultura tradicional, China siempre fue o ha sido un país de relieve, empezando por lo amplio de su población.
Por allí se entra en el libro de Kissinger, ( China, editorial Debate, Enero 2012 ) para luego situarnos en el momento clave en que el gobierno de Richard Nixon decide entrar en conversaciones y acercamientos con China, un país subdesarrollado, metido dentro del comunismo y a la vista del mundo como satélite de Rusia, cosa que nos despeja el libro, pues China siempre ha sido abanderada de su individualidad . A tal punto, que se resentía de cierto provincianismo, al considerar que el emperador chino era el centro del mundo y los demás países eran considerados simplemente como bárbaros. Ya se había producido le revolución comunista de Mao contra el gobierno nacionalista de Chiang Kai-Shek. La cuestión era dura por lo tanto, al tener que habérselas con un líder tan radical como Mao y además, porque tenia que guardar lealtad con Chiang Kai - Shek, a quien consideraba su aliado.
Pero los unía una línea política que los acercaba y los hacia situarse en un mismo campo estratégico : la amenaza rusa, el imperialismo ruso. Y ahí es donde se corre el velo y nos damos cuenta de que China no respondía a las políticas soviéticas, sino que buscaba su propio camino por los lados el socialismo a la china.
Para Nixon esa política resultaba difícil de llevar adelante, dadas las grandes diferencias ideológicas : para China, Estados Unidos era la representación del imperialismo y China para los Estados Unidos, era el comunismo.
Pero , repetimos, los dos tenían un enemigo común y se necesitaban. Y esto deja ver, cómo se puede llevar una política con un país que no mantiene la misma ideología del otro, y sin embargo se pueden armonizar sus relaciones y buscar puntos de contacto en donde sí cabe la colaboración. Que es el caso hoy en día del gobierno de Santos con Chávez.
El acercamiento se dio y las relaciones a partir de ahí se llevaron con mucho cuidado, como quien va por un camino minado. Nixon fue a China y los líderes chinos fueron a Estados Unidos. En todo ese tejido desde luego estaba la mano diestra del canciller Kissinger.
Los gobiernos fueron sucediéndose desde Mao en China, pasando por Deng Xiao ping, y otros , lo mismo que en Estados Unidos desde Nixon hasta Clynton.
Los objetivos se consiguieron y tuvieron la buena fortuna de que la Unión Soviética se vinera al suelo y se acabó el enemigo común. Empezaba una nueva política. China apenas se movía dentro de su subdesarrollo y una vez muerto Mao, la línea ortodoxa desapareció y entró en juego la línea de Deng Xiaoping, más pragmática y con objetivos muy claros en materia de ciencia y tecnología, en el desarrollo económico, la profesionalización de la mano de obra china y el fomento de las aptitudes y las iniciativas individuales. Deng señalaba el desarrollo como un principio absoluto. Y agregaba : “El estado actual , las empresas de capital extranjero en China, pueden sacar beneficios de conformidad con las leyes y las políticas en vigor. Pero el gobierno recauda impuestos de estas empresas, los trabajadores reciben el salario de ellas y todos aprendemos tecnología y técnicas de dirección . Por otra parte, nos ofrecen una información que ha de ayudarnos a abrir más mercados ( Pag 456, 457 ).
Esto nos da una idea del proceso vivido por China y el por qué llega ha convertirse en la gran potencia del siglo XXI , y cómo se realizó el proceso que llevó de una China cerradamente comunista, a una China socialista, según el decir de los nuevos jerarcas. Es decir, el paso de Mao a Deng.
A final del libro, Kissinger se pregunta sobre el destino de las relaciones de China y Estados Unidos, ya bajo el punto de vista del empoderamiento de China.
Y es cuando fija unos parámetros para seguir en esa política de buenas relaciones, no obstante que está latente todavía el problema de Taiwan, para el cual China busca un destino común con el suyo, mientras que Taiwan piensa otra cosa y Estados Unidos se mantiene en la cuerda floja.
Para Kissinger debe haber una coevolución en la búsqueda de una comunidad del Pacifico, así como la hubo la del Atlántico. Para eso se debe tener en cuenta una política de consulta permanente, estrechar los vínculos comerciales y la colaboración diplomática, abordar el problema de Corea del Norte, con su amenaza nuclear como parte de una idea global del nordeste asiático y la interacción de los dos pueblos.
Esta sería la idea humana que plantea Kant para garantizar la paz perpetua, pues de lo contrario, se impondría una política de tierra arrasada en la cual no quede títere con cabeza, porque estamos en una era atómica.
El libro es ameno, y dada su extensión se deja leer con satisfacción, ( 621 páginas) cuenta con una extensísima bibliografía, además de la colaboración de equipos de estudio que llevaron a estructurar un libro muy completo sobre lo que representaba, representa y representará la China en el destino del mundo.

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