viernes, 27 de enero de 2012

EL REACOMODO DEL CONSERVATISMO.

POR: RAUL PACHECO BLANCO.

En este momento todos los partidos del mundo se encuentran en un proceso de reacomodamiento, presionados por una realidad que cambió en los diferentes ángulos de la actividad política. Estábamos convencidos que con la sola caída del muro de Berlín se acababan los problemas y llegábamos al fin de la historia, pero a la vuelta de la esquina empiezan a presentarse nuevos hechos y circunstancias que antes no se contemplaban y que ahora son el mundo tangible de las posibilidades de los distintos países. Empezó una lucha de civilizaciones, una guerra de religiones, un cambio en el poder económico del mundo, un acercamiento de todos en base a las comunicaciones que hemos llamado la globalización, una quiebra de las grandes potencias, o por los menos, graves crisis en los países y zonas más desarrolladas. Y a nivel latinoamericano, el crecimiento de la desigualdad en lo económico y social, los grandes desequilibrios que no pueden esconderse, la violencia, como es el caso colombiano, cuando no se ha acabado de superar el conflicto armado con la guerrilla, ya han aparecido otros factores desestabilizadores, como las bacrim, paramilitarismo, narcotráfico, a tal punto, que uno se pregunta con cierto pesimismo si esto es un estado, si el estado controla su territorio, si existe en realidad una legitimidad que pueda darse el lujo de gobernar en todos los rincones del país. Ante esto, ¿ qué puede hacer un partido político?. Pues ponerse a pensar, o a repensar su ideología, su doctrina, sus principios para acomodarlos a una situación que es nueva, novísima, original. Por tanto, la respuesta debe ser del mismo tamaño del reto. En carta a William Calderón, columnista muy prestigioso de El Siglo, Roberto Gerlein Echeverría señalaba que el conservatismo colombiano tiene dos grandes retos : el cambio de su nombre y la escogencia de un líder para hacerle frente a la nueva situación. Yo no tomaría en su totalidad ese planteamiento, pues si bien es cierto la escogencia de un líder es prioritaria, no lo es tanto el cambio de nombre, pues lo importante no es el continente sino el contenido. Por lo tanto, hay que repensar el partido conservador, adecuarlo a los retos que arriba señalábamos, a la nueva época, a esta post modernidad que parecía simplemente de cartón, pero que ya tiene sus perfiles muy marcados y está señalando el cambio de muchos paradigmas. Esta es una época post. Por lo tanto, se impone un post conservatismo. Venimos de algo que ya fue y nos internamos en algo que va a ser y que por lo tanto hay que hacerlo. El conservatismo debe desmarcarse de muchos clichés que le han restado méritos en el electorado, debe rectificar muchas cosas y apadrinar otras . La baraja se ha cambiado, cartas nuevas aparecen en la mesa y el conservatismo debe aprender a barajarlas. Por lo tanto, es necesario un aggiornamento y desde luego la escogencia de ese líder que no puede ser otro que el expresidente Andrés Pastrana.

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