sábado, 14 de junio de 2008

EL DESASTRE DEL CONSERVATISMO EN SANTANDER

Por: Raúl Pacheco Blanco

El conservatismo en Santander pasa por el momento más difícil de toda su historia. Por uno de los mayores escándalos políticos que se han suscitado, al tener como epicentro a parlamentarios suyos, como Yidis Medina e Iván Díaz Mateus, envueltos en un torbellino de enredos que no tienen buena cara y que ponen en la picota a la dirigencia de Santander.
Iván Díaz llevaba una carrera política brillante y se insinuaba como una figura de relieve, pero se vio en calzas prietas y tuvo que apelar a una persona que venía en tránsito de otro partido como Yidis Medina para llenar el umbral que los llevara al senado.
Y se metieron luego en confusas situaciones y en un lodazal de clientelismo que no dicen bien de sus intenciones y de sus capacidades.
Esta es una demostración de la crisis de los partidos que perdieron su norte, se desdibujaron y se convirtieron en feudos para explotarlos a su manera y sacar ventajas de tipo personal, o para su “distinguida clientela”.
El conservatismo en Santander ha tenido una noble tradición que viene de unas generaciones como la de los años veinte, cuando se hizo la paz y Manuel Serrano Blanco sacaba la cara por el partido en actitud dialogante, y la sabiduría jurídica de Domingo Arenas, le daba lustre a esa colectividad.
Y luego la generación de Hernando Sorzano, Humberto Silva, Carlos A. Noriega y Darío Marín, quienes crearon una mística y le dieron una identidad.
Para luego continuar con Ciro López, quien en medio de su humor y de su escepticismo hacia política con altura, y Jaime Serrano Rueda, señor si los hubo, de pulcritud y transparencia política que daba gusto.
Y la última generación de Oscar Martínez y Feisal Mustafá.
Era un partido digno, respetable, donde se guardaban principios porque se tenía una concepción del servicio público.
Todo eso se tiró por la borda. Se perdió la identidad.
¿Qué puede mostrar un partido que tiene dirigentes como Yidis Medina para quien todo tiene precio, como el voto, las ideas, que eran como un elemento sagrado y ahora son sujeto de mercado?
Grave crisis por la que pasa el conservatismo en Santander que ha perdido el nivel en su dirigencia, cuando antes por lo menos existia un estilo, una marca, que lo hacia visible y respetable.
Es el momento adecuado para que los jóvenes hagan politica y busquen el rescate de esos valores y de esos principios.

No hay comentarios: