jueves, 16 de septiembre de 2010
BUCARAMANGA A LA VISTA .
Por: RAUL PACHECO BLANCO .
Cuando usted se baja del avión o llega al terminal terrestre, inmediatamente siente que brota del suelo como un calorcillo, que luego irá a encontrarlo en la gente, igualmente cálida.
Al desplazarse por la montaña abajo, ve la pequeña meseta en la que está asentada Bucaramanga, fundada por Andrés Páez de Sotomayor, el 22 de diciembre de 1.622..
Luego a un lado aparece Floridablanca y a continuación, apenas empieza a insinuarse Piedecuesta.
Pero si usted vuelve la mirada hacia la montaña, se encontrará con Girón que ha desbordado el rio que antes fue navegable y con el Lebrija, servían de medios de comunicación . Y si quiere entrar a Girón, está ahí, al borde de la carretera donde admirará sus balcones coloniales, sus calles empedradas y la cal en las paredes de las casas, con sus enormes patios, llenos de árboles.
Y si sigue, por la autopista, desembocará en Bucaramanga.
¿Ahora qué hacer? Luego de acomodarse en un hotel como el Dann, el de mayor categoría, o el Chicamocha, o el Guane, La Triada o el Príncipe, donde encuentra usted almuerzos caseros, querrá seguramente conocer los parques, que han sido el distintivo de la ciudad durante mucho tiempo. El más bello es el San Pio, que está entre dos iglesias, la de San Pedro Claver, y la de San Pio.
Pasar debajo de los árboles o sentarse a mirar la tarde es quedar bajo el embrujo de la naturaleza en el pleno corazón de la ciudad.
Los árboles ya añosos, pero con ramazones que son como vitrales que apenas si filtran la luz del día.
O el parque Santander, donde reposa la estatua del general, o el parque del centenario a la vuelta, superando lo que fue el hotel Bucarica y hoy lugar de exposiciones y trabajos de la UIS.
Ahí se restauró el viejo edificio del Colegio San Pedro Claver donde hoy se encuentra un museo que representa el arte de la región . Y al frente, el viejo teatro Santander, un hito arquitectónico de la ciudad, en donde se veía el mejor cine en las primeras décadas del siglo XX y que está dentro de un plan general de rescate y remodelación de la zona que gira alrededor del parque Centenario.
Y hacia abajo el parque García Rovira, donde se halla la gobernación, la alcaldía y el palacio de Justicia, es decir el centro gubernamental de la ciudad.
Si quiere ir de compras a centros comerciales o a tomar o comer cosas ligeras, puede ir a Cabecera donde están la Cuarta y Quinta etapa, de buen muy buen corte arquitectónico ,moderno, con pasadizos llenos de luz.
También puede hacerlo al Centro Comercial Cañaveral en Floridablanca . O al Megamoll de Quebrada Seca.
Así pues Bucaramanga tiene descentralizado su comercio.
A la hora de almorzar o de comer, si quiere comida internacional bien puede ir al Le Bulí, o a Martin Vaz, que tiene una bonita vista sobre el parque de las Palmas, donde está la estatua de José de San Martín el libertador de Chile y Argentina.
Si quiere comer buena carne al estilo argentino , la encuentra en el restaurante La Carreta, que generalmente mantiene chef argentino, constituyéndose en el más tradicional de los restaurantes junto con el Di Marco. Ambos propiedad de dos ex jugadores del Atlético Bucaramanga, importados de la Argentina por allá en los años 60.
Y si quiere comida peruana, que hoy es la más apetecida en latinoamericana, visite el restaurante Zhímu
Entre las cosas interesantes de la región está la comida típica que va del mute a la carne oreada o a la pepitoria , y existe un lugar muy acogedor en la salida hacia Florida, el restaurante Puerta del Sol, ubicado precisamente en un sector donde se libró uno de los combates de la guerra de los Mil días. O el Chiflas o el Tony, para desayunar con arepa de maíz pelao y caldo con huevos.
Un poco más arriba del parque García Rovira se ubica la casa de Bolívar , muy bien conservada, centro de alojamiento y de actividades del Libertador, cuando se desarrollaba en Ocaña la célebre convención de 1828 y antesala del atentado que sufriría luego en Bogotá.
Tiene un bello jardín y museos históricos tanto de la cultura guane, lo mismo que de periodos posteriores como el radical del siglo XIX.
Ahora, si está en plan de rumba existe una zona rosa en Cabecera, otra alrededor del hotel Chicamocha y otra sobre la carrera 33.
Si quiere hacer compras con precios más favorables de mercancías de la región, encontrará calzado, que ya tiene aceptación internacional, en sitios como el barrio San Francisco que cubre una amplísima zona.
Además de calzado, confecciones de ropa infantil y en joyería muy buenos trabajos en oro y plata.
Estando en Bucaramanga también puede desplazarse hacia el Cañón del Chicamocha, pasando por Panachi, un centro turístico que incluye cable aéreo, a hora y media.
O a dos horas a San Gil, famoso por su turismo de aventura sobre el rio Fonce y a escasos minutos por buena carretera al Socorro, la cuna de la rebelión comunera y de gran importancia histórica en el siglo XIX, siendo la capital del Estado Soberano de Santander.
Ya al ponerse el sol, Bucaramanga tiene unos atardeceres bellísimos , cuando una luz rojiza se desplaza sobre el lomo de la montaña, hasta que se hunde y desaparece, para darle paso a la oscuridad.
Por la noche el clima se refresca con la brisa que viene del Mortiño y baja la temperatura hasta niveles muy agradables.
El transporte es organizado, con buen servicio de taxis, con choferes instruidos para prestar un servicio calificado y eficaz. También está recién inaugurado el metrolinea, para el transporte masivo. Bucaramanga cuenta con más de diez universidades y un excelente servicio de Salud, alrededor del Centro Ardila Lulle.
En fin, su paso por Bucaramanga será muy gratificante.
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