POR: RAUL  PACHECO  BLANCO.
En el siglo XIX la cosa era muy clara, la izquierda era el liberalismo, o sea el anti-clericalismo, el imperio del laicismo , cierto menosprecio por el estado  y juego muy amplio de la libertad. En cambio la derecha era el conservatismo pues afirmaba unas creencias religiosas, abogaba por un estado confesional, presionaba las libertades y le ponía más acento al estado, haciéndolo más intervencionista.
Esto cambió  con el siglo XX pues la alineación se vino a dar a partir de una polarización en torno al derecho de propiedad. La izquierda eliminaba la propiedad privada y se la trasladaba al estado y la derecha en cambio daba juego a la empresa privada y permitía el derecho de propiedad individual. O el capitalismo, o el socialismo.
Además se afirmaba esa diferencia en  los bloques políticos que se formaron entorno a esas concepciones del estado, el bloque soviético y el occidental. Fue la época de la bipolaridad.
Ahora en el siglo XXI las cosas han cambiado, pues la izquierda propiamente dicha desapareció con la caída de la Unión Soviética y del muro de Berlín , mientras sobre vivía la preponderancia  de Estados Unidos. La propiedad privada recobró en todos los países su derecho y quedó como algo del pasado la propiedad del estado en  los medios de producción y en el plano  individual.
Quedó reinando un solo sistema, el capitalista, porque hasta países como la China continental abrieron las puertas a un capitalismo larvado, que desfigura en todo caso el viejo modelo socialista ideado por la Unión Soviética. Solo queda Cuba.
Y se acabó la bipolaridad para entrar a una transición que va desde el apogeo del poder norteamericano, hasta una nueva polaridad con China que reclama su papel como actora al ser  de los grandes poderes de la época, o hacia el multipolarismo, entrando en juego la Unión europea, India  y de pronto Brasil.
Y en Latinoamérica no prendió  el socialismo, pero sí un populismo como el de  los gobiernos  de Hugo Chávez, Correa y Evo Morales o Daniel Ortega en Nicaragua.
En estricto  sentido  no hay socialismo en Latinoamérica, entendido este como la nacionalización de todos los medios de producción. Puede que Chávez vaya  hacia allá, pero no lo ha conseguido.
Así  que la nueva izquierda latinoamericana solo se mueve dentro de un ámbito populista, tratando de poner el poder del estado al servicio de los más pobres, pero sin arrasamiento de la propiedad privada.
La prensa, o los periodistas, se han encargado de darle el nombre de nueva izquierda , a los partidos o gobiernos  que no se alinean  alrededor de los Estados Unidos y que no ponen en práctica políticas de carácter neoliberal.
Para ellos, la derecha es lo contrario, un gobierno que forme parte de la órbita del los Estados Unidos y que siga las orientaciones del Fondo Monetario Internacional. 
Por lo demás, para ser de izquierda se tienen  en cuenta actitudes anticorporativos, como la manifestada por los Kitchner en Argentina en su muñequeo con los agricultores y hombres de empresa, además, de abrir la puertas del estado para favorecer en alguna forma, los estratos más bajos, y mostrarle de vez en cuando los dientes a Estados Unidos.
.Y a tal punto han cambiado las cosas, que el aprismo, un partido que se inició  como marxista con Víctor Raúl Haya de la Torre, se convirtió  en un  partido socialdemócrata, que ahora es englobado como de derecha. 
La social democracia que  irrumpió como fuerza de  izquierda, termino en una derecha que construyó la Unión  europea , junto con la democracia cristiana y da liento a muchos otros partidos, como el laborista en Inglaterra.
La nueva derecha ya no es el viejo fascismo, sino una mezcla de liberalismo, socialdemocraia y socialcristianismo, más el  aporte de los periodistas que le han agregado a su alineamiento a Estados Unidos y la utilización de políticas neoliberales.
viernes, 12 de febrero de 2010
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