viernes, 9 de septiembre de 2011

URIBE , JEFE DE LA OPOSICION .


POR: RAUL PACHECO BLANCO.

De las cosas buenas que le pueda ocurrir a la democracia colombiana es que el ex presidente Uribe asuma la jefatura de la oposición. Desde hace rato el juego democrático se ve obstruido porque no existe una oposición sólida, que se haga sentir y cumpla con el cometido de fiscalizar las acciones del ejecutivo. Hasta el momento ha sido imposible que se logre una continuidad , pues podemos ver cómo en un principio Gustavo Petro enfrentó esa tarea, pero se cansó y se corrió hacia el centro del espectro político y bajó la guardia. El más tesonero ha sido el senador Robledo, quien siempre ha actuado con mucha coherencia. Pero una sola golondrina no hace verano. De ahí que se imponga la necesidad de una oposición bien estructurada, manejada desde la constitución misma por un ordenamiento que al mismo tiempo que le impone obligaciones, también le de herramientas para cumplirlas. La democracia no aguanta un tren de estos , como el que estamos viendo, en que el unanimismo se prendió como una mata silvestre y todos los que ayer hacían oposición, ahora están alabando al gobierno. En esas condiciones, se abre un flanco vulnerable porque en medio de tanta lisonja se cuela la corrupción en menos de nada y mina lo que estaba más sano. La oposición debe contar con alguna cuota burocrática que la alimente, porque de lo contrario no la hace atractiva. Por eso la oposición debiera tener por constitución el cargo por ejemplo de la defensoría del pueblo, que se preste precisamente por su naturaleza y que sería pues, una zona de alimentación para la oposición. Una oposición a la intemperie no la hace ya nadie. Se necesitan ciertos incentivos que no se le han querido otorgar. Porque si analizamos los derechos que actualmente le concede a la oposición son mínimos . Se trata de un saludo a la bandera, porque esos mismos derechos se le confieren a cualquier parlamentario así no sea de la oposición. El mejor negocio pues, es el de hacer rentable la oposición, pues de lo contrario no la ejerce nadie. Y el ex presidente Uribe está en las mejores condiciones para cumplir ese cometido y se lleve a la constitución la institucionalización del cargo de jefe de la oposición. No tiene sentido el culpar al ex presidente Uribe de estar interfiriendo el gobierno del presidente Santos, o que no lo deja gobernar. No. Esos son cometidos de todo jefe de la oposición que se respete. Ya para nadie es un secreto que el ex presidente Uribe ha decidido tomar ese partido : el de la oposición. Pues aprovechemos esta coyuntura histórica para darle juego a la oposición y se estructure en debida forma, bien organizada y se lleve a la constitución las reformas señaladas, dotándola de las suficientes herramientas para configurarla. Eso nos ahorrará muchos dolores de cabeza.


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