viernes, 23 de diciembre de 2011

EL CUENTO DE LA SELECCIÓN COLOMBIA TIENE VARIAS HISTORIAS.

POR: RAUL PACHECO BLANCO

La primera, la historia gloriosa, 2) la cara mafiosa , 3) el dogma de la retención del balón, 4) la rosca paisa. En cuanto a la historia gloriosa todo el mundo la conoce, por sus grandes presentaciones antes del campeonato mundial, sobre todo una en Londres, que vimos por televisión, donde la melena del pibe Valderrama se agitó más que nunca. Y el cinco a cero a Argentina. Pero luego la decepción. En todo caso nos hicieron pasar momentos muy agradables por la calidad del juego desplegado por la selección. Sin embargo, existía otra cara y era la protección que le daba a sus jugadores el cartel de Cali por intermedio de Miguel Rodríguez Orejuela. El financiaba el América de Cali, que por esa época era el mejor equipo de Colombia. Y, además, le prestó el invaluable servicio a la candidatura de Ernesto Samper, cuando logró, que el Pibe Valderrama se ciñera la camiseta del samperismo. Y ahí estaba Maturana en el centro de todo ese proceso, tanto el de la selección como el de su vinculación laboral con el cartel de Cali. Esto es historia patria. Ahora, se inventó una copa América aprovechando que Argentina y Brasil no participaban para ganar un campeonato espurio y lo lograron desde luego, pues los países que vinieron mandaron equipos improvisados y ante semejantes adversarios, el tuerto es rey : la selección salió campeona.! Qué mérito tan irrisorio.!. En el plano puramente futbolístico, la rosca paisa es dogmática con su juego de retención de pelota, de no dejársela administrar al contrario. Es decir, de un futbol defensivo , y avanzando a ritmo de tortuga, conversando, de pronto tomándose un tinto y sólo cuando el balón está a centímetros de la portería, alguien dispara.. El Barcelona aplica el peloteo entre ellos, pero lo triangulan y se van cerca al arco y tienen a Messi, no como Maturana que no pasa del medio campo. Y de allí no salen. A montar de nuevo ese espectáculo llegaron a la selección el bolillo Gómez y Maturana. Y claro, el equipo estaba amoldándose a un patrón de juego conservador, sobre todo enfrentando equipos menores en festivales pre campeonato, para dar la sensación de madurez y de solidez . Y en esa cresta de la ola la estaban, cuando el bolillo, se lo sacó de la pretina y lo blandió en la cara de la compañera en una noche de farra. Y ahí fue Troya. Ya los directivos no pudieron defender al bolillo porque el país se le vino encima y sobre todo, el presidente. Y quedó Leonel Álvarez al frente de la selección, pero le cambió el modelo: se pasó al juego ofensivo y claro, el equipo no alcanzó a aprender ese juego y encalló. Y Maturana se le vino encima a Álvarez, no porque había perdido, sino porque había practicado un futbol ofensivo cuando el dogma dice que debe ser defensivo. Ahí se dividió la rosca paisa y se partieron en dos. Entonces, quisieron reivindicar por televisión al bolillo Gómez y lo pusieron a llorar ante las cámaras, a moco tendido, pero sin que los dirigentes del futbol, se fruncieran y menos las mujeres que escuchaban su mea culpa.

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