martes, 17 de abril de 2012

EL PRESIDENTE OBAMA Y LATINOAMERICA.



POR: RAUL PACHECO BLANCO.
El problema de Estados Unidos actualmente es China. Ayer no más lo era la Unión Soviética y por eso Nixon adelantó el tiempo para formar una alianza con Mao y detener al coloso soviético. Y no obstante las diferencias ideológicas entre los dos países, la alianza o por lo menos las buenas relaciones salieron adelante. Por estrategia, a ambos países les convenía. Además, a tiempo descubrió Estados Unidos, la consistencia de un país como China, que llevaba su propio camino y no sometida a la Unión Soviética, así optara en un principio por adoptar los lineamientos ideológicos del socialismo, pero eso si, buscando siempre el sesgo más propicio. Cosa que lograron, porque de la ortodoxia inicial, pasaron a la heterodoxia de Deng , quien varió el modelo y metió a China hacia el lugar que hoy le acredita como el líder del futuro en el mundo. Y lo hicieron Estados Unidos y China porque pusieron las cartas sobre la mesa . Mao decía que ellos siempre hablarían del imperialismo norteamericano y que los norteamericanos también se podían dar la licencia de llamarlos comunistas. Ese era el juego. Ahora las cosas han cambiado. Y China ha llegado a la mayoría de edad, y en esas condiciones, Estados Unidos se convierte en una piedra en el zapato para los chinos , lo mismo que para Estados Unidos China. Eso lo ha visto claro Obama y de ahí su interés de venir a la Cumbre de las Américas, para ver cómo están las cosas con latino américa, si puede encontrar aliados para librarse ya no de la Unión Soviética, sino de China. Sabe que China les esta quitando los mercados. Ya China es el segundo comprador de mercancía colombiana, después de Estados Unidos y si la tendencia sigue, pronto lo desplazaría, dada la desigual competencia en materia cambiaria, ya que el dólar está por encima del yen y además, la mano de obra china es más barata. Pero encontró el presidente Obama un ambiente tenso, pues si bien es cierto Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia asistieron a la cumbre, lo hicieron en una forma critica, lo que unido a la no asistencia de Chávez, Correa y Ortega, le dejan mal sabor en la boca a Obama. De ahí que la posición de Juan Manuel Santos es muy acertada, para servir de puente entre Estados Unidos y los países situados hoy en las izquierda , pues los bloques se afianzan a lado y lado de la zona de fuego. La polarización se llegó a manifestar con agresividad en el caso de Chávez y Alvaro Uribe. Santos pues, siempre en plan de Tercera Via, ha abierto el compás, para servir de mediador en esta pugna de carácter ideológico, que debe tener la tregua de la diplomacia para poder coexistir pacíficamente, en un mundo amenazado por una guerra nuclear entre Irán e Israel. Ahora lo importante es que los demás países latinoamericanos acepten una política de este tenor y se concrete un liderazgo que hoy apenas le están fabricando en el papel los medios de comunicación al presidente colombiano. Una cosa es ser anfitrión y saber atender a los invitados y otra imponer un liderazgo para llevar adelante una política.

Lo que si es cierto, es la pericia del presidente Santos para moverse en estos ambientes, con la atracción que para él tienen los buenos escenarios, pues se trata de un político de salón más que de balcón como lo era Uribe.

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