miércoles, 25 de enero de 2012

LUCHO BERMUDEZ.



POR: RAUL PACHECO BLANCO.

Si hay alguien que haya ayudado a hacer patria, lo que se llama patria, es Lucho Bermúdez. Con su música como que se metió en la entraña de lo nacional, como que descubrió unas esencias que no se habían descubierto. Y a partir de ahí, empezamos a dejar de lado la música nativa, al menos eso se decía y dice ,pero que tiene mucho aire español, europeo, derivada del vals, como el pasillo y el bambuco. Y se trató de diferenciar la música andina de la costeña. La andina era para los cachacos y la costeña para los costeños. Pero ahí estaba Lucho Bermúdez quien produjo el milagro de la universalización de su música. Se metió primero a Bogotá, en el hotel Granada, que retumbaba en medio de los días grises de antes en la fría Bogotá y, ante el asombro de los viejos cachacos aquello empezó a prender. Y se metió en las fiestas y se regó por todo el país. A nuestra generación esta música se unió con el bolero para definirnos. Esa era la impronta de las fiestas, del bolero amacizado se pasaba a la cumbia, al porro. Para nosotros es como un himno nacional Carmen de Bolívar. Y cuando la escuchamos, se nos revienta el alma, los pies se nos contagian de la magia del baile, los aires que van por las montañas tras las huellas de las nubes, se nos meten en los pulmones y nos afirman, nos sitúan ..
Cuando uno iba sobre el lomo del Magdalena en los barcos de la Naviera colombiana o de la Marvásquez, se escuchaba la música que orquestas a bordo amenizaban la noche y el despertar junto a las garzas que se desperezaban en las orillas del rio.
Y la música de Lucho se expandió por todas las regiones. Las cosas empezaron a tomar sabor. .Las fiestas de Cartagena tenían su brillo por los aires que sus orquestas le proporcionaban en base a las canciones de Lucho Bermúdez. Y apareció la figura de Matilde Díaz, quien encajaba con su voz en esa lucha de armonías y que reforzó para la eternidad la música de Lucho Bermúdez.
Ahora las fiestas de Cartagena ya no son las mismas porque se la tomaron otros ritmos que tienen sabor a pelea de cantina, a puñalada al amanecer con cantantes que se mueven bajo el frenesí de una fusilería de clarinetes y bongoes. .
¿ Quien no bailó bajo la magia de Sal si puedes, Gloria Maria, San Fernando, en fin, pequeños pedazos de gloria que sacaba quien sabe de dónde Lucho Bermúdez, pero acertaba pues los clavaba de lleno en el corazón de la gente.
Y eso que no tuvo la ventaja de Joe Arroyo para quien hubo tiempo para llevarlo a las pantallas y proyectarlo más aún, visualizando su labor, mientras que a Lucho Bermúdez lo encontramos siempre en el sonido, pero no en la imagen que es más duradera que la palabra. Si uno en realidad quiere llegar a definir la patria, como decíamos al principio, esta es una de las mejores maneas de hacerlo : meterse en la música de Lucho Bermúdez , cuyos elementos se ordenan por si solos para producir por medio de los sonidos, lo que la palabra no puede articular.

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