sábado, 1 de septiembre de 2007

LOS COLUMNISTAS

POR: RAUL PACHECO BLANCO

Armando Benedetti Jimeno ha dado una muestra de honestidad y seriedad intelectuales , al renunciar a su columna de El Tiempo, para dedicarse a escribir un libro y tambien por cierta fatiga del metal.y cierto escepticismo de buena ley . A su columna de El Tiempo llegábamos con evidente expectativa, por lo novedoso de sus enfoques, saliendo de esa estructura plana de muchas columnas que solamente describen fenómenos, pero que no analizan los diversos ángulos. de que está compuesta una realidad dada.
Y sobre todo en una forma equilibrada, con algo de escepticismo y a veces con rabía, pero sin que la pasión o el preconcepto le definan el articulo como le sucede a Maria Jimena Duzán, también estupenda periodista, pero con un perfil demasiado parcializado.
Y Benedetti Jimeno nos comentó además, dentro de ese afán autocrítico y de probidad mental, que habia desistido de publicar un libro con articulos de sus 40 años de periodismo porque los vió insustanciales o posiblemente flojos que no valía la pena darle forma de libro.
Con ese escalpelo de cirujano se metió también a criticar el monotemismo de los columnistas que poco tocan temas de sexo, fuera de doña Florence, me imagino yo, música, muerte y demás temas que no sean el presidente Uribe como eje central de la política y sus discursos, malos discursos según él, de olla y cuchara, de pronto como los de Rojas Pinilla, pero no tanto.
Hace además precisiones incisivas como esta: “vivimos a la zaga de los acontecimientos. Funcionamos con esquemas mentales donde una conclusión está invariablemente antecedida de premisas ordenadas según patrones lógicos que ya no funcionan”
Considera que la realidad está por encima de lo que nosotros apreciamos o no sabemos apreciar porque nos desbordó.
No entendemos a nuestras audiencias que están en otro paseo, creándose por lo tanto, un divorcio entre los analistas de los sucesos y los receptores de esos análisis.
Es decir, que hacer opinión pública o permitir su desplazamiento es demasiado difícil.
Sin embargo hay que partir de un hecho innegable y es el pluralismo de la sociedad actual, que parcela en compartimentos diversos las opiniones de cada quien según su punto de vista , que está influido por su condición o situación dentro de esa sociedad.
Pero precisamente el periodismo moderno trata de dar ese escape a través de la publicación de gente con inquietudes diversas y oficios distintos que den una visión plural a los lectores.
De ahí la especialización de cada columnista, que si bien mantiene su temática le puede dar diversos giros , ángulos, perspectivas , a sus comentarios .
Uno sabe por ejemplo que Dartagñán maneja dos grandes temas, la política y la gastronomia. Y la política es cambiante y permite llevarle el pulso sin repetirse en el análisis.Y en la gastronomía hay muchos platos y muchas cocinas.
Y así por el estilo. Porque no se puede aspirar a que un columnista no se repita en el tema y forzosamente tenga que tocar otro diferente al anterior; si escribió sobre sexo, no puede volver a hacerlo y así sucesivamente
Otra cosa es moler el mismo tema y en la misma forma, ahí si, repiténdose .
Pero vale la pena resaltar el valor y la entereza de Benedettí , en su afán autocrítico , que nos da una buena lección a todos los columnistas.

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