sábado, 7 de abril de 2012

DOS LINEAS DE IZQUIERDA HACIA EL PODER.



POR: RAUL PACHECO BLANCO.

Hay dos líneas de izquierda que buscan el poder : la de Piedad Córdoba y la de Gustavo Petro. La de Piedad se ha conservado dentro del marco del liberalismo por las ventajas comparativas que ella conlleva, pues no es desechable su caudal electoral y su tradición de partido de masas. Y más, cuando los sectores oficiales se han corrido hacia la derecha. Ha dejado el discurso a un lado para meterse con la táctica, en donde radica la fuerza de Piedad Córdoba. Esa táctica de adueñarse del tema de la paz y sobre todo, de convertirse en el canal de conexión con la guerrilla, le generan o le van a generar una penetración que en otra forma no lo conseguiría. Se mueve dentro del sentimentalismo nacional y ya hay gente que se desbarata asumiendo la defensa de la Córdoba, por jugarse el pellejo con los secuestrados de la guerrilla. Y la otra línea es la de Gustavo Petro, que no se mueve dentro del liberalismo sino dentro del progresismo, para darle alguna denominación no obstante la fluctuación que ha tenido Petro, pero en una dirección acertada porque le sonó la flauta y ese sonido lo llevó a la alcaldía de Bogotá, que es antesala de la presidencia.
Esta vía desde luego es muy difícil, pues requiere hacer una gran administración para que coseche todos los frutos políticos que se quieren, pues de lo contrario, viene el fracaso y el desvío como le ocurrió a los Moreno Rojas. Tal vez Petro no tiene la tentación contratista de los Moreno y eso le favorece para irse creando una aureola social, como el sucesor de Gaitán, un poco más confuso, en la capital de Colombia. El discurso de Petro será su administración. Sobre esto ya hay jurisprudencia de sobra, como decimos los abogados. Piedad Córdoba representa el sector de izquierda del liberalismo en donde está el expresidente Samper, quien no ve la hora de que el país le perdone sus malos manejos para entrar en el terreno de las realidades políticas inmediatas. Allí también están Horacio Serpa, Gómez Méndez y otros cuantos prestigiosos dirigentes liberales que esperan la hora de la izquierda para entrar en juego. Ya la Córdoba se ha consolidada como la personera de la guerrilla, la confidente, la persona de confianza para tejer políticas alrededor de la paz. Y en donde llegue a cuajar un proceso de paz, la Córdoba y los suyos se crecen y se convierten en alternativa. Porque bien se sabe que el factor guerrilla ha manejado el juego político desde hace años. Y si en un momento dado irrumpe con fuerza ese proceso de paz, se alcanzaría un logro que solamente las gentes del Frente Nacional lograron consolidar en su época. En esas condiciones, tanto Piedad Córdoba como Gustavo Petro son las dos líneas dentro de las cuales se puede mover la izquierda para una eventual disputa del poder por medio de elecciones. La guerrilla ha recibido últimamente golpes muy duros que ha tardado en recuperase y volver a situarse por lo menos en el punto en que la recibió el expresidente Uribe.

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