martes, 6 de diciembre de 2011

DE ADOLFO HITLER A ANGELA MERKEL.


POR: RAUL PACHECO BLANCO.
Todo un abismo. El abismo del Holocausto, los campos de concentración, el arrasamiento de los judíos que terminaban en los hornos crematorios, a tal punto de angustia que se disputaban la cola para pasar el mal rato esperando a que el fuego los consumiera, según el helado testimonio de los presentes. Un espasmo de terror y el Furher con su bigotico almidonado, pasando revista a las tropas antes de emprender una nueva invasión. Y los poloneses esperando y el futuro papa Woytila asustado, presagiando lo peor. Si uno se mete en los canales internacionales, lo que más encuentra son películas de esa guerra contra los judíos, de ver como familias prósperas se veían de la noche a la mañana aislados en su propia tierra, pagando escondederos, tratando de sacarle el cuerpo a la Gestapo que estaba ahí, respirándoles en la nuca. El gesto hinchado de los generales nazis bebiendo whisky, acostándose con toda clase de mujeres a las que seducían a base de terror y extorsionándolas con la vida de sus cónyuges, mientras los soldados libraban la batalla en los campos de la guerra. Esa era la Alemania de los años 30 y 40. El pavor, la angustia, la zozobra, la muerte.

Ahora en cambio se han trastocado los papeles. Ya no está Hitler en el poder sino Ángela Merkel, quien precisamente sufrió los rigores ya no de los nazis sino de la política soviética cuando era la Alemania oriental, dominada por Stalin, alter ego de Hitler. Y ella, en llave con Nicolás Sarkosy se han ocupado de hacerle frente a la crisis en que se debate toda Europa, en una situación si se quiere parecida a la antesala de una guerra o de una catástrofe, tratando de salvar a Grecia, a Portugal, a España, a Italia y … seguiría la lista. Ella se ha puesto al frente ya no de los ejércitos de exterminio hitlerianos, sino de las ayudas económicas a los países en desgracia, poniéndole el pecho a la brisa, como dice los locutores deportivos. Y ella como representante de esa Alemania, que si dio frutos podridos como Hitler en cambio es capaz, no solo de echarse a las costillas la Alemania oriental y ponerla a tono con el desarrollo de la Alemania occidental, sino también se le mide a echarse al hombro todo el peso de Europa. Si la crisis se supera, se debe al gesto de los alemanes, a la sapiencia, paciencia y constancia de Angela Merkel, quien en esa forma reivindica a los alemanes de esa mala imagen hitleriana que dominó al mundo. Y contando con el apoyo de Francia, en la magia política de Sarkosy, que en esta forma se prepara para ponerse al frente de su reelección, mientras los socialistas están ansiosos de volver al poder con Francois Hollande, el indeciso líder, como ha sido calificado por su ex mujer, Segoléne Royal, la otoñal política que tiene un encanto escondido en su mirada cansada y nostálgica de Gioconda .

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